Icono del sitio La Razón

El enemigo está en casa

En los casos de violencia que afectan a las familias, sobre todo a niños y mujeres, el principal enemigo está en las cuatro paredes del hogar.  De las 20 categorías delictivas que atentan contra la seguridad y la convivencia de las familias, la violencia doméstica es la que ha subido de manera alarmante en los últimos seis años. De acuerdo con los datos estadísticos de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) de La Paz, de los 47.776 delitos cometidos en ese lapso, 45.027, es decir, el 94% ocurre en las casas.

La delincuencia sexual es también preocupante. En esos mismos seis años, se presentaron 853 casos de violación doméstica y 654 de abuso sexual. El hecho de aprovecharse de víctimas indefensas, como adolescentes y menores, vulnera lo más íntimo de la dignidad humana. Y sus consecuencias son fatales, puesto que puede llegar al extremo de que la víctima quiera suicidarse o quedar con una tortura psicológica por el resto de su vida.

De manera cotidiana, las oficinas de la FELCV reciben denuncias sobre la comisión de varias formas de violencia que atentan contra el honor, la dignidad, la libertad y la vida de las personas: feminicidio, tentativa de feminicidio; infanticidio, tentativa de infanticidio; parricidio, homicidio, suicidio, tentativa de suicidio; rapto, violación, tentativa de violación, violación de niño, niña adolescente; abuso sexual, acoso sexual, estupro; sustracción de menor, lesiones graves/leves y lesiones gravísimas.

En lo relativo al abuso sexual a las adolescentes, el comportamiento del adulto agresor hacia su víctima no suele ser “violento”. Habitualmente, el victimario persuade para lograr su plena confianza y dependencia, antes de cometer el delito conocido como  estupro. Los delincuentes sexuales encuentran en los domicilios su escenario favorito porque es donde pueden actuar mediante mecanismos que les sirven para no ser detectados, sobre todo por el descuido de los progenitores.

De acuerdo con expertos que tratan estos casos en la FELCV, el perfil psicológico de los abusadores sexuales de menores es: adulto, que trata de obtener la confianza de adolescentes; se porta persuasivo y seductor hasta lograr su propósito para luego mostrarse compulsivo y con trastornos de personalidad.

En algunos casos, este tipo de agresor proviene de familias desestructuradas con problemas de alcoholismo, abuso, violaciones o separaciones traumáticas. El haber enfrentado circunstancias difíciles en los primeros años de su vida, los convierte en individuos inestables, por esas experiencias de vida y de las relaciones de pareja.

En el departamento de La Paz, en 2016 se registraron 49 denuncias de abuso contra menores. En 2017, los casos se incrementaron a 116 hechos atendidos, aspecto que representa un aumento del 237%. En algunos casos se trata de supuestos enamoramientos de menores de 16 años con personas de 35 o más, por lo cual las relaciones sexuales son calificadas como estupro. Estos sucesos llegaron a 70 durante el primer semestre de 2018.

En la mayoría de estos hechos, las adolescentes se hacen convencer para aceptar una “amistad” con una persona del sexo opuesto que supera su edad en más de cinco a 10 o más años, porque buscan “estabilidad, seguridad y cariño”. Es por esas razones que algunas denuncias de violación contra adolescentes por parte de sus “amigos” y/o “enamorados” que les superan en edad, se presentan sobre todo cuando ellas aceptan el consumo de bebidas alcohólicas con sus acompañantes, a pesar de la diferencia de edad y del riesgo que eso conlleva.

Para prevenir, es imprescindible que los padres de familia y tutores de las adolescentes no solo les informen sobre el riesgo de sostener relaciones sexuales a muy temprana edad para evitar embarazos no de-seados, sino sobre las consecuencias de relacionarse con personas mayores del sexo opuesto.

A la vez, es conveniente que las familias fortalezcan los niveles de afectividad con las adolescentes, a fin de evitar que ante la falta de expresiones de cariño y buen trato en el hogar, busquen en los mayores afecto y seguridad, porque esos acercamientos solo ocurren, en muchos casos, por interés sexual de los agresores.