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La propuesta busca anular a las minorías

El anunciado plan del Movimiento Al Socialismo (MAS) de reemplazar el vigente sistema democrático, basado en el sistema de mayorías y minorías, por una democracia comunal para la toma de decisiones a través del consenso es un truco, porque pretende vincular dicho sistema a lo comunitario cuando la meta es que represente al país.

La Constitución Política del Estado (CPE) establece que Bolivia se constituye en un Estado unitario social de derecho plurinacional comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías.

La democracia se entiende bajo tres preceptos. El primero es el respeto al voto, el segundo es que se obedezcan las leyes y el tercero es que se garantice la libertad de las personas. En tanto, la democracia comunitaria que proviene del mundo indígena tiene varios principios.

El primero es la rotación y que toda persona que tiene alguna propiedad agraria ocupe un cargo de modo rotatorio y por un lapso definido. Empero, si dicho principio se consolidara el Gobierno estaría en problemas debido a que se rompería el principio de alternancia.

En ese sentido, cabe resaltar que el Ejecutivo busca aplicar solo lo que le conviene debido a que la democracia comunitaria se basa en la toma de decisiones a través de un consenso en instancias máximas como ampliados, congresos y otros.

Si en esas máximas instancias hay personas que no están de acuerdo con un planteamiento, se realiza una votación y se acata lo que la mayoría decida. En tanto, el sistema democrático actual es representativo por mandato de la Carta Magna y porque reconoce que las minorías también sean escuchadas y tomadas en cuenta.

Una muestra de aquello es que en los reglamentos de las cámaras de Diputados y de Senadores se debe reconocer un espacio proporcional a las fuerzas minoritarias en las directivas y bancadas como corresponde porque dicho sistema rige en el país.

Ahora, si el Gobierno desea hacer algunos cambios, interpretar lo que le conviene porque no quiere escuchar a las minorías ni que haya opiniones contrarias al poder y pretender instaurar una lógica hegemónica, debe modificar la Constitución. Y eso nos lleva a una errada interpretación ya que se busca anular a las minorías y esa medida no la compartimos desde ningún punto de vista.

Se debe señalar que la idea de incorporar la democracia comunitaria en el ordenamiento jurídico nació en la Asamblea Constituyente y se rescataron sus principios como el ama súa (no seas ladrón), ama llulla (no seas mentiroso) y ama quella (no seas flojo) pero no la eliminación de la representación minoritaria.

Por ello, esta propuesta no madurará en el tiempo y no se cambiarán las formas de representación. Para consolidar dicha pretensión se requiere que la Asamblea Legislativa Plurinacional se convierta en unicameral. También se requiere modificar la Ley de Régimen Electoral, el sistema de proporcionalidades y que se cierre el Tribunal Supremo Electoral (TSE) debido a que si solo se tendrá una fuerza hegemónica que impone su criterio, eso ya no es democracia sino que es una forma de imposición de las ideas de la mayoría.

Este debate se ha generado porque el oficialismo no está de acuerdo con que haya representantes de las minorías que fiscalizan y cuestionan la corrupción y otros delitos ya que sin esa potestad el Gobierno haría lo que quiere y no se respetaría el hecho de disentir por las acciones asumidas, lo cual no es democracia.

Entonces, con esta proposición se busca restringir el derecho a disentir y a pensar diferente, que es la base de la democracia. Se requiere que las asambleas, a través del voto, mantengan estos equilibrios.

Para lograr una profundización de la democracia es preciso respetar lo que el otro piensa y hacer denuncias sobre diversos hechos y no amedrentarlos para intentar acallar lo que piensa.

En ese sentido, veo que hay muchos problemas cuando la libertad de expresión no está garantizada de forma integral debido a que hay riesgos para el sistema democrático.