Judiciales: La elección dejó de ser el tema de fondo
El debate sobre las propuestas de los candidatos está ausente y en su lugar se anticipa un escenario politizado entre opositores y oficialistas.
Dentro de siete días, 6,4 millones de bolivianos acudirán a las urnas para elegir a las máximas autoridades del Órgano Judicial. Será la segunda vez, en seis años, que el país enfrentará este proceso con miras a renovar a los magistrados en el marco de un escenario marcado por principios democráticos del voto universal y participación ciudadana.
Hasta ahí todo bien, pero una vez más, esta arquitectura institucional ideada desde el poder constituyente (2006-2009) está vinculada con criterios políticos y mensajes que van más allá del propósito mismo de estos comicios. Ahora mismo, una buena parte de los electores, actores políticos y candidatos está pensando en la posibilidad de que los votos nulos ganen a los válidos, que es la apuesta por alguno de los 96 candidatos en carrera.
“Al final, están en juego otras estrategias, pues el tema de fondo —que es la renovación del Poder Judicial— es secundario y eso es lo que vamos a ver. Esta elección está complicada por la politización que se vuelve en un tema de estrategia con vistas a las presidenciales de 2019, lo que es un gran problema que mete ruidos, debilita la elección y la hará confusa”, señaló Armando Ortuño, experto en análisis electoral en un contacto con Animal Político. El especialista incluso consideró que la lectura plebiscitaria será parte del debate político tras los comicios.
Una prueba de esta percepción puede reflejarse en la declaración del grupo de líderes políticos de la oposición, la cuarta de este tipo desde que se rechazó la intención del presidente Evo Morales de repostularse a pesar de los resultados del referéndum del 21 de febrero de 2016.
“Expresando nuestra protesta de modo pacífico, democrático y firme contra la corrupción y la manipulación de la Justicia, hemos decidido votar nulo el 3 de diciembre”, anunciaron los expresidentes Jorge Quiroga y Carlos Mesa, el exvicepresidente Víctor Hugo Cárdenas, Samuel Doria Medina de Unidad Demócrata (UD) y Rubén Costas del Movimiento Demócrata Social (Demócratas) en un pronunciamiento que circuló con intensidad en las redes sociales y medios tradicionales, creando un clima de opinión de debate en el que no están inmersas las propuestas de los 96 candidatos que postulan al Tribunal Supremo de Justicia, al Tribunal Constitucional Plurinacional, al Consejo de la Judicatura y al Tribunal Agroambiental.
La presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Katia Uriona, aclaró, poco antes de este comunicado, que todas las expresiones ciudadanas respecto del proceso electoral están permitidas, excepto aquellas vetadas por la Constitución (Artículo 182, párrafo tercero), es decir, el pedido explícito de voto por parte de los aspirantes a los altos cargos de la Justicia. En suma, los ciudadanos pueden hablar del voto nulo y blanco, aunque para algunos sectores del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) esto podría violentar el derecho a elegir o el secreto del voto.
El vicepresidente del TSE, José Luis Exeni, también en contacto con esta redacción, aseguró que la entidad se planteó el reto de promover el voto informado a partir de las propuestas de los aspirantes. Aseguró que existen algo más de 350 pases diarios en medios tradicionales y digitales con esta información.
“La principal dificultad es asumir que éste es un proceso que tiene dos fases, la primera de preselección en la Asamblea Legislativa que ha sido muy intensa en términos de un debate político que hemos heredado respecto a críticas de la oposición a la legitimidad de ese proceso. Hemos tratado de hacer un quiebre y decir ‘hasta aquí fue la preselección en la Asamblea y desde aquí corre el proceso electoral’ y queremos que sea un proceso técnicamente informado. Esperamos que sea un momento más de participación y de profundización democrática en Bolivia”, apostilló.
En las elecciones de 2011, los votos blancos y nulos sumaron el 58%, de acuerdo con el cálculo realizado por el politólogo y sociólogo Eduardo Leaño sobre la base de los datos condensados por el TSE en el cuarto tomo del Atlas Electoral (2017). Ese mismo documento señala que, según un reporte de la Organización de Estados Americanos (OEA), la preselección parlamentaria de 2011 “fue definida por el bloque oficialista”. Ese mismo año, “puesto que no hubo campaña electoral y la población dependía de los espacios obligatorios de los medios de comunicación, la información sobre los candidatos no fue recibida de manera homogénea por la ciudadanía. Los resultados de la votación popular muestran una mayor cantidad de votos nulos y blancos que válidos”, complementa el informe de los primeros comicios judiciales en el Atlas Electoral.
DEBATE. Frente a este antecedente, Ortuño admitió que el TSE está haciendo “un esfuerzo notable” para que el elector llegue con la mejor información a las urnas del 3 de diciembre. De hecho, a diferencia del reglamento de hace seis años, la actual administración electoral permitió a los candidatos difundir sus propuestas en favor de la transformación del Órgano Judicial.
A pesar de estas acciones, el escenario preelectoral se ha polarizado en facciones que apuntan a mejorar el perfil de los líderes políticos con miras a los comicios presidenciales que tendrán lugar a fines de 2019.
Este parece ser el caso del alcalde de La Paz, Luis Revilla, quien firmó los dos primeros pronunciamientos del grupo de líderes políticos de oposición. “El Gobierno quiere convertir la elección judicial en plebiscito; si hay más votos válidos, apoyo al Gobierno, y la oposición juega el mismo juego, si hay más votos nulos, apoyo a la oposición. Todos usan la justicia para sus fines, pero después del 3 de diciembre nada cambiará y seguirá la misma justicia ineficiente, corrupta y prebendal. En ambos lados no hay interés verdadero de afrontar los problemas de fondo de la administración de justicia”, escribió Revilla.
“Se trata de una estrategia de diferenciación (…). La elección secundaria se ha vuelto un instrumento para la preparación de la elección presidencial”, reiteró Ortuño, a pesar de la insistencia de los opositores y oficialistas de centrarse en el desafío que representa para el país la reforma de la institucionalidad de la Justicia del país.
El diputado de Unidad Demócrata Wilson Santamaría indicó que alentando el voto nulo se busca dar un mensaje al Gobierno de rechazo, porque la Justicia no cambiará con candidatos afines al MAS, así como la corrupción y el prorroguismo. “La Justicia no va a cambiar con este proceso y talvez su situación empeore”, afirmó el legislador a manera de responder a la presidenta de la Cámara de Diputados, Gabriela Montaño, quien aseguró que la opción que persigue la oposición guarda relación con la práctica del “cuoteo partidario” con el que se elegían, antes de la Constitución de 2009, a las altas autoridades judiciales.
“La mayor cantidad de candidatos que se están presentando en esta elección han sido funcionarios judiciales o servidores públicos y también el gran desconocimiento que tiene el pueblo boliviano con relación a los aspirantes, más la falta de independencia y transparencia en las elecciones, han incidido para que se tome esta decisión”, afirmó el diputado Fernando Cuéllar, presidente del Comité Pro-Santa Cruz, desde el escenario de opinión que se articula por parte de grupos ciudadanos que se muestran muy activos a la hora de rechazar la repostulación del presidente Evo Morales.