Ley para los creadores y constructores de la identidad boliviana
Los artistas bolivianos crean y construyen la identidad de nuestro país, “aportan”, y aportan con un legado que no tiene precio. Una inspiración de arte difícilmente podrá ser tasada porque no es un objeto de comercio o de intercambio.
Todos disfrutamos en algún momento de lo que hacen y a lo que se dedican las y los artistas bolivianos: un concierto musical, una excelente composición, un espectáculo de danza, de teatro, una buena película boliviana, un videoclip, una serie, una exposición de cuadros, una obra de escultura, y así la lista no terminaría. Esta gama de manifestaciones son el tesoro invaluable que aportan los artistas bolivianos para que nuestro país tenga producción propia, producción que se aprecia a través de la promoción y difusión en diferentes espacios públicos y privados.
Los artistas bolivianos crean y construyen la identidad de nuestro país, “aportan”, y aportan con un legado que no tiene precio. Una inspiración de arte difícilmente podrá ser tasada porque no es un objeto de comercio o de intercambio, posiblemente se tendría que acudir a gastos realizados para la preparación, construcción, preproducción, producción, insumos, etc. Sería muy difícil, por ejemplo, preguntar al maestro David Santalla cuánto cuesta un personaje suyo o un texto escrito por él, pues conociéndolo en escena seguramente su respuesta nos sacaría una risa inmediata.
Es posible, que en este entendido, el 30 de mayo de 2001 el gobierno de Hugo Banzer Suárez haya promulgado la Ley 2206, con una redacción importante en su párrafo primero … “las manifestaciones del arte son factores de la cultura nacional y gozan de especial protección del Estado, con el fin de conservar su autenticidad e incrementar su promoción y difusión, se exime de pago de impuestos al Impuesto al Valor Agregado (IVA), Impuesto a las Transacciones (IT), a las actividades de producción, presentación y difusión de eventos, teatro, danza, música nacional, pintura, escultura, cine, que sean producidos por artistas bolivianos”. Esta liberación se dará cuando se presenten en espacios municipales y nacionales o que gocen del auspicio correspondiente. Agradecidos todos los artistas, pero, ¿cuándo?, ¿cómo?, ¿cuántas veces?, ¿y la preproducción?, y ¿si no hay fechas en estos espacios?, etc., etc.; estas interrogantes deberían ser respondidas en una reglamentación, que estaría a cargo de los ministerios de Hacienda, Educación, Cultura y Deportes de aquella época.
Después de 11 años, en consejo de ministros, en 2012, sale el Decreto Supremo 1241, cuyo objeto es reglamentar la Ley 2206, y es básica, en sentido de su aplicación, y solicita en el artículo 4 (exenciones del IVA, IT e IUE) párrafo III al Servicio de Impuestos Nacionales y al Ministerio de Cultura reglamentar el presente artículo. Por lo tanto sin esa reglamentación existen vacíos, interrogantes y ambigüedad sobre su aplicación. Pero, ¿cómo reglamentar este delicado artículo sin la presencia de los involucrados, los artistas bolivianos?
La vida laboral del artista se resume, en muchos casos y dependiendo el área artística, a presentarse dos días en un teatro, un ejemplo interesante es el de los ballets folklóricos e instituciones de danza de diferentes géneros, que realizan una preproducción de al menos un año con bailarines que están ávidos de aprender, y una vez llevada esta propuesta coreográfica a escenario se convierte en difusión y promoción de las artes y la cultura boliviana. ¿Será posible vivir de ingresos de dos días al año?
Y además preguntarse, ¿cómo hacen algunos para viajar a festivales internacionales con una delegación de bailarines y músicos con el único objetivo de sentar presencia boliviana?, ¿reciben ayuda del Gobierno boliviano?, ¿éste no es un enorme aporte?, ¿cuántos festivales existen en el mundo y en cuántos participa Bolivia con danza, música y teatro?
Importante destacar también que lo que una persona aprende de un maestro o maestra de danza es extraordinario y único, una transmisión de conocimientos y una inspiración para seguir ese camino y crear nuevas generaciones de bailarines.
En teatro la situación no es diferente, de hecho la preproducción es muy importante, con ensayos, tiempo, creación de guiones, aporte en textos, construcción de personajes, que al final son obras, obras que tienen autores bolivianos, pero solo tendrán dos días para hacer un equilibrio en su inversión, y la instrucción que nos deja el o la directora nos acompañará toda nuestra vida.
La música no está en distinta situación, las composiciones bolivianas que posiblemente escuchamos una y otra vez en diferentes versiones tienen nombre y apellido, son interpretadas por músicos que dedicaron su vida a que tengamos acervo musical en Bolivia, tal es el caso de cuecas, morenadas, caporales, kullawadas, sayas, etc., etc., entonces existe un aporte en composición, arreglos, preparación, ensayos e instrumentos musicales; la pregunta interesante es: ¿quién enseña a los futuros músicos a tocar sus instrumentos?, otros respetables maestros con vocación y nobleza.
Y en otros géneros que no son folklóricos, la música clásica, el rock por ejemplo, vemos los casos de Octavia o Azul Azul en su tiempo, y citemos a Bonny Lovy, estos artistas son bolivianos y hacen difusión de lo que Bolivia puede exportar a otros espacios, ¿será que deben pagar al Estado por poner a Bolivia visible en rankings del ámbito mundial?
Los artistas, al poner su creación en otros espacios (privados) no dejan de hacer su mismo arte, en realidad es una oportunidad de mayor difusión e incentivar a seguir trabajando en ello.
Los grupos tropicales que son parte de fiestas y eventos, que nos hacen bailar y amenizan, ¿a qué hora empiezan a tocar?, ¿cómo trasladan sus equipos, ¿cuánto tiempo ensayan, ¿cómo sustentan su trabajo cuando no tienen dónde tocar?, ¿tocan todos los días?, ¿cuántas mujeres vocalistas tienen estos grupos?, ¿siempre les pagan? o ¿son invitaciones para promocionarse? Lo cierto es que no hay fiesta sin música y esto incluye amplificaciones u otras formas musicales. Y así podría nombrar muchos más ejemplos porque de hecho existen artistas diversos como lo es Bolivia: payasos, artistas de circo, magos, artistas de provincias con su propia realidad.
Con este panorama, antes de aplicar reglamentaciones, vemos la urgencia de un estudio social del artista boliviano debido a que tienen una actividad sui géneris, y no son empresas, habrá que conocer cómo vive y de qué vive una persona que se dedica al arte en Bolivia, entonces se necesitarán mejores condiciones para que sigan habiendo creadores de arte. Hablamos de protección a las expresiones artísticas culturales, por ejemplo, ¿quién no se ha quejado por la apropiación de nuestras danzas en especial por parte de Perú, que son creación de bolivianos como es el caso de los caporales?, ¿qué postura tiene el Ministerio de Culturas con relación a este tema?, ¿por qué siempre es “tibio” al defender lo que se produce en Bolivia? Además se necesitarán espacios para desarrollar el arte, formación, seguro médico, situación especial respecto a impuestos nacionales, jubilación, en resumen una ley del artista boliviano, que deberá ser trabajada por los mismos artistas, quienes construyan una propuesta de manera organizada, consensuada, en unión e inmediata.
En los últimos días se logró en reunión con la Ministra de Culturas dejar en estatu quo el tema de Impuestos Nacionales relacionado con los artistas bolivianos; este tema tan álgido logró movilizar al sindicato boliviano de artistas en variedades y otras organizaciones en toda Bolivia con una consigna: “necesitamos la ley del artista boliviano” antes de la aplicación de una reglamentación.
Más allá de lo frío de las leyes, ser artista en Bolivia es un reto meritorio, el talento artístico de una persona debería constituirse en patrimonio, pues esta capacidad tan noble tiene la ventaja de inculcar valores, transformar de manera positiva la forma de pensar, de comportarse, de sentir, de vivir, de ver y afrontar la vida.
Usted que está leyendo este artículo alimentó, alimenta y alimentará su alma con nosotros los artistas, le ayudaremos a mejorar su calidad de vida transmitiéndole nuestro arte.