Icono del sitio La Razón

Estabilidad laboral

El segundo aguinaldo “Esfuerzo por Bolivia” se instituye mediante el Decreto Supremo 1802 del 20 de noviembre de 2013. Desde su promulgación ha sido resistido por la parte patronal sobre la base de argumentos relacionados con sus efectos en la inflación y el empleo.

Tales argumentos se basan en un marco teórico ligado a la escuela neoclásica (neoliberal) que no se sostiene ni en el plano analítico ni en el práctico. El razonamiento para cuestionar el segundo aguinaldo hace énfasis únicamente en los costos y no en los ingresos generados por la dinamización de la economía. Bajo esta particular lectura, el incremento del 2% en sus costos (cálculo hecho por el exministro de Economía Luis Arce) significaría un incremento en la inflación y provocaría desempleo. Veamos por qué.

Los neoclásicos sostienen que el equilibrio de las empresas se da en un entorno estático. Por tanto, asumen que cualquier incremento en los costos se traduce inmediatamente en un aumento en los precios. Es lo que conocen como “inflación de costos”. A pesar de que creen religiosamente en la competencia, de manera curiosa para estos efectos la misma no funciona y piensan que las empresas pueden aumentar sus precios hacia cualquier punto. Esto es un error conceptual porque bajo su mismo aparato teórico el precio de un bien depende de la oferta y la demanda. Si una empresa desea subir precios se arriesga a enfrentar una menor demanda y nadie en su sano juicio pierde su cuota de mercado. Por esa razón es que los precios no varían y lo que hacen las empresas es compartir parte de sus beneficios. Es decir se altera la distribución del ingreso entre salario y beneficios, favoreciendo a los trabajadores.

La evidencia empírica muestra que esta es la forma correcta de razonar. El segundo aguinaldo se pagó entre las gestiones 2013 y 2015. La inflación en 2013 alcanzó a 6,48%, en 2014 se redujo a 5,19% y para 2015 bajó aún más, situándose en 2,95%. Evidencia que echa por tierra la idea de la “inflación de costos” neoclásica.   

Sobre el empleo, el segundo argumento sigue un razonamiento parecido. Para los neoclásicos el mercado laboral es como el mercado de cualquier bien. Es decir sujeto a la oferta y demanda. Por tanto, parten de una situación de equilibrio y piensan que si se aumenta el costo de la mano de obra su demanda disminuye, apareciendo naturalmente el desempleo.

Dicho razonamiento es excesivamente básico y considera que el mercado laboral se aísla del resto de mercados. El problema neoclásico es que razona que la demanda de gente es similar a la de papas y ahí comete un grueso error. Las empresas no demandan fuerza laboral porque sea barata; lo hacen porque les interesa que merced al trabajo que realiza la gente puedan obtener ganancias. Hacen cálculos que comparan los ingresos generados con los costos asociados para generar esos ingresos. Es decir si la relación es positiva contratan gente, si es negativa no lo hacen.

Para decirlo sencillo. Si las ventas de una empresa aumentan no es lógico que comience a despedir gente. De hecho, lo más probable es que aumente su demanda de fuerza laboral.

Esto es lo que precisamente hace el segundo aguinaldo. Al incrementar los ingresos de las personas las empresas (y microempresas) se enfrentan a una mayor demanda de bienes y servicios. Por tanto, requieren incrementar su producción, movilizar los ahorros para dirigirlos a la inversión y, en consecuencia, la relación entre el incremento de los ingresos y el incremento de costos se mantiene positiva y superior a uno. De esta manera no hay incentivo para despedir gente y la tasa de empleo se mantiene.

La prueba empírica muestra: en 2013, la tasa de desempleo abierto urbano era de 4,4%, para 2014 se redujo a 3,5% y para 2015 tuvo un ligero incremento, situándose en 4,4%. Una tasa baja para el contexto sudamericano y que muestra que no hay un efecto sobre el empleo. Este aspecto va a contrapelo del razonamiento neoliberal.

Un aspecto más que ratifica lo señalado es la creación de empresas. El registro de la Fundación para el Desarrollo Empresarial (Fundempresa) muestra que para 2013 las empresas vigentes llegaban a 217.164, para 2015 suben a 272.249. Lo que significa un incremento de 25%. A diferencia de lo que la teoría neoclásica prevé, los años en los que se pagó el segundo aguinaldo aumentó la cantidad de emprendimientos.

La economía política analiza los fenómenos económicos tomando en cuenta los intereses de las clases sociales. Es natural que la burguesía empresarial se oponga a compartir sus ganancias, pero pretender que ese interés sea de la sociedad en su conjunto es una exageración. El segundo aguinaldo se presenta más bien como una medida que promueve el desarrollo, al redistribuir el ingreso en forma positiva.

* Viceministro de Presupuesto y Contabilidad Fiscal  del Ministerio de Economía.