Thursday 28 Mar 2024 | Actualizado a 18:02 PM

Nacido para ser dirigente

Un significativo homenaje que se le hizo fue que el XIX Congreso Nacional Ordinario de la Confederación Nacional de Trabajadores Constructores efectuado en Santa Cruz del 16 al 18 de marzo del 2006, llevara su nombre: “Hugo Montero Mur”.

/ 28 de mayo de 2017 / 04:00

Creo que he nacido para ser dirigente, el sindicalismo me ha elegido (…) En la escuela había un matón, un alemán que abusaba de los chicos. Una vez me faltó al respeto y le di un puñetazo; ahí me nombran secretario de la directiva. Ya en colegio, en el Sucre, me eligen dirigente y me mandan a la Federación de Estudiantes de Secundaria”, recuerda Hugo Montero Ruiz, exalcalde de Cochabamba, exdiputado, exministro; dirigente estudiantil, obrero, político…

Con 85 años, hoy vive en Colcapirhua; hace 10 que se jubiló; tiene una renta de Bs 1.500, que le alcanzan para comer, dice. Recuerda que su vivienda, sencilla, fue hecha “ladrillo a ladrillo” hace 40 años.

No lleva una vida ostentosa. “Si usted se porta honestamente, tiene que vivir moderadamente y en la pobreza”, afirma. La actividad sindical le cerró varias puertas.

En sus años de dirigente, quienes más sufrieron fueron su esposa e hijos. Se casó saliendo de colegio y doña Carmen Lara, su compañera de vida, tuvo que velar no solo por sus cuatro retoños, sino también porque no le pasara nada a él, que fue confinado, exiliado y casi perdió la vida en la dictadura de Luis García Meza.

Montero Mur participó activamente en la Revolución del 52. Fundó los sindicatos de Obras Públicas Municipales, la Federación de Constructores y la Central Obrera Departamental. Fue secretario permanente de la Central Obrera Boliviana.

En 1956 fue la “mano derecha” del presidente Hernán Siles Zuazo. “Me llevó a Palacio porque me tenía una confianza tremenda, yo era escaso de calcio, no tenía uñas para robar sino para trabajar”, sonríe. En 1958, en el gobierno de Víctor Paz Estenssoro, fue diputado por Cochabamba, por el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierda (MNRI).

Tuvo un impasse con Paz Estenssoro. “Antenor Patiño tramitó una ley para arreglar sus cuestiones económicas en Europa y yo critiqué al Presidente porque al promulgarla estaba traicionando los principios de la Revolución”, cuestionó. Al día siguiente se enteró por los diarios de que había sido expulsado del partido. “Paz odiaba a la gente que no le seguía; al poco tiempo me confinó a Puerto Villarroel, sin respetar las prerrogativas de diputado”. Pero tuvo que traerlo para la inauguración del Parlamento. Desde entonces no pertenece a ningún partido.

En 1970 fue nombrado subsecretario del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sindicales, durante el corto gobierno de Juan José Torres. En su gestión se nacionalizó Mina Matilde, ningún ministro quiso ir al lugar para ejecutar la tarea por temor a la reacción de los trabajadores, pero él fue aceptado por ser exsindicalista y logró la nacionalización.

Entre 1983 y 1985, con Hernán Siles Zuazo en el gobierno, es nombrado alcalde de Cochabamba. “Yo no hice ninguna obra”, enfatiza; y aclara: “las obras las hacen los trabajadores y, sin embargo, cuando hay una entrega, no se menciona a estos ejecutores”, por ello resalta la labor del ingeniero Oswaldo Pareja, que junto a los obreros amplió la represa de Escalerani, lo que sirvió para paliar la falta del líquido en el valle. En 1985 y por un año, fue nombrado ministro de Industria, Comercio y Turismo. 

Hasta hace poco fue asesor de la COD y miembro de su Tribunal de Honor. Retirado de la vida política y sindical, hoy dedica tiempo a “los amigos del barrio”, pajaritos que a diario lo visitan porque allí encuentran agua y comida. Por Radio Urcupiña (Quillacollo), de 09.30 a 10.30, conduce el programa Realidades. Allí, junto con Jorge Salazar, “charlo con la gente, le aconsejo y hacemos un análisis sobre la coyuntura”.

Perfil

Nombre: Hugo Montero Mur

Nació: El 11 de febrero de 1932

Profesión: Egresado de Derecho de la UMSS; transportista y mecánico

Familia

Radicado en Cochabamba desde sus siete años, luego se casó con Carmen Lara Soria Galvarro, con quien tuvo cuatro hijos: Pedro Gonzalo, María Virginia, Hugo Raúl y Carmen Angélica, que le dieron 14 nietos y 14 bisnietos.

Desde Oruro, Gran Poder o el poder de los grandes?

Juan Mejía Cisneros, es periodista

La fiesta Jesús del Gran Poder, que una vez más hará gala de su poder el 10 de junio, aspira al título de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad; la documentación de respaldo, fotos y videos fue presentada a la Unesco el 31 de marzo; la postulación tuvo el espaldarazo de nada menos que del segundo hombre del Estado Plurinacional, Álvaro García  Linera.

El Gran Poder o ¿el poder de los grandes? ¿poder aymara? Tal vez ¿aymaras poderosos? En fin, de una manifestación religiosa barrial muda a un evento citadino en el que participan más de 30.000 bailarines afiliados en 67 conjuntos que hacen alarde de un poder económico millonario, en especial las morenadas, que tienen nombres nada folklóricos pero llamativos como Intocables, Señorial Illimani, Catedráticos del Gran Poder, Fanáticos, Verdaderos Rosas, Bullangueros y otros.

Si hilamos fino, la fiesta paceña tiene mucho del Carnaval de Oruro, desde los preparativos para el primer convite en noviembre, su organización en fraternidades, la manifestación de fe, el compromiso de bailar por tres años y otras tradiciones ancestrales, lo que significa que en el fondo es una emulación de una de las celebraciones pagano religiosas más importantes y coloridas de América Latina que ostenta el título de Obra Maestra de la Humanidad.

Sin duda el Carnaval de Oruro, que el 18 de mayo conmemoró su XVI Aniversario de Declaratoria de Obra Maestra, de remotas raíces ancestrales, es único, brilla con luz propia hasta encandilar y maravillar a propios y extraños, siendo las danzas folklóricas más representativas la morenada y la diablada, cuyos orígenes cargan en sus espaldas desde los siglos XVIII y XIX; a esto se suman las otras 16 especialidades de baile y los artesanos de la calle La Paz.

Cada departamento tiene en lo más profundo de su intimidad cultural raíces ancestrales que expresan el sentir de un pueblo, una identidad. ¿Por qué cada uno entonces no expresa su propia cultura en sus entradas folklóricas?

Es tiempo de analizar que hay costumbres y tradiciones que nos están aniquilando. Cada manifestación cultural, Carnaval de Oruro, Gran Poder, Urkupiña, Ch’utillos y otras deben ser un aporte al fortalecimiento de la identidad nacional y no lo contrario.

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Nacido para ser dirigente

Un significativo homenaje que se le hizo fue que el XIX Congreso Nacional Ordinario de la Confederación Nacional de Trabajadores Constructores efectuado en Santa Cruz del 16 al 18 de marzo del 2006, llevara su nombre: “Hugo Montero Mur”.

/ 28 de mayo de 2017 / 04:00

Creo que he nacido para ser dirigente, el sindicalismo me ha elegido (…) En la escuela había un matón, un alemán que abusaba de los chicos. Una vez me faltó al respeto y le di un puñetazo; ahí me nombran secretario de la directiva. Ya en colegio, en el Sucre, me eligen dirigente y me mandan a la Federación de Estudiantes de Secundaria”, recuerda Hugo Montero Ruiz, exalcalde de Cochabamba, exdiputado, exministro; dirigente estudiantil, obrero, político…

Con 85 años, hoy vive en Colcapirhua; hace 10 que se jubiló; tiene una renta de Bs 1.500, que le alcanzan para comer, dice. Recuerda que su vivienda, sencilla, fue hecha “ladrillo a ladrillo” hace 40 años.

No lleva una vida ostentosa. “Si usted se porta honestamente, tiene que vivir moderadamente y en la pobreza”, afirma. La actividad sindical le cerró varias puertas.

En sus años de dirigente, quienes más sufrieron fueron su esposa e hijos. Se casó saliendo de colegio y doña Carmen Lara, su compañera de vida, tuvo que velar no solo por sus cuatro retoños, sino también porque no le pasara nada a él, que fue confinado, exiliado y casi perdió la vida en la dictadura de Luis García Meza.

Montero Mur participó activamente en la Revolución del 52. Fundó los sindicatos de Obras Públicas Municipales, la Federación de Constructores y la Central Obrera Departamental. Fue secretario permanente de la Central Obrera Boliviana.

En 1956 fue la “mano derecha” del presidente Hernán Siles Zuazo. “Me llevó a Palacio porque me tenía una confianza tremenda, yo era escaso de calcio, no tenía uñas para robar sino para trabajar”, sonríe. En 1958, en el gobierno de Víctor Paz Estenssoro, fue diputado por Cochabamba, por el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierda (MNRI).

Tuvo un impasse con Paz Estenssoro. “Antenor Patiño tramitó una ley para arreglar sus cuestiones económicas en Europa y yo critiqué al Presidente porque al promulgarla estaba traicionando los principios de la Revolución”, cuestionó. Al día siguiente se enteró por los diarios de que había sido expulsado del partido. “Paz odiaba a la gente que no le seguía; al poco tiempo me confinó a Puerto Villarroel, sin respetar las prerrogativas de diputado”. Pero tuvo que traerlo para la inauguración del Parlamento. Desde entonces no pertenece a ningún partido.

En 1970 fue nombrado subsecretario del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sindicales, durante el corto gobierno de Juan José Torres. En su gestión se nacionalizó Mina Matilde, ningún ministro quiso ir al lugar para ejecutar la tarea por temor a la reacción de los trabajadores, pero él fue aceptado por ser exsindicalista y logró la nacionalización.

Entre 1983 y 1985, con Hernán Siles Zuazo en el gobierno, es nombrado alcalde de Cochabamba. “Yo no hice ninguna obra”, enfatiza; y aclara: “las obras las hacen los trabajadores y, sin embargo, cuando hay una entrega, no se menciona a estos ejecutores”, por ello resalta la labor del ingeniero Oswaldo Pareja, que junto a los obreros amplió la represa de Escalerani, lo que sirvió para paliar la falta del líquido en el valle. En 1985 y por un año, fue nombrado ministro de Industria, Comercio y Turismo. 

Hasta hace poco fue asesor de la COD y miembro de su Tribunal de Honor. Retirado de la vida política y sindical, hoy dedica tiempo a “los amigos del barrio”, pajaritos que a diario lo visitan porque allí encuentran agua y comida. Por Radio Urcupiña (Quillacollo), de 09.30 a 10.30, conduce el programa Realidades. Allí, junto con Jorge Salazar, “charlo con la gente, le aconsejo y hacemos un análisis sobre la coyuntura”.

Perfil

Nombre: Hugo Montero Mur

Nació: El 11 de febrero de 1932

Profesión: Egresado de Derecho de la UMSS; transportista y mecánico

Familia

Radicado en Cochabamba desde sus siete años, luego se casó con Carmen Lara Soria Galvarro, con quien tuvo cuatro hijos: Pedro Gonzalo, María Virginia, Hugo Raúl y Carmen Angélica, que le dieron 14 nietos y 14 bisnietos.

Desde Oruro, Gran Poder o el poder de los grandes?

Juan Mejía Cisneros, es periodista

La fiesta Jesús del Gran Poder, que una vez más hará gala de su poder el 10 de junio, aspira al título de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad; la documentación de respaldo, fotos y videos fue presentada a la Unesco el 31 de marzo; la postulación tuvo el espaldarazo de nada menos que del segundo hombre del Estado Plurinacional, Álvaro García  Linera.

El Gran Poder o ¿el poder de los grandes? ¿poder aymara? Tal vez ¿aymaras poderosos? En fin, de una manifestación religiosa barrial muda a un evento citadino en el que participan más de 30.000 bailarines afiliados en 67 conjuntos que hacen alarde de un poder económico millonario, en especial las morenadas, que tienen nombres nada folklóricos pero llamativos como Intocables, Señorial Illimani, Catedráticos del Gran Poder, Fanáticos, Verdaderos Rosas, Bullangueros y otros.

Si hilamos fino, la fiesta paceña tiene mucho del Carnaval de Oruro, desde los preparativos para el primer convite en noviembre, su organización en fraternidades, la manifestación de fe, el compromiso de bailar por tres años y otras tradiciones ancestrales, lo que significa que en el fondo es una emulación de una de las celebraciones pagano religiosas más importantes y coloridas de América Latina que ostenta el título de Obra Maestra de la Humanidad.

Sin duda el Carnaval de Oruro, que el 18 de mayo conmemoró su XVI Aniversario de Declaratoria de Obra Maestra, de remotas raíces ancestrales, es único, brilla con luz propia hasta encandilar y maravillar a propios y extraños, siendo las danzas folklóricas más representativas la morenada y la diablada, cuyos orígenes cargan en sus espaldas desde los siglos XVIII y XIX; a esto se suman las otras 16 especialidades de baile y los artesanos de la calle La Paz.

Cada departamento tiene en lo más profundo de su intimidad cultural raíces ancestrales que expresan el sentir de un pueblo, una identidad. ¿Por qué cada uno entonces no expresa su propia cultura en sus entradas folklóricas?

Es tiempo de analizar que hay costumbres y tradiciones que nos están aniquilando. Cada manifestación cultural, Carnaval de Oruro, Gran Poder, Urkupiña, Ch’utillos y otras deben ser un aporte al fortalecimiento de la identidad nacional y no lo contrario.

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