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La economía, el desafío pendiente del Alba-TCP

A 12 años de su constitución, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP) muestra avances en el área social, es decir, educación y salud; pero la agenda pendiente es la económica, una labor que le tocará encarar al excanciller David Choquehuanca, recientemente designado secretario ejecutivo de ese bloque regional.

Desde su creación, en 2004, esta plataforma de integración hizo énfasis “en la solidaridad, complementariedad, justicia y cooperación”, según el informe Bolivia en el Alba-TCP 2017. El bloque regional nació con un acuerdo entre Cuba y Venezuela el 12 de diciembre de 2004. A éstos se sumó Bolivia en abril de 2006.

Luego siguieron Nicaragua, Dominica, Ecuador, Antigua y Barbuda, San Vicente y Las Granadinas, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, y Granada. Como países invitados especiales se suman Siria, Haití y Surinam.

El viceministro de Comercio Exterior e Integración, Clarems Endara, explica que para entender a este mecanismo de unificación se debe partir del criterio de que es “sui géneris en el mundo”, es decir, no es una articulación tradicional, que empieza con acuerdos comerciales que liberalizan aranceles, a partir de los cuales se constituye una zona de libre comercio, se avanza hacia una unión aduanera y finalmente a una fusión económica a través de un mercado común.

“Eso es lo clásico en los procesos de integración, pero en este caso hemos empezado por atender agendas sociales y posteriormente hemos implementado mecanismos de carácter económico”, dice.

Como la integración social fue prioritaria, los datos oficiales dan cuenta de que al menos 3,6 millones de personas fueron operadas de la vista; 1,2 millones de habitantes con discapacidad recibieron atención médica; se realizaron 10.446 intervenciones cardiológicas infantiles. En lo educativo se alfabetizó a 3,8 millones de personas y se benefició a 1,1 millones en postalfabetización.

La especialista de la Fundación Jubileo Patricia Miranda reconoce los avances de esa agenda. “Probablemente el tema social está entre los principales logros, quizá es más difícil de cuantificar su cumplimiento en educación y salud”.

No obstante, para el analista en materia comercial Julio Alvarado esos programas tienen un componente político, es decir, bajo el discurso de solidaridad se hace ver que el apoyo es gratuito, cuando en los hechos se paga por él.

Si bien hubo avances en educación y salud, ya en 2014 el fallecido secretario ejecutivo del Alba-TCP Bernardo Álvarez habló de la necesidad de dar un “salto económico”, de complementación entre países y proyectos conjuntos. Y consideró que debía haber un “relanzamiento de todo lo concerniente al desarrollo económico del Alba”, según una publicación del diario chileno La Tercera del 14 de diciembre de 2014.

Pero a la fecha, en los informes oficiales no se visibilizan avances al respecto, salvo en el caso del Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (Sucre), un mecanismo que, según Endara, sirve para abaratar los costos de importación y exportación a través de los bancos centrales.

Así, según el informe Bolivia en el Alba-TCP 2017 elaborado por la Cancillería boliviana, entre octubre de 2010 y abril de 2016 se realizaron 6.950 transacciones. De éstas, 820 operaciones comerciales corresponden a Bolivia. Y el interés sobre este mecanismo de compra-venta, según el viceministro

Endara, se ha reflejado en la intención que tiene El Salvador de ingresar al mismo.

Empero, para Miranda el Sucre no se puso en práctica porque el comercio intrarregional no supera el 4%, frente a, por ejemplo, 62% de flujo comercial entre países de la Unión Europea. Endara reconoce que si bien el mercado es pequeño no deja de ser interesante, considerando que entre todos los países suman 76 millones de habitantes. “Es un mercado interesante, pequeño, pero con los cuales hemos ido experimentando algún flujo comercial (…) estamos incrementando y creciendo, ahora esperemos que a través de la nueva secretaría se puedan impulsar nuevos mecanismos comerciales”.

Pero más allá del empuje que se le debe dar a este mecanismo de integración comercial, todavía hay temas pendientes, como la conformación de empresas o proyectos grannacionales, el impulso al Banco del Alba y la integración energética.

Según el informe Bolivia en el Alba TCP 2017, “los proyectos grannacionales materializan y dan vida a los procesos sociales y económicos de la integración y de la unidad. Abarcan desde lo político, social, cultural, económico, científico e industrial”, de los que pueden surgir o no empresas. “El concepto de empresa grannacional surge en oposición al de las empresas transnacionales, por tanto, su dinámica económica se orientará a privilegiar la producción de bienes y servicios para la satisfacción de necesidades humanas, rompiendo con la lógica de la ganancia y acumulación de capital”, indica.

Según el documento Proyectos Grannacionales del Alba-TCP se había previsto la creación de 11 empresas grannacionales: producción agroalimentaria; telecomunicaciones; corporación de líneas aéreas estatales; mantenimiento y construcción de aeronaves; naviera para transporte de carga y pasajeros; desarrollo de la industria del aluminio; cemento; manejo de bosques, producción y comercialización de productos de la industria maderera; desarrollo de infraestructura para el transporte terrestre y de energía.

Todos esos emprendimientos estaban orientados a la complementación en materia económica.

Haciendo un repaso de los mismos, el viceministro Endara explica que, por ejemplo, para la puesta en marcha de la Empresa Grannacional Alba-Alimentos, un grupo de funcionarios trabaja en identificar la capacidad de compra de insumos básicos en los diferentes países, es decir, se conformará una canasta familiar respecto a los productos que los socios del bloque compran de terceros, a fin de sustituir esas importaciones por compras dentro de la zona.

“Las grannacionales de alimentos van a empezar a trabajar en esta nueva etapa básicamente desde un enfoque de demanda, es decir, si alguno de los países tiene la necesidad de un artículo básico que es excedentario en otro de los miembros del Alba se van a agilizar mecanismos de importación y exportación”, expresa.

Aparte de la constitución de esas grandes empresas, se había previsto consolidar proyectos grannacionales, por ejemplo en alfabetización; cultura; comercio justo; regulación de medicamentos; diseño y ejecución de proyectos de investigación, innovación tecnológica, asistencia técnica y formación para mejorar la capacidad y calidad productiva de los países; y financiera.

Endara puso como ejemplo del avance que hay en el proyecto de la Grannacional de Alfabetización y de Postalfabetización, a través de la cual se impulsó los programas Yo Sí Puedo y Yo Sí Puedo Seguir, cuando en conjunto se graduaron 4,9 millones de personas.

“Creo que estas grannacionales no alcanzan una visibilidad necesaria; habrá que trabajar mucho más en ello desde la secretaría del Alba propiamente para poder posicionar mejor estos resultados”, manifiesta.

Alvarado considera más bien que la no consolidación de esas empresas o proyectos son una muestra de que este proceso de integración es fallido, lo que, en su criterio, es atribuible a la ineficiencia “de los gobiernos populistas” y a problemas estructurales, como la falta de producción de alimentos, pues “todos los países” que conforman el Alba-TCP son mayormente importadores.

Otro de los temas a los que se debe dar impulso es el Banco del Alba, una entidad regional que, según Endara, no necesariamente es comercial, sino que fue constituida como un mecanismo financiero para atender determinadas emergencias de los países de los socios del bloque. Así, el domingo anterior, la XIV Cumbre Alba-TCP instruyó a esta entidad activar un fondo para colaborar en asesoría básica a los migrantes a Estados Unidos.

Para Miranda, el Banco del Alba no prosperó porque hubo problemas en cuanto a su constitución y el aporte de cada miembro, en función al cual se define cuál es su derecho a voz y voto. La situación se agravó, en su criterio, por la crisis económica que atraviesa Venezuela.

Igual opina Alvarado, quien sostiene que para que esta institución funcione los países deben abonar capital, pero como el principal aportante, es decir Venezuela, está en crisis, no desembolsó los recursos y lo propio ocurrió con otros países.

En la agenda de temas pendientes está la integración energética. En este punto se tenía previsto “realizar una gran alianza entre las empresas nacionales de energía con el fin de lograr los objetivos del Tratado Energético del Alba”, según el documento del proyecto de las grannacionales. Y con ese fin se tenía previsto la creación de una empresa Grannacional de Energía.

Al respecto, Endara explica que se realizaron reuniones en las que, por ejemplo, se pudo coincidir en políticas específicas con relación al precio del petróleo y también se analizaron viendo capacidades de demanda de los distintos países y se observaron mecanismos de encadenamiento para poder proveer a los países que no son productores de gas o petróleo.

Más allá de si hubo avances en la agenda social o económica del Alba-TCP, los analistas Alvarado y Miranda coinciden en que durante estos 12 años, los integrantes de este bloque regional se ocuparon más de temas políticos.

Y esa influencia, según Miranda, fue más evidente en sus inicios, cuando sí tenía cierta influencia en escenarios como el de la Organización de Naciones Unidas o del G77, pero que a la fecha ese nivel de incidencia es cada vez más limitado. ¿Por qué? Indica que ello se debe a que la configuración política de los países que fundaron este bloque está cambiando, lo que avizora que seguirá perdiendo fuerza en los próximos años y que, más bien, surgirán otras iniciativas.

Alvarado también observa que el Alba es solo un organismo discursivo y político, que reúne a autoridades de los países para emitir comunicados. Y, en su criterio, en lugar de que el comercio y las inversiones crezcan, se irán reduciendo, aunque no avizora la desaparición del mismo.

“Los procesos de integración no se hacen con voluntarismos ni discursos encendidos, sino que los procesos exitosos son aquellos que han ido avanzando paso a paso fortaleciendo sus políticas y armonizándolas”, manifiesta.

El viceministro Endara justifica el carácter contestatario del bloque porque surgió precisamente como una alternativa al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), lo que le da el carácter contestatario.

Niega que este mecanismo de integración esté debilitado, como aseguran analistas, lo que se ve reflejado en la convocatoria que tiene y en sus pronunciamientos.