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Una casa para el pueblo

Una mentirosa campaña de desprestigio contra el presidente Evo y el país, montada por la derecha boliviana en coordinación con la derecha chilena, se desató a partir de construcción de La Casa Grande del Pueblo, que además de la Presidencia y Vicepresidencia albergará a otros ministerios. A pesar de los edificios que tiene el Ejecutivo, aún se paga 20 millones de dólares al año por alquileres para las reparticiones gubernamentales. El Palacio Quemado fue construido en 1845, cuando la población era de 1.378.896 habitantes, hoy el Estado Plurinacional tiene 11.145.770 y las demandas sociales crecieron 10 veces más.

El Presidente abrió el Palacio al pueblo, que antes fue exclusivo para las élites, hoy cualquiera puede conocerlo. Allí se realizan reuniones con organizaciones sociales y populares, encuentros protocolares con gobiernos y representaciones internacionales, es decir, se desarrolla una intensa gestión de gobierno con sesiones de trabajo y reuniones que se efectúan simultáneamente.

La derecha busca desinformar a la opinión pública con cifras mentirosas y antojadizas, intentando invisibilizar que con Evo Bolivia lidera el mayor crecimiento económico de la región, primero el año 2009 y luego 2014, 15, 16 y 17, no obstante la crisis internacional; tampoco mencionan que el PIB per cápita se triplicó en 12 años y que Bolivia tiene la más alta inversión pública en la región; inversión que se traduce no solo en la edificación de la Casa Grande del Pueblo, sino en la construcción de más de 900 escuelas, un promedio de 6 a 7 por mes; que se construyeron 1.032 nuevos hospitales, 7 centros hospitalarios cada mes en 12 años; también la más grande red de teleféricos del mundo, entre otras megaobras.

Lo que enoja a la derecha es que un gobierno indígena haya logrado lo que jamás ellos hicieron en casi 20 años de dictadura y en 20 de neoliberalismo, cuando la inversión pública nunca pasó de $us 630 millones, por lo que es cínico y demagógico que pidan que esta infraestructura sea un hospital, que ellos nunca construyeron, o hablen de empresas, que ellos subastaron, o citen las pocas carreteras construidas con sobreprecio y cuya inversión acumulada entre 1825 y 2005 fue de 1.038 millones para 1.098 Km, mientras que en 12 años Evo invirtió 6.653 millones en 4.792 Km de nuevas carreteras.

El estilo de la derecha es desacreditar al Presidente con un supuesto lujo del edificio, que aún no conocen y se explayan describiendo imaginados espacios de recreación que son meras especulaciones; lo que la derecha no dice es que las casas de gobierno de los vecinos cuentan con edificaciones inmensas y suntuosas.

El Palacio de Gobierno de Perú o Casa de Pizarro tiene un área de 19.208 m2, con enormes recintos y salones ceremoniales como el Salón Dorado, al estilo del Palacio de Versalles. En Ecuador, el Palacio de Carondelet es sede de gobierno y residencia oficial del Presidente. Ocupa una manzana de 6.400 m2. El Palacio de Nariño en Colombia tiene 5 plantas y 32.000 m2, con suntuosas oficinas y salones para actos protocolares. En sus jardines está el primer Observatorio Astronómico en América.

La Casa Rosada en Argentina con 26.000 m2, 4 plantas, patios internos, numerosos salones y grandes jardines, además del Museo de la Casa de Gobierno. Uno de los más caros y suntuosos es el Palacio do Planalto en Brasil, con 36.000 m2 y 4 pisos, además de otros 4 edificios adyacentes, parte del complejo de gobierno.

El Palacio Nacional de México tiene 40.000 m2 y lujosas habitaciones y salones. Alberga un patrimonio histórico-artístico con valiosos murales. La Moneda de Chile tiene 18.720 m2, 40 habitaciones; el Presidente también cuenta con otras residencias, como el Palacio de Cerro Castillo, lugar de descanso en Viña del Mar, o la mansión de La Comuna de Machalí, tercera casa presidencial.

La Casa Grande del Pueblo está construida en solo 1.888 m2 y crece hacia arriba, además de las oficinas presidenciales, áreas protocolares, auditorios y salones de reuniones y trabajo, cuenta con espacios para los archivos documentales, oficinas administrativas, dormitorio para la guardia Colorados de Bolivia, áreas de descanso, guardería infantil y helipuerto; las condiciones básicas para garantizar un trabajo eficiente.

La derecha, impregnada de racismo, no acepta que haya sido un gobierno indígena y popular el que haya transformado no solo económica y físicamente al país, sino en lo más profundo de su esencia ha incorporado al pueblo al poder, a los que históricamente fueron excluidos por las élites que habitaban en palacios, mientras hoy el pueblo gobernará desde su “Casa Grande”, construida para ellos por Evo Morales.