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‘Observar a Bolivia’, la estrategia de  Piñera

Alfonso Silva, el actual coagente chileno para la demanda marítima planteada por el país ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), será vicecanciller. Se trata de un puesto clave que ya ocupó durante el primer mandato de Sebastián Piñera (2010-2014), aunque en este caso será algo así como “el cable a tierra” de la diplomacia de su nación y un “respaldo importante” para el nuevo ministro de Relaciones Exteriores, el escritor Roberto Ampuero, que ya tiene como primera misión “observar a Bolivia” con miras a los escenarios que se generen tras el fallo que emita el alto tribunal de La Haya, posiblemente dentro de unos seis meses.

De este modo, una fuente política chilena contactada por Animal Político se animó a anticipar algunos de los criterios y señales que marcarán la estrategia diplomática de Piñera hacia Bolivia, precisamente con el punto de mira en La Haya. Por el momento, esta “observación” partirá con el seguimiento a las actividades y declaraciones que pueda emitir el presidente Evo Morales durante la toma de juramento del Mandatario chileno. En el vecino país esperan que la visita del Jefe del Estado boliviano no les traiga sobresaltos.

Por eso, a pesar del cambio de gobierno, Piñera optó por pedir a Heraldo Muñoz, el canciller saliente, que le asesore, y al mismo tiempo se prevé que cuente con los consejos de Jorge Canelas, quien fue cónsul general de Chile en La Paz, para encarar esta etapa. Por lo demás, el presidente entrante no ha dado muestras que apunten a una estrategia de mayor integración. “La prioridad de Piñera es la sociedad chilena”, apuntó la fuente consultada por este suplemento.

Se espera que tras el fallo de la CIJ, previsto poco antes de septiembre, Silva se quede únicamente como vicecanciller y los asesores sean enviados al servicio exterior, aunque no existen señales claras para un cambio de guardia en el Consulado de Chile en La Paz, regentado por Manuel Hinojosa desde 2016.

“El cargo de Subsecretario de Relaciones Exteriores estará muy bien servido por un profesional con amplia experiencia (Alfonso Silva). Yo espero contribuir a la buena gestión del gobierno que asume este domingo, en la medida en que se requiera mi aporte en conocimientos y experiencia”, señaló, por su parte, Canelas en un breve contacto con Animal Político.

“El nuevo gobierno (…) conducirá las relaciones con Bolivia con sobriedad, realismo y sentido de futuro”, complementó el diplomático.

ESTRATEGIAS. Las relaciones entre Bolivia y Chile han estado marcadas por tensiones verbales y, como telón de fondo, la demanda planteada en 2013 para que Chile negocie “de buena fe” una salida soberana al mar sobre la base de conversaciones anteriores. En Santiago, pero especialmente en el edificio Carrera donde funciona la Cancillería, están vigilantes respecto a las declaraciones y “actos paralelos” que pueda protagonizar el presidente Evo Morales, tal como ocurrió en el court central del Estadio Nacional (Santiago) en 2006 o en el Teatro Caupolicán en 2014, cuando se dieron los respectivos cambios de gobierno.

“El haber acudido a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya no es ningún símbolo de agresividad, por el contrario, Bolivia siempre se ha manifestado a favor del diálogo y la obligación de negociar es dialogar para resolver los temas pendientes que tiene Chile con Bolivia, por lo tanto estamos yendo con un buen espíritu de hermandad (…). Tenemos kilómetros y kilómetros con Chile y eso no va a cambiar. Más allá de la sentencia, siempre seremos países hermanos”, señaló el canciller Fernando Huanacuni, acerca de la postura que asumirá Bolivia ante el nuevo gobierno chileno.

La autoridad diplomática destacó la predisposición de su nuevo colega, Roberto Ampuero, de reactivar el diálogo. “No solo tenemos que resolver temas consulares, sino temas trascendentes como es el tema marítimo; así que estamos viajando con esta predisposición”, anotó la autoridad, quien anticipó una agenda protocolar durante la estadía de Morales en Santiago que vence hoy.

Entre tanto, Casa Bolívar  —una agrupación chilena próxima a Morales— está organizando un acto “de solidaridad con Bolivia” en el teatro Camilo Henríquez de Santiago (sede del Colegio de Periodistas) al que invitaron a Morales. Al cierre de esta edición, no se confirmó la participación del Presidente en ese evento.

TONOS. Alfonso Silva estuvo en Bolivia en 2016 para participar de un evento de Naciones Unidas sobre los países sin litoral. Bolivia se reconoce una nación privada “temporalmente” de esa condición. Allí, el diplomático chileno marcó la preocupación de su cancillería sobre el tono de las relaciones y un eventual diálogo con Bolivia.

“Todos los temas técnicos, todas estas situaciones obviamente podríamos conversarlas, siempre y cuando el lenguaje sea civilizado y normal”, puntualizó Silva en Santa Cruz a finales de octubre de 2016. 

En una entrevista con la red de televisión estadounidense Univision, Piñera dijo la pasada semana que defenderá el principio de “integridad del territorio chileno”, frente a la demanda marítima, pero que buscará, como pudo hacerlo en el pasado, fórmulas para que el país mejore su acceso al océano Pacífico. El Mandatario consideró que el juicio impetrado por Bolivia en 2013 está vinculado a “una eventual obligación de negociar de buena fe que no va asociado a que Chile tenga que ceder territorio o soberanía”. Para ello, afirmó que las discusiones futuras tendrán como base los tratados sobre los actuales límites.

Bolivia perdió su acceso al mar luego de que Chile invadiera Antofagasta, el hecho que activó la Guerra del Pacífico (1879-1883).  El Tratado de 1904 define las fronteras actuales, pero no está incorporado en la demanda planteada por Bolivia en la CIJ.

“La unidad del pueblo boliviano, de sus autoridades y exautoridades en torno a la causa marítima es inobjetable. Ningún cuestionamiento podrá ponerla en duda y menos quebrarla a puertas de las audiencias en La Haya”, opinó luego el agente de Bolivia ante la CIJ, Eduardo Rodríguez Veltzé a través de su cuenta en Twitter (@erveltze).

“El presidente Piñera tras asumir el cargo tiene escaso margen de maniobra frente a Bolivia. Su gestión frente al diferendo con Perú recibió fuertes críticas (…) Se le imputaron conflictos de intereses comerciales que afectaban al interés nacional”, señaló el sociólogo chileno Raúl Sohr, en un escrito para Animal Político (ver página 8).

El profesor José Rodríguez Elizondo, quien fue parte del servicio exterior chileno, se mostró esperanzado respecto a la gestión que pueda imprimir Ampuero y su equipo, aunque con una postura crítica sobre el tono con el que el presidente Morales ha llevado la relación, según dijo.

“Confío en una rápida inserción en los temas concretos por parte del nuevo canciller, quien es un buen conocedor de la política internacional (…).  El tono de la relación lo ha marcado el presidente Evo Morales y es de una agresividad destemplada. Equivale a un ultimátum disfrazado de llamado a negociar. Por tanto, del presidente Morales dependerá el tono que asuma nuestro nuevo Presidente”, apostilló el académico.

DIÁLOGO. ¿Cómo será la estrategia diplomática luego del fallo? En Chile se ratifican las premisas, aunque por estos días se ratifica la idea de “observar a Bolivia”. Tampoco se ha descartado la posibilidad de reactivar un acercamiento de otros actores, aunque no con el tono de la agenda de los 13 puntos, que estuvo marcada por inéditos espacios de conversación, pero sin acuerdos concretos.

“La oportunidad de dialogar depende de que el Gobierno boliviano asuma dos cosas básicas. Una, que sin relación diplomática normal, no hay diálogo normal. La otra, que se dialoga para negociar y que negociar no es imponer”, remarcó el experto.

La diplomacia chilena, a partir de mañana, estará a cargo del canciller Ampuero. “Es una señal de que la política internacional no estará en primera línea”, comentó la fuente política a la que apeló este suplemento.