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Por qué fracasó Banzer con Charaña

La negociación de Charaña emerge como una de las más importantes con Chile en el problema marítimo en una coyuntura muy particular, Bolivia buscaba volver al mar y Chile necesitaba con urgencia fortalecer su imagen internacional; en el proceso, el Gral. Hugo Banzer fracasó como conductor político, veamos por qué:

Debe reconocerse la habilidad del Gral. Banzer en 1974 en el relevo presidencial brasileño al acercarse al Gral. Pinochet, lo que dio sus frutos en la reunión presidencial en Lima, en homenaje a la batalla de Ayacucho, y desembocó el 8 de febrero de 1975 en el “Abrazo de Charaña”.

No escuchó recomendaciones. Se supo a posteriori que el Alto Mando Militar recomendó al Presidente no iniciar negociaciones, dado que la coyuntura no era la adecuada, sabemos que la unisectorialidad en la toma de decisiones a nivel Estado lleva una centralización en la administración del problema, aislando la decisión gubernamental de la opinión pública.

No administró adecuadamente la controversia con los organismos adecuados, creando entidades paralelas. Existe en la estructura gubernamental el Consejo Supremo de Defensa Nacional (actual Cosdep), entidad a la que no se le dio ninguna importancia, Chile obra a partir del asesoramiento de ese organismo que trabaja con representantes de todas las entidades relacionadas con la seguridad y defensa; lamentablemente el Gral. Banzer no supo aprovecharlo ni valoró su labor prefiriendo crear Conamar (Consejo Nacional del Mar) que evidentemente realizó más de 315 estudios multidisciplinarios en 15 áreas, cuyo resultado hoy por hoy parece desaparecido; si se los hubiera realizado en el marco del Consejo de marras seguramente estarían a nuestra disposición.

No estructuró adecuadamente las políticas de Estado. Banzer creyó que mencionando que había una política de Estado, ella ya existía y no es así; una política de Estado tiene una estructura que implica políticas en los ámbitos interno, exterior e internacional, sus estrategias y el ambiente operativo de ellas, entre otros, pero lo más importante “todos los ciudadanos” de un Estado la aceptan y obviamente la aplican, no solo los expresidentes y los excancilleres, todos cooperan y se trabaja con el fondo del tema y no con la forma intrascendental.

La legitimidad en la administración de la controversia. Buscando un consenso nacional, Banzer convocó a la “Reunión de los 100 en Cochabamba”. La intención es valorable ya que de allí hubiera surgido una verdadera política de Estado, pero se cometieron gruesos errores; el documento final del evento fue redactado con anticipación a la realización del mismo, lo que constituyó una falta de respeto a los asistentes, se otorgó un tiempo de cinco minutos a los participantes, eso minimizó la valoración de las opiniones, obviamente se colegía que el evento no fue convocado para “escuchar” sino más bien para “legalizar y legitimizar” lo que ya estaba decidido, los errores fueron explotados por la oposición política.

No desarrolló una planificación estratégica nacional. La carencia de estudios de geopolítica, inteligencia estratégica, prospectiva (no predicción ni pronóstico), análisis y diseño estratégicos desemboca en una conducta reactiva y hasta improvisada, abriendo camino al fracaso. Un trabajo efectivo de planificación estratégica a
nivel nacional garantiza un accionar coherente y evita la conducta reactiva improvisada.

Rompió reactivamente relaciones con Chile. Con ello, otorgó la salida que Chile necesitaba; si no se hubieran roto relaciones, la presión a Chile hubiera sido mayor buscando opciones, Chile también se equivocó ya que de haber aceptado la soberanía compartida finalizaba el problema con Bolivia liberándose del mismo, no perdía la frontera con el Perú, continuaba con la presencia soberana en el área y la decisión final caía en Bolivia.

No preparó a la población para respaldar las decisiones gubernamentales. El gobierno del Gral. no tomó en cuenta que en el apoyo a las decisiones del Gobierno, la opinión de la población es de radical importancia; cuando apareció el tema de la compensación, el rechazo fue rotundo. Si antes de la negociación se hubiera escuchado al pueblo, se lo hubiera convencido de que una solución inevitable era la compensación. Lo mismo que ocurrió en 2009, Chile propuso pagar el 50% del valor de las aguas del manantial Silala y Potosí se opuso a la propuesta fracasando en la negociación.

La carencia de legislación relacionada con la seguridad y defensa. Hoy ocurre lo mismo, vergonzosamente no tenemos una ley de seguridad y defensa, de inteligencia estratégica; con ellas estaría organizado el proceso de defensa que garantice la “seguridad integral” en el marco de la concepción actual multidireccional y multisectorial. El gobierno de Banzer actuó solo con un grupo de personas, nunca preparó el respaldo jurídico a la negociación.

No midió la estatura estratégica de Bolivia. Entendemos por ello a la posición internacional de un Estado y el grado de influencia que tiene en las relaciones interestatales para obtener mejores resultados en relación directa a sus intereses; esa ubicuidad debe ser la base para el diseño estratégico y la elaboración de políticas y estrategias adecuadas, lo que Banzer nunca tomó en cuenta.

Todo lo ocurrido debe constituir una enseñanza.