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Lo que no debemos callar

El más reciente número de ‘Lo que se calló’ revela detalles del martirio de Marcelo Quiroga Santa Cruz.

/ 22 de noviembre de 2017 / 04:00

Esta semana vio la luz la plataforma virtual loquesecallo.com, que es la versión digital de la revista homónima que editamos desde hace tres años junto con Arturo Choque. Se trata de un proyecto periodístico que definimos como un no medio porque, por un lado, no tenemos una estructura tradicional y,  por otro, somos conscientes de la crisis de intermediación que hay desde espacios mediáticos masivos.

Por eso, nos presentamos como una iniciativa de apasionados que en su tiempo libre hacen periodismo independiente y autofinanciado, aunque no descartamos tener anunciantes.

De inicio, les aclaramos a nuestros lectores que no creemos en la objetividad ni en la neutralidad e imparcialidad porque nosotros sí nos parcializamos, y lo hacemos en favor de la gente.

Como periodista, no puedes permanecer indiferente ante el dolor humano o la injusticia social, no puedes creerte el cuento de que poniendo la parte y la contraparte, ya cumpliste. Que dos fuentes confrontadas digan dos cosas contrapuestas, no es noticia. Lo que nos hace falta es preguntarnos si nos tomamos el tiempo y la molestia de confirmar una y otra afirmación.

Nuestro imperativo es ponernos en los zapatos de “el otro”, y por tanto, somos conscientes de que no todo es publicable. Desde luego que la primicia nos emociona, pero no nos mata.

Lo que ofrecemos es contar historias lo más honestamente posible, contrastadas, cubiertas a profundidad y presentadas en un formato directo, comprensible y, en la medida de lo posible, en una plataforma multimedia.

En este emprendimiento resulta vital el aporte de nuestro documentalista Iván Niura, del artista de la fotografía Satori Gigie (Wilfredo Limachi), y la periodista Maribel Zúñiga, quien además es el satélite de Lo que se calló en Buenos Aires (Argentina), donde también estamos con el proyecto Ni Bolitas Ni Boludos.

Pero no solo queremos contar historias o escribir noticias, sino también explicar e interpretar hechos.

Por eso nos tomamos nuestro tiempo: entre tres y seis meses para los grandes reportajes, es decir cuatro grandes temas por año. Así, dedicamos el último número de Lo que se calló a quien inspiró, con uno de sus escritos, el nombre de esta revista: Marcelo Quiroga Santa Cruz (líder del entonces Partido Socialista).

Lo que no debemos callar es el rótulo con el que Marcelo bautizó cinco de sus textos, entre columnas de opinión y folletos, que aparecieron en el desaparecido periódico Presencia, entre 1967 y 1968. Y Lo que se calló es un homenaje a esta propuesta pero ante todo a quien defendió en vida y con su vida el derecho de decir lo que pensaba y no callar ante nada ni nadie.

En nuestra más reciente edición intentamos reconstruir, con base en archivos, confidencias, testimonios y memoria colectiva, los pormenores del asesinato de Marcelo Quiroga Santa Cruz hace 37 años, al igual que el peregrinar de su cuerpo en las horas posteriores a su martirio hasta desembarcar, en un croquis, el que podría revelar su última morada.

También relatamos los meses previos al golpe de Estado, narrados desde la perspectiva de los paramilitares que han decidido romper un largo silencio. Y, desde luego, un homenaje biográfico, literario, histórico y político al líder socialista, en un estricto sentido periodístico, pero también militante de los derechos humanos.

Se trata de un trabajo de varios meses de investigación, hecho con rigor periodístico, pero también con el corazón, debido a que quizás a los periodistas nos hace falta “confiar en nuestros entusiasmos”, como diría el periodista y novelista argentino Martín Caparrós, ya que “no es suficiente sorprender, hay que conmover”, según complementa la periodista y cronista Leila Guerriero.

Por nuestra parte, haremos el esfuerzo de conmovernos y regocijarnos en los detalles, ver lo que otros no ven en lo que todos miran.

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Lo que no debemos callar

El más reciente número de ‘Lo que se calló’ revela detalles del martirio de Marcelo Quiroga Santa Cruz.

/ 22 de noviembre de 2017 / 04:00

Esta semana vio la luz la plataforma virtual loquesecallo.com, que es la versión digital de la revista homónima que editamos desde hace tres años junto con Arturo Choque. Se trata de un proyecto periodístico que definimos como un no medio porque, por un lado, no tenemos una estructura tradicional y,  por otro, somos conscientes de la crisis de intermediación que hay desde espacios mediáticos masivos.

Por eso, nos presentamos como una iniciativa de apasionados que en su tiempo libre hacen periodismo independiente y autofinanciado, aunque no descartamos tener anunciantes.

De inicio, les aclaramos a nuestros lectores que no creemos en la objetividad ni en la neutralidad e imparcialidad porque nosotros sí nos parcializamos, y lo hacemos en favor de la gente.

Como periodista, no puedes permanecer indiferente ante el dolor humano o la injusticia social, no puedes creerte el cuento de que poniendo la parte y la contraparte, ya cumpliste. Que dos fuentes confrontadas digan dos cosas contrapuestas, no es noticia. Lo que nos hace falta es preguntarnos si nos tomamos el tiempo y la molestia de confirmar una y otra afirmación.

Nuestro imperativo es ponernos en los zapatos de “el otro”, y por tanto, somos conscientes de que no todo es publicable. Desde luego que la primicia nos emociona, pero no nos mata.

Lo que ofrecemos es contar historias lo más honestamente posible, contrastadas, cubiertas a profundidad y presentadas en un formato directo, comprensible y, en la medida de lo posible, en una plataforma multimedia.

En este emprendimiento resulta vital el aporte de nuestro documentalista Iván Niura, del artista de la fotografía Satori Gigie (Wilfredo Limachi), y la periodista Maribel Zúñiga, quien además es el satélite de Lo que se calló en Buenos Aires (Argentina), donde también estamos con el proyecto Ni Bolitas Ni Boludos.

Pero no solo queremos contar historias o escribir noticias, sino también explicar e interpretar hechos.

Por eso nos tomamos nuestro tiempo: entre tres y seis meses para los grandes reportajes, es decir cuatro grandes temas por año. Así, dedicamos el último número de Lo que se calló a quien inspiró, con uno de sus escritos, el nombre de esta revista: Marcelo Quiroga Santa Cruz (líder del entonces Partido Socialista).

Lo que no debemos callar es el rótulo con el que Marcelo bautizó cinco de sus textos, entre columnas de opinión y folletos, que aparecieron en el desaparecido periódico Presencia, entre 1967 y 1968. Y Lo que se calló es un homenaje a esta propuesta pero ante todo a quien defendió en vida y con su vida el derecho de decir lo que pensaba y no callar ante nada ni nadie.

En nuestra más reciente edición intentamos reconstruir, con base en archivos, confidencias, testimonios y memoria colectiva, los pormenores del asesinato de Marcelo Quiroga Santa Cruz hace 37 años, al igual que el peregrinar de su cuerpo en las horas posteriores a su martirio hasta desembarcar, en un croquis, el que podría revelar su última morada.

También relatamos los meses previos al golpe de Estado, narrados desde la perspectiva de los paramilitares que han decidido romper un largo silencio. Y, desde luego, un homenaje biográfico, literario, histórico y político al líder socialista, en un estricto sentido periodístico, pero también militante de los derechos humanos.

Se trata de un trabajo de varios meses de investigación, hecho con rigor periodístico, pero también con el corazón, debido a que quizás a los periodistas nos hace falta “confiar en nuestros entusiasmos”, como diría el periodista y novelista argentino Martín Caparrós, ya que “no es suficiente sorprender, hay que conmover”, según complementa la periodista y cronista Leila Guerriero.

Por nuestra parte, haremos el esfuerzo de conmovernos y regocijarnos en los detalles, ver lo que otros no ven en lo que todos miran.

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