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Denis Racicot: 8 fuentes para la Comisión de la Verdad

El canadiense Denis Racicot durante 10 años fue representante en Bolivia de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), cuya misión terminó en el país en 2017. Hace unos días volvió como invitado para transmitir su experiencia. En una entrevista con Animal Político sugiere a la Comisión de la Verdad acudir al menos a ocho fuentes de información: la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, las embajadas, exdiplomáticos, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la agencia nacional de la ONU para los refugiados, la Cruz Roja Internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y las cancillerías de la región, con el fin de esclarecer las evidencias sobre las violaciones de derechos humanos y desapariciones forzadas en las dictaduras que afectaron al país entre 1964 y 1982.

— ¿Qué opina de que la Comisión de la Verdad pedirá información desclasificada de la CIA?

— La CIA es una agencia que se ocupa de los asuntos del exterior de  Estados Unidos y ha tenido que ver con muchas situaciones en el mundo y particularmente en América Latina, porque aquí también se desarrolló la doctrina de seguridad nacional y hubo alianzas entre los distintos países de la región y Estados Unidos en materia militar durante mucho tiempo y eso era muy central. Se anunció que se pedirá documentación a la CIA y eso es lo que se ha hecho en varios países. Por ejemplo, durante la guerra civil de El Salvador, Estados Unidos entregaba cada día al Gobierno de ese país al menos 1 millón de dólares, solo para fines militares, lo cual hace una suma total de más de 350 a 400 millones al año para el esfuerzo de guerra que sostenía el Gobierno salvadoreño y su Ejército contra el movimiento guerrillero interno. En ese caso, los miembros de la comisión de la verdad sugirieron solicitar información al Departamento de Estado, a la CIA y a otras agencias vinculadas con el conflicto bélico. La CIA tiene información sobre todo y en particular sobre asuntos de intereses muy específicos en el área de seguridad. Entonces, sobre Bolivia es factible pensar que pueda tener información sobre la participación de las Fuerzas Armadas en la violación de los derechos humanos o sobre las estructuras paramilitares existentes en el país en ese momento.

Por ejemplo, en El Salvador habían al menos 15 grupos paramilitares de extrema derecha denominados “Escuadrones de la muerte”, que cometían asesinatos al lado del Ejército. La CIA está al tanto de este tema, así como las personalidades o personas que están detrás de estas estructuras y quién las financia. Si uno estudia varias experiencias en el mundo donde se ha pedido información a la CIA, al ser la agencia de los Estados Unidos (ésta) aplica mucha cautela y no entregará mucha información, pero puede servir. Cuando hicimos nuestra labor en El Salvador, el Gobierno estadounidense había liberado 200.000 páginas y eso ofreció el expresidente Bill Clinton a los esfuerzos de El Salvador, lo cual se hizo después de (crearse) la comisión de la verdad. Empero, la gran mayoría de los documentos estaban tachados donde aparecían nombres o puntos sensibles e incluso habían páginas enteras en negro. Por eso, uno tiene que tener expectativas realistas, pero se puede hacer un esfuerzo para obtener datos de la CIA, del Departamento de Estado y de gobiernos de otros países. De todas esas páginas quedaron pocas y los datos no eran precisos.

— ¿A qué otros documentos sería importante acceder para reconstruir los hechos de las dictaduras?

— Por la experiencia que tengo, otra fuente de información son las embajadas que han recibido a refugiados políticos. Cada embajada tiene distintos mecanismos para obtener datos de la situación de seguridad en el país. A veces, algunas embajadas han cooperado con las comisiones de la verdad, así como los exembajadores o antiguos miembros del personal que han aceptado dar una explicación o dar datos. El sistema de Naciones Unidas tiene distintas agencias e información desde los 70. En el Comité de Derechos Humanos (de las Naciones Unidas) existen algunos casos de víctimas que presentaron quejas desde los 70 y los registrados desde Bolivia no fueron numerosos. En el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) hay datos y se conocen muchos casos. Por otra parte, tienen estadísticas regionales sobre los movimientos de población en aquel momento, de personas que fueron exiliadas en los países de la región o el mundo, y la gestión de estos casos pertenecen a organismos nacionales o a la agencia nacional de ACNUR.

Esta organización tiene información sobre el flujo de exiliados y refugiados desde Bolivia, además de tener detalles de los casos; de la misma manera la Cruz Roja Internacional, aunque se debe precisar que tiene una metodología diferente de trabajo, ya que es la única que tiene la capacidad de trabajar en situaciones tensas y muy difíciles, como en una guerra civil o en hechos de perturbación social. Su método de trabajo es diferente al de otras organizaciones, pues su principio fundamental es la confidencialidad y si brindan información la emiten bajo criterios estrictos, como el que las víctimas las autoricen de manera previa.

— ¿Qué otros organismos externos podrían brindar datos?

— De igual forma, la CIDH tiene información pues incluso antes de hacer una visita a Argentina en 1979 para estudiar los casos de los desaparecidos pasó por La Paz. Esa organización tiene casos, hizo investigaciones de casos de Bolivia y ha emitido informes, lo cual es información válida para la comisión.

— ¿Será importante acceder a archivos de la Cancillería de Perú, Brasil, Chile y Argentina que monitorean los temas de seguridad?

— Siempre es posible en la medida en que haya una voluntad política. La Comisión puede pedir a los distintos gobiernos información sobre estas violaciones de derechos humanos, como las del Plan Cóndor, que fue un acuerdo de represión militar entre los distintos ejércitos de la región para conducir operaciones conjuntas en los 70.

Comisiones son de alto interés para la ONU

Para el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, las comisiones de la verdad son de elevado interés y por ello sigue su labor de forma estrecha, ya que son un instrumento muy importante de lucha contra la impunidad, para hallar la verdad y la memoria de las sociedades.

— ¿Qué valor le da Naciones Unidas a las comisiones de la verdad establecidas en el mundo?

— Es parte de la esencia de la labor del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, incluso se ha producido una guía sobre la realización de tareas de una comisión de investigación para las comisiones de la verdad. Es un tema que es seguido de forma muy estrecha por la ONU y por el Alto Comisionado. Lo vemos como un instrumento muy importante de lucha contra la impunidad, para hallar la verdad y para la memoria de cualquier sociedad que está en proceso de transición y eso ha ocurrido, por ejemplo, con los procesos del este que estaban en el bloque perteneciente a la Unión Soviética, en Europa, pero también hubo varias comisiones de la verdad en América Latina, África, Asia y otros. La primera se creó en Uganda en 1974.

— ¿Qué tipo de seguimiento hace Naciones Unidas sobre los resultados de estas comisiones?

— Se hace un seguimiento en la medida en que tenemos oficinas en los distintos países. Tratamos de apoyar a las comisiones con asistencia técnica, financiera y otros. Quiero que la población boliviana sepa que las comisiones de la verdad le interesan sobremanera a la ONU y por eso hubo muchas comisiones. Entre 1974 y 1994 hubo 15 comisiones de la verdad en varios países y en este último periodo hubo más.

Pérfil:

Denis Racicot afirma, de acuerdo con varias experiencias en el mundo, que la CIA es muy cautelosa y que no va a entregar mucha información sobre la posible participación de las Fuerzas Armadas en los hechos de violación de los derechos humanos o sobre las estructuras paramilitares durante los gobiernos dictatoriales.

Datos

Nació: 27 de agosto de 1955, en Canadá. Profesión: Abogado. Ocupación: Exrepresentante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

En 1993, Racicot ingresó a la ONU, donde desempeñó funciones referidas a derechos humanos en Haití y El Salvador. En 2008 llegó a Bolivia y en 2017 culminó su misión.