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El pueblo de Francia quiere seguir en la UE

Denys Wibaux cuenta que nació en Roubaix, uno de los poblados más ricos del norte de Francia; pero ahora el sitio es uno de los más pobres, se lamenta. “Cambia, todo cambia”, sentencia en su despacho de la embajada francesa, en Obrajes. Los vientos de renovación vuelan por su nación, pues hoy se celebra la segunda vuelta de las presidenciales. En la lid electoral no están los partidos tradicionales y hay rostros nuevos. Eso sí, al margen de cualquier ganador de las elecciones, Wibaux vaticina que Francia no saldrá de la Unión Europea (UE), como lo hizo Gran Bretaña y como propuso la presidenciable Marine Le Pen.

— La elección francesa es clave en estos tiempos de cambio.

— La elección presidencial ha sido y sigue siendo muy popular en Francia. Vemos que en democracias occidentales la participación popular tiende a disminuir, usualmente la gente ya no va a votar como antes, pero en Francia la gente sí asiste a la elección presidencial. A los franceses les gusta elegir al Presidente. Pasa lo contrario de lo que decían algunos expertos, que la gente no iba a votar y vimos en la primera vuelta que la gente ha ido en un porcentaje de participación normal, más o menos 80%.

Esta elección presidencial es fundamental para la historia en nuestra vida política, pero casi igualmente de importante es la elección parlamentaria que vendrá luego.

Sí, tendremos Presidente o Presidenta, pero un mes después tendremos la elección parlamentaria y recordemos que, según nuestra Constitución, la Asamblea Nacional tiene el poder de censurar el Gobierno.

— Es una elección con figuras políticas nuevas y muy opuestas.

— Esta elección que viene es importante porque define políticamente  los cinco años que van a venir. Esta elección es particular en el sentido de que los dos partidos que gobernaron Francia desde hace más de 40 años no están en el balotaje. El partido Gaullista (que sigue la línea de Charles de Gaulle) digamos de centro derecha; y el Partido Socialista (del actual presidente François Hollande) no están en la segunda vuelta.

Estos partidos tradicionales están afuera y ahora, en la segunda vuelta, hay dos candidatos de partidos que nunca estuvieron en esta instancia. Una es la candidata Marine Le Pen —del partido que creó su padre  Jean-Marie, el Frente Nacional, hace más de 30 años—, y  el otro candidato Emmanuel Macron —es muy joven pues no tiene ni 40 años y hace un año creó su partido En Marcha, que él llama movimiento—.

— ¿Por qué los partidos tradicionales no están en el balotaje?

— Hay mucho análisis que hacer. Obviamente Francia tiene los desafíos de la globalización y de la seguridad de la ciudadanía. No olvidemos que Francia fue severamente golpeada por los atentados terroristas, comenzando por el ataque terrible contra el semanario Charlie Hebdo (en enero de 2015, cuando murieron 12 personas). Luego contra la discoteca Bataclan (el viernes 13 de noviembre de 2015 cuando murieron 130 personas).

Hay mucha preocupación, mucha inquietud, además Francia está frente a una presión social bastante particular, pues tenemos unos 4 millones de desocupados, una figura que no se ha visto en Francia hace muchísimos años. Los jóvenes están hasta en un 25% perjudicados (por la falta de empleo). Hay una serie de desafíos  y preguntas para el futuro, por eso creo que se sancionó a los partidos tradicionales.

— Los candidatos en el balotaje tienen posiciones muy opuestas…

— Sí, una postura es de una Francia que sigue con sus compromisos europeos; la otra opción es más proteccionista, más nacionalista y menos europea. Vamos a ver quién gana, yo soy de la opinión de que Francia es un país que ganó mucho del proceso de unificación europea y estoy convencido de que la mayoría del pueblo francés quiere continuar con el compromiso europeo.

Cualquiera que sea el vencedor de las elecciones, o Le Pen o Macron, dependerá de la elección parlamentaria en junio, solamente entonces vamos a conocer el rumbo de Francia.

— Lo que pasó en Gran Bretaña, ¿puede ser determinante para el resultado de la elección francesa?

— ¿Qué ha pasado en Gran Bretaña? El pueblo británico votó por la opción del Brexit (la salida de Londres de la UE) y todavía se discute mucho sobre si esto tiene importancia en Francia (Le Pen habló de llamar a un referéndum para la salida de París de la UE).

Gran Bretaña siempre tuvo una jurisdicción particular en la construcción europea. Por ejemplo, en Gran Bretaña no se maneja el euro como moneda.

También tenemos el acuerdo de Schengen y hemos creado un espacio común entre los países europeos. Usted saca una visa Schengen y puede aterrizar en París, pasa a Alemania, España y Suiza. Pero esta visa no le permitirá ingresar a Inglaterra, porque Inglaterra no es parte de este acuerdo. Son dos ejemplos para mostrarle que el Reino Unido, si bien es un miembro de la Unión Europea, no ha aceptado todos los elementos de este proceso de integración europea.

Observemos que en la primera vuelta francesa hubo dos candidatos, Le Pen y otro de ultraizquierda, con la propuesta de tomar distancia con el proceso de integración europea. Si sumamos la votación de los dos, entonces encontraremos una buena proporción del electorado. Pienso que el pueblo francés, en su gran mayoría, está convencido que el país es parte de la construcción europea.

— Se dijo que los atentados que sufrió Francia beneficiaron a Le Pen.

— Es obvio que los atentados generan terror, por eso los hacen. El terrorista es quien no tiene la fuerza militar para atacar directamente, entonces aterroriza a la población para influenciarla en la vida política y en las decisiones de un país. Tras un primer análisis, la gente puede decir que necesitamos reforzar las políticas de seguridad, aumentar la represión y ejercer más control policial.

— Para evitar el ingreso de terroristas se habló de cerrar fronteras.

— Sí, se habló de cerrar las fronteras, de retirarse de la integración europea. Eso sí influye en el electorado.

Pero me alegro al ver que el pueblo francés todavía no se deja influenciar. El pueblo francés respondió a la convocatoria y asistió a las mesas electorales. Hubo amenazas contra los candidatos, pero el Ministerio del Interior protegió a todos los candidatos. Lamentablemente, dos días antes de la primera vuelta existió un atentado que fue reivindicado por el Estado Islámico. Querían conspirar e influenciar en las elecciones y no lo lograron.

Los discursos, no sé si radicales, buscan enfrentar a esta organización terrorista y controlar mejor las fronteras. Eso quizás a algunos electores los invite a decidir su voto en favor a Le Pen.

De todos modos, las medidas de terrorismo se tomaron desde hace tiempo. Es la primera vez que tenemos una elección en un estado jurídico un poco particular porque hace un año que estamos en estado de emergencia. Eso significa que el poder policial es más fuerte que antes, pero todavía las entidades públicas están en rigor, hay libertad de expresión y de prensa. El Gobierno le dio a las Fuerzas de Seguridad más medios económicos y responde a un asunto de mejor cooperación internacional. Después cómo ajustar (la defensa ante el terrorismo) se puede discutir. Se puede discutir también sobre la política o un mayor control en las fronteras. Evidentemente, el terrorismo puede haber intentado aprovechar a algunos candidatos, pero yo no creo que sea decisivo. He visto que eso no fue tan central en la campaña.

— Respecto a los refugiados, ¿cómo cree que sería el futuro francés con Le Pen o Macron?

— Hay una presión bastante fuerte sobre Europa por esta horrenda situación que se vive en Siria, donde hay una guerra y bastante población afectada quiere ir a Europa.

Se puede ver que entre los países europeos hay aquellos que abrimos los brazos a quienes quieren refugiarse. Y es evidentemente que aquí hay matices. Esto también sucede en Francia entre los programas de los candidatos: uno es un poco más abierto y el otro es un poco más cerrado, nada más.

— ¿Cree que la elección de Donald Trump no sea un referente a la hora de votar en Francia? (el republicano se impuso con un discurso populista y nacionalista).

— La elección de Trump es evidentemente un hecho importante para Estados Unidos y todos los países que comercian y viven con Estados Unidos. Nosotros somos aliados con Estados Unidos desde la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), evidentemente nos interesa mucho y seguimos constantemente lo que sucede en Estados Unidos; ahora, si la elección americana fue un factor que influya sobre el actor francés, personalmente no lo creo. Es otra cultura y otro mundo, es una problemática un poco diferente.

— El discurso que manejaba el candidato republicano en Estados Unidos tenía parecido con las tesis de presidenciables europeos, como Le Pen. ¿No habrá influido?

— Yo no creo. Estados Unidos es Estados Unidos y nosotros somos un país chico, somos un país europeo; evidentemente se puede decir que hay algunos problemas comunes y se puede decir que, en cierto sentido, ciertas industrias internacionales sufren por la competencia, eso sí, pero Estados Unidos sigue estando lejos.

— Hablando de discursos radicales de derecha, habían dos presidenciables en Holanda y Austria…

— Eso de Holanda hubiera podido influir en la primera vuelta de la elección francesa. En Holanda hubo temores de que el candidato que era más radical pudiera ganar, pero no ganó. (Mark Rutte se impuso al  islamófobo y euroescéptico Geert Wilders, en marzo). Observamos también en Austria una figura similar en el balotaje (el progresista Alexander Van der Bellen ganó al ultranacionalista Norbert Hofer).

— En todo caso, la candidata de derecha Le Pen ha avanzado mucho en el último tiempo.

— Es cierto, pero la candidata Le Pen no ha salido ganadora en la primera vuelta. Primero salió Macron y es quien ha tenido un mayor puntaje. Ahora, también es evidente que el panorama político en Francia está evolucionando, porque hemos visto en elecciones locales una nueva pulseta entre partidos.

— Estados Unidos y Corea del Norte hacen ejercicios militares nucleares. ¿Qué papel tendrá Francia en este conflicto?

— No vemos alguna circunstancia para intervenir o no encontramos alguna lectura para lo que pasa en Asia. No veo grandes cambios.

— ¿Cómo cree que será la relación de Francia con Latinoamérica y con Bolivia, con Macron o Le Pen?

— Tradicionalmente en Francia la política exterior ha sido una política de consensos. No hubo grandes decisiones sobre las grandes orientaciones de la política exterior. Se trata de un país independiente, un país con una fuerza nuclear autónoma, un país miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que defiende la paz, un país totalmente comprometido con Europa y con la mejor integración de los países europeos y en busca de la construcción de un gran espacio de libertad, de libertad de circulación, de los bienes y capitales como también de las personas.

El país está comprometido con sus vecinos, en particular con los vecinos del Mediterráneo, y así se busca construir un espacio de integración y de paz. No creo que haya mayores discusiones.

Evidentemente se puede decir que debemos acercarnos cada vez más a este país o al otro, pero yo no he escuchado eso en los discursos de los candidatos. En particular, no escuché en los dos candidatos referencias a Latinoamérica. Yo no he escuchado diferencias o discusiones en ese sentido.

Estoy convencido de que Francia seguirá cooperando para la paz y el desarrollo de los países de la región y, en particular, de Bolivia. Bolivia es uno de los países que se beneficia con los créditos del Banco de Desarrollo y Bolivia es un país de ingreso medio bajo para las categorías del Banco Mundial (BM). No creo que haya mayores discusiones ni mayores reorientaciones.

Datos

Nombre: Denys Wibaux.

Nació: En la ciudad de Roubaix en 1954.

Cargo: Embajador de Francia, en Bolivia.

Perfil

Wibaux está fascinado con la literatura nacional. Cuando se enteró de que iba a llegar a Bolivia, sus amigos le regalaron un libro en francés del cochabambino Edmundo Paz Soldán, de la Colección Blanc. Hoy Paz Soldán es uno de sus autores preferidos; aunque también le gusta leer a Verónica Ormachea, Magela Baudoin y a Juan de Recacochea, de quien dice que es “divertidísimo”.