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La radio en Santa Cruz

Con el orgullo de haber escrito el primer libro referente de la historia de la radiodifusión en la ciudad de Santa Cruz, Hugo Salvatierra Rivero —presidente de la Asociación de Periodistas de Santa Cruz— ya piensa en la segunda edición de su obra que se titula La rebeldía de la radio en Santa Cruz.

El texto fue presentado en 2009, pero después de más de cuatro años recién fue tomado en cuenta por la Universidad Evangélica Boliviana (UEB) para la formación de los comunicadores en esa área.

Ahora, el libro es usado como un instrumento básico para las materias de radio no solo en la UEB sino también en la Universidad Privada Domingo Savio (UPDS), la Universidad de Aquino de Bolivia (Udabol), la Escuela Superior de Comunicación Audiovisual Diakonía, dependiente de la Universidad Católica Boliviana (UCB), y en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM).

Ante la demanda del texto, Salvatierra lanzará otra edición este mes debido a que en las librerías de la capital cruceña no hay un solo ejemplar.
La medida busca que los nuevos estudiantes de la carrera de Comunicación Social tengan acceso a este material, debido a que hasta ahora es el único texto de referencia que existe en Santa Cruz con relación a esta temática.

La obra se divide en tres épocas de la radiodifusión en Santa Cruz y entre los temas que se tocan en estas fases están: el oscurantismo radial, el periodismo deportivo radial y la radiodifusión en el norte cruceño.

En la primera época se toca la aparición de las primeras radioemisoras en Santa Cruz, en el periodo entre 1938 y 1952.

El 7 de octubre de 1938 se efectuó por primera vez la emisión de la radio Oriente, cuyos equipos técnicos fueron traídos por el entonces presidente Germán Busch Becerra e instalados en la capital cruceña por Luis Canedo Reyes, un destacado periodista. Dicha radio funcionaba en Amplitud Modulada (AM) y Onda Corta (OC).

“Radio Oriente para todo el continente” era el slogan de esta emisora cruceña porque era muy potente y sus emisiones se escuchaban en todo el continente americano. Posteriormente, apareció radio Cultura y radio Electra, de Gustavo (Chavo) Urioste que estuvo en el aire por más tiempo.
En la segunda época de la historia de la radio que comprende el periodo 1956-1975 se trata la etapa de oro de la radiodifusión cruceña, en la cual aparecen las emisoras Grigotá, Rural, Santa Cruz, Piraí, Atlántida, Libertad, Centenario, Oriental, Amboró, Marítima, La Luz y El Espectador.

Esta fue denominada la época de oro de la radio en Santa Cruz porque sin contar con grandes instrumentos técnicos las emisoras elaboraban “verdaderas joyas” de la producción radial, donde los radialistas empezaron a demostrar la creatividad que tenían para hacer programas radiales y noticieros.

Sin embargo, el autor calificó la etapa entre 1952 y 1956 como “el oscurantismo” de la radio en la capital cruceña porque se cerraron las radioemisoras.

La radio Electra —que era la única emisora que seguía funcionando desde la primera época— era tomada y retomada debido a las peleas internas entre los partidos del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y la Falange Socialista Boliviana (FSB).

Esta situación hizo que el propietario de la radio decidiera cerrar ese medio porque estaba cansado de los abusos y Santa Cruz se quedó sin radio.

La tercera época que se inició en 1975 fue considerada por Salvatierra como la etapa contemporánea debido a que las emisoras contaban con la Frecuencia Modulada (FM).

El autor destaca que las primeras radioemisoras en la capital cruceña fueron el pilar de las luchas cívicas y el desarrollo del departamento.
En el campo de la radiodifusión del norte cruceño, el autor resalta las emisoras del municipio de Montero como radio Oriental, Norte, Mensaje, María Auxiliadora y la Voz del Cañero.

En tanto, en el municipio de Warnes destaca la radio Warnes, que era considerada como la más estable, además de las emisoras Mundial, Satélite, San José, Cristal, La Roca y Esperanza.

En el ámbito del periodismo deportivo radial, el autor pondera la labor de radio Grigotá debido a que fue la pionera del área y formó periodistas radiales destacados como Édgar Durán, Bernardo Silva, Bismarck Kreidler, Delfo Limpias, Wally Aparicio y Pepe Gutiérrez, entre otros profesionales.

Salvatierra afirma que la radio es tan humana como las personas, por ello requiere de creatividad y para su producción se puede usar monólogos, diálogos, efectos y una serie de instrumentos para hacerla más divertida. Para ello, dijo que los radialistas deben escribir guiones y se debe hacer la preproducción de los programas ya que la audiencia merece un buen producto.

Salvatierra añade que en los últimos años se ha registrado la última etapa de la radiodifusión nacional con la aparición de la radio digital.

Sobre este tema, el periodista cruceño escribió su segundo libro denominado La radio digital en Bolivia, que está a punto de imprimirse y se espera que sea otro aporte para los estudiantes de Comunicación que se formen para ser radialistas y para los amantes de ese medio.

El nuevo texto que se publicará este año intenta diferenciar la radio actual con el sistema de la radio digital, ya que para tener un sonido digital se deben cambiar los equipos transmisores y convertirlos en un sistema digital.

El autor además detalla que entre otros beneficios colaterales de la radio digital está tener tres canales. Por el canal A se puede transmitir noticias, por el B música y por el C solo deportes.