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Tamara Núñez del Prado: Hoy impulsamos el Acuerdo de Vida en Familia

En su oficina, en un lugar casi exclusivo, está un cuadro de Ernesto Che Guevara y un póster de Carlos Núñez del Prado, el guerrillero que admira y al que llamó padre toda su vida. Es Tamara Antonieta Núñez del Prado, la adjunta de la Defensoría del Pueblo, transexual y activista por los derechos humanos. Entre varios casos que la ocupan, confía en que el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) valide la constitucionalidad de la Ley de Identidad de Género —en octubre de 2016, legisladores de oposición presentaron una acción de inconstitucionalidad abstracta en contra de cuatro artículos de la Ley 807 bajo el argumento de que ésta da pie al matrimonio entre personas del mismo sexo— e impulsa el denominado Acuerdo de Vida en Familia (AVF).

— ¿Ve posible que el TCP declare inconstitucional la Ley 807?

— Creo que no va a prosperar la petición de inconstitucionalidad. Creo que ningún magistrado lo va a hacer después de lo sucedido, por ejemplo, con el exmagistrado Gualberto Cusi y la Ley del Notariado, que costó un juicio de responsabilidades (dicha ley fue frenada). Por otro lado, se cuestionaron unos seis u ocho artículos de la norma y el Tribunal hace la revisión de uno más, nueve artículos; así ejerce más allá de sus atribuciones. Esto se denomina ultra petita (más allá de lo pedido). Además hay una miembro, (Neldy) Andrade, quien antes de sortear a los vocales ya dijo que éramos personas anormales y que estábamos fuera de las leyes naturales (NdE: adelantó criterio, lo que invalidaría una resolución). Y también llama la atención que el Tribunal se haya abierto a la ayuda de personas, entidades e Iglesia (NdE: el TCP abrió una consulta sobre el tema con diversas instituciones). ¿Cómo un Tribunal Constitucional va a violar la Constitución al olvidarse que estamos en un Estado laico? No se debería pedir a la Iglesia que se pronuncie sobre el tema.

— ¿Cómo está el trámite suyo?

— En mi caso, el divorcio es requisito para (acogerme a) la Ley de identidad, porque una de las solicitudes es el certificado de libertad de estado y yo no lo tenía. No lo tenía porque en un artículo transitorio indica que se respeta, el artículo 63 de la Constitución, que indica que el matrimonio es entre hombre y mujer. Si me vuelvo mujer no puedo estar casada con mi esposa. El quinto requisito (de ocho que hay) es el certificado específico de libertad: que estés divorciada, divorciado, viudo, viuda, soltero, soltera. No puedo casarme porque soy lesbiana, porque amo, siento y deseo como mujer.

— ¿Se pensó plantear un cambio al artículo 63 de la Constitución?

— Sería ideal, pero cuánto le costaría al Estado hacer un referéndum para cambiarlo, aunque hay varias maneras de hacerlo; pero supongamos que sea por referéndum. El año pasado, antes de promulgarse la Ley de Identidad de Género, un 75% estaba en contra del matrimonio igualitario; este año el 55%. Esta ley hizo que se discuta el tema. Si ahora vamos a un referéndum, de hecho lo perdemos.

— ¿Y, otras propuestas?

— La comunidad LGBT (Lesbianas, Gais, Bisexuales y Trans) de Bolivia, al frente de varios sectores, estimula y fomenta una ley que es la ley del Acuerdo de Vida en Familia (AVF). No sería un matrimonio porque es un acuerdo de vida en familia, donde homosexuales o lesbianas puedan sujetarse al Código de las Familias. El Código de las Familias en el artículo 5 transitorio dice que el Estado debe generar normas específicas para las familias diversas. No todas las familias son papá, mamá e hijos; hay familias formadas por abuelos, tíos, padrinos. Se está yendo por esta tercera vía, en la que nos acogemos al Código de las Familias. Por ejemplo, ahora, mi novia y yo no podemos casarnos y yo no le puedo beneficiar con un seguro (social). Ya convivimos dos años y no tengo cómo darle un seguro. Este Acuerdo de Vida en Familia da la posibilidad de brindar seguridad social y pasa lo mismo con los temas hereditarios.

— ¿Sería reconocer los derechos como con la unión libre?

— La unión libre es en Registro Civil y esto sería con notario de Fe Pública. Sí da derechos y sería una tercera vía. No es matrimonio, es acuerdo de vida en familia. Muchos países tienen hasta cuatro instituciones. Ahora, con mi carnet y certificado de nacimiento voy a tener acceso a la salud. Cuántas veces la Caja Nacional de Salud me ha negado acceso a servicios ginecológicos.

— El camino trans es difícil…

— Hubo un montón de otras compañeras que tuvieron que vivir la peor etapa. Hablo de cuando los militares y la Policía te agarraban y te metían presa o preso y te torturaban. En la dictadura, las personas trans, travestis o transexuales no podían estar en la calle, era un acto castigado por el Código Penal. No se podía salir de ocho de la mañana a ocho de la noche. No podían trabajar; entonces, ¿de qué vivían?, vivían del trabajo sexual y ¿cuándo podían ejercerlo en época de la dictadura?: de ocho de la noche a doce de la noche. Si te pescaba la Policía, después del toque de queda, ibas a la cárcel. El cambio de paradigma vino en los años 90. La única forma de hacer algo de acción directa era la visualización callejera. Allí nacen las familias, los Galán, ahí están David Aruquipa y Beto Moscoso que son los referentes más grandes de la comunidad LGBT. Hoy tenemos un diputado declarado gay abiertamente y me tienes a mí, Adjunta del Defensor. Además, tenemos 12 políticas públicas, 12 leyes que hablan de la orientación sexual y violencia de genero.

— Los gobiernos de izquierda también eran intolerantes. El mismo Che Guevara tenía en campos de concentración…

— Nunca hubo un campo de concentración en Cuba para gais, lesbianas y homosexuales, sí eran parte del sistema carcelario. Tampoco hay que exagerar las cosas.

— Se criticó a Fidel Castro…

— Sí, pero hoy Cuba tiene el Cenesex, una dirección nacional de sexualidad que está a cargo de la diputada Mariela Castro, que es la sobrina de Fidel Castro. Ella hizo todas las políticas de inclusión en Cuba. Así como la izquierda ha sido en un momento la más homofóbica de la política, hoy es la más abierta. Como decía el Che: “Tenemos que tener la capacidad de deconstruirnos para construirnos y formar nuevos formadores”. Mi viejo ha sido comunista, leninista y estalinista, cosa que yo no soy. Era una persona superdura que casi con el arma en la mesa me amenazaba (diciendo) que no podía hacer lo que hacía y a los seis meses me abrazaba en la calle y caminaba a mi lado.

— Tu aporte en el tema de la ley…

— Yo no empecé la ley, la norma llevó ocho años de trabajo para ser aprobada. Yo salí del clóset hace cinco años, tardé un año y medio en empoderarme. Trabajé la Ley de Identidad de Género un año, máximo dos, no es mi obra, para nada. Ahí están otras compañeras: Raisa, Laura. Yo era asesor de (la ministra de Desarrollo Productivo) Teresa Morales y pasé a ser su asesora, imagínate lo que eso significó. Al principio no salía de la oficina, no la acompañaba a reuniones, tenía muchas pajas mentales y trataba de resolverlas. En algún momento hubo comentarios de que Teresa tenía a una trans como asesora o que trabajaba con ella. La molestaron dentro del gabinete. Teresa, nunca dejó de defenderme y se peleaba con sus homólogos, eso causó sensibilización. Luego la empecé a acompañar a todo lado y creo que ella empezó a limpiar mentes. Obviamente conocía a todos los ministros. De repente, mi querido amigo a quien quiero muchísimo y admiro por siempre, el ministro de Educación (Roberto Aguilar), dejó de hablarme, como otros ministros. Pasaban por mi lado y no me saludaban, nos cruzábamos en el supermercado y no me hablaban. Un día le dije al gordo Aguilar: “Oye, ¿no me vas a saludar?”. Y me dijo: “Hola hermana”, y al día de hoy, él me saluda donde nos vemos. Creo que el pertenecer al Poder Ejecutivo, aunque aclaro que nunca fui ministra ni viceministra, ha comenzado a limpiarme. Cuando esta ley salió del Ministerio de Justicia —con el gran apoyo de todas las organizaciones LGBT de Bolivia, junto con la ministra del área, Virginia Velasco y el viceministro Diego Jiménez— y se tuvo que discutir, ellos ya sabían de mi existencia y estaban sensibilizados. Después, cuando tocó hacer lobby con Gabriela Montaño (presidenta de Diputados), con el Gringo (Alberto Gonzales, presidente de Senadores), con el diputado Manuel Canelas, con la senadora Adriana Salvatierra, ya realmente fue otra cosa. Quiero rescatar que Salvatierra fue una digna embajadora nuestra; es más, hizo una cita con el Presidente para hablar de este tema. (La diputada) Valeria Silva me agradeció y me dedicó esta ley.

— Critican a Evo por machista.

— Al Presidente yo lo comparo con mi papá y conmigo. Es una persona muy machista y muy homofóbica. Tiene actitudes homofóbicas, pero eso no significa que sea malo. Es parte de la cultura y de la educación que nos dan. En el campo, ni qué decir. Tenemos que ver de dónde viene el Presidente y mi papá en ese sentido era igual, así de homofóbico y duro. Cuántas veces discutí con mi padre y nos agarramos de las greñas cuando llegaba del Ministerio de Gobierno a la casa y hablaba de grupos de gay. Yo le preguntaba qué tiene que ver lo uno con lo otro. Así, independientemente de que Evo sea machista u homofóbico, ha demostrado que trabaja por los sectores más vulnerables. Esta ley beneficia a unas 115 personas registradas, además en Bolivia están registradas 3.600 chicas trans que ejercen trabajo sexual y cuántas más habrá que no ejercen, unas 1.000 aproximadamente. Hablamos de una población de 5.000 personas, es poca gente; pero Evo fue capaz de hacer esta ley. Solo hay dos leyes de género entre 1956 y 1994. Desde 2005 hasta el año pasado son 12 leyes de género. Entonces, hay una gran diferencia, (Evo) ¿es machista?, sí, ¿es homofóbico?, sí. Pero también está consciente de que todos tienen que ejercer los mismos derechos. ¿Por qué me comparo con el Presidente?, porque leo cómo lo insultan y le dicen “indio de tal por cual”, y tú lees los comentarios de ayer (lunes), en la web de La Razón sobre el artículo de mi cambio de identidad y hay el mismo odio y la misma ignorancia. Aun así trabajamos por distintas poblaciones que nos necesitan. En este despacho se alistan normas para sectores menos favorecidos.

— Hablábamos de paradigmas…

— Viene un nuevo paradigma porque si uno hace comparaciones, en los años 70 ninguna era profesional y el cien por ciento trabajaba en prostitución. En los años 90 una que otra era profesional y el día de hoy yo debo conocer por lo menos entre 15 y 20 chicas trans en la universidad, todas estudiando. Además, hay varias trans de mi generación que no están en trabajo de prostitución.

— Tú tardaste de salir del clóset. Tuviste dos matrimonios…

— Imagínate con el padre (Carlos Núñez del Prado) y el abuelo (Antonio Peredo) que tenía. Imagínate esa presión política, social y económica de mi familia. Mi padre me educó para ser guerrillera, si en algún momento vuelve un gobierno dictatorial, yo voy a ser la primera en tomar las armas y defender el Estado. Me han enseñado estrategia militar, mi padre fue capacitado en Cuba, fue parte de los amigos de (Salvador) Allende, fue de su guardia y uno de los pocos sobrevivientes de La Moneda en el golpe del 73 (cuando Augusto Pinochet asumió la presidencia). Cuando se enojaba me daba golpes, me rompió más de tres costillas en la educación adolescente. Por mi padre y por mi abuelo no salí del clóset. Hay trans que salen del clóset entre los 14 y 16 años y las botan directamente porque dicen que es inmoral y antiético. Así terminan en situación de calle y se juntan entre trans, sin educación ni formación técnica o universitaria para un trabajo digno por el rechazo y el bullying. La situación de calle las lleva a un trabajo de sexo por sobrevivencia. Es un trabajo riesgoso de alta mortalidad, hay 66 crímenes de odio en los últimos años. Hoy me encuentro con 15 chicas en la universidad; el año pasado como Defensoría ayudamos a dos chicos a terminar el colegio, a inscribirse en las universidades y así te encuentras con una nueva generación estudiando. Es una ley pensada para el futuro.

Datos

Nombre: Tamara Antonieta Núñez del Prado

Cargo: Adjunta para la Vigencia y Ejercicio de los Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo

Perfil

Tamara Antonieta decidió llamarse así en honor a Tamara Bunke (la alemana que llegó a Bolivia para luchar con el Che Guevara, en Ñancahuazú, en 1967). Su segundo nombre es un homenaje a Antonio Peredo (quien fue su abuelo y una persona muy querida para ella).