Icono del sitio La Razón

El gráfico, maestro de periodismo

El periodismo deportivo mundial quedó consternado con la noticia llegada desde Buenos Aires la tarde del 16 de enero que anunciaba el retiro de la edición impresa de El Gráfico, la revista argentina referente imprescindible del ámbito desde su fundación, en 1919, y que llegó a la cúspide pues se mantuvo sobre todo en la segunda mitad del siglo XX.

El Gráfico reflejó miles de historias desde aquellos tiempos del linotipo y fotografías en blanco y negro, luego sepia. En Bolivia, la publicación también tuvo fieles seguidores.

No llegará al centenario, la tecnología se la devoró. Ahora la noticia está a un click de distancia, ya es historia tener que esperar pacientemente una semana por un producto.

“Torneos lamenta informar que ha decidido discontinuar la versión impresa de la revista El Gráfico. Esta triste decisión se tomó en un contexto global de decreciente consumo de medios impresos que ha afectado a nuestra revista. Adicionalmente, en los últimos años la empresa ha llevado adelante diversas estrategias de producto y comerciales para intentar revertir la situación económica deficitaria de la revista”, dice el comunicado de firma responsable.

Comenzó como un semanario y en 2002 se convirtió en publicación mensual. Supo lidiar contra cuanto avance se registró, las transmisiones en radio, las de televisión en directo y a colores. Tuvo capacidad de reinventarse para competir y ganar, contaba los mismos hechos desde otros ángulos con una prosa capaz de entretener y llevar al lector hasta la intimidad de su deportista favorito, de sentirse parte del éxito de la figura elevada a la categoría de héroe o de acompañarlo en la pena o dolor.

Muchos actuales y anteriores periodistas hemos abrazado este oficio después de saborear sus columnas, editoriales, crónicas y reportajes. En el mundo del deporte decían que había que hacer muchos méritos para tener un lugar allí, en esas páginas.

Vienen a la mente Ricardo Lorenzo (Borocotó), Dante Panzeri, autor de Fútbol dinámica de lo impensado, un libro que refleja lo ilógico de este deporte, Osvaldo Ardizzone, Julio César Pasquato (Juvenal), Emilio Laferranderi (El Veco), Osvaldo Ricardo Orcasitas (ORO), cuyas crónicas de las disciplinas deportivas le dieron lustre a la revista más prestigiosa del mundo.

Más cerca en el tiempo están Ernesto Cherquis Bialo, Daniel Arcucci y Aldo Proietto, que mantuvieron la línea y se los puede ver en programas de análisis del fútbol de la televisión argentina.

Inolvidable es Ricardo Alfieri, el fotógrafo que conmovió con la imagen bautizada como El abrazo del alma en la que Víctor Dell’Aquila, un hombre sin brazos que entra al campo de juego del estadio de River Plate para abrazarse con Ubaldo Fillol y Ricardo Tarantini para celebrar el triunfo de Argentina sobre Holanda 3-1, el 25 de junio, en la final del Mundial de 1978. La pasión por la fotografía la heredó a su hijo.

Para orgullo boliviano, el elegante Milton Melgar fue tapa con la camiseta de Boca Juniors después de una buena actuación en un partido frente a Unión de Santa Fe. “Ese día anduve una barbaridad”, cuenta.

El recordado Ramiro Chocolatín Castillo también tuvo ese honor con el título de portada: River es único.

Óscar Sánchez, zaguero central que militó en Gimnasia de Jujuy e Independiente, también apareció en sus páginas interiores.

El Gráfico no solo fue fútbol, las otras prácticas tuvieron su lugar y también importancia. El exatleta Ricardo Condori, quien reside en Ohio, Estados Unidos, apareció en la edición del 18 de diciembre de 1974 después de quedar segundo en la Maratón de los Barrios desarrollada en Buenos Aires. En una foto en blanco y negro aparece flanqueado por quienes completaron el podio.

Gozaba de preferencia en el país, por eso El Gráfico apostó y le fue bien en las tres ediciones especiales que publicó para Bolivia, la primera para Bolívar por su notable campaña en 1991 en Liga y Copa Libertadores de América; luego, en 1993, por la clasificación de Bolivia a la Copa del Mundo de Estados Unidos 1994; y finalmente en 2008 por el centenario de fundación de The Strongest.

Duele su salida del mercado, queda el consuelo de que su rico archivo de notas y fotografías se abrió en internet; pero para los amantes del papel y la tinta, esto ya no es lo mismo.