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Salto energético Bolivia – Perú

En el Encuentro Presidencial y Quinta Reunión del Gabinete Ministerial Binacional  Bolivia-Perú, que tuvo lugar el 24 y 25 de junio en Ilo, Perú, hubo al menos tres hechos centrales: lo que se puede llamar el salto energético hidrocarburífero, la concreción realista del proyecto Corredor Bioceánico Ferroviario Central y la consolidación del Puerto de Ilo como la proyectada salida comercial de Bolivia hacia el Pacífico; según se puede concluir de la comparación de las cinco declaraciones: la primera, de Puno (junio de 2015), suscrita entre los presidentes Ollanta Humala y Evo Morales; la segunda, de Sucre (noviembre de 2016) entre Morales y Pedro Pablo Kuczynski; la tercera, de Lima (septiembre de 2017), también entre Kuczynski y Morales;  la cuarta, de Cobija (septiembre de 2018), entre Morales y Martín Vizcarra; y, la quinta, de Ilo (junio de 2019) también entre los presidentes Vizcarra y Morales.

Meses más, meses menos, infaliblemente cada año, no es poco lo que Bolivia logra en estos encuentros; es un tema estratégico. Como dice el excanciller Javier Murillo de La Rocha: “la relación con Perú viene a ser estratégica porque es nuestra verdadera alternativa para poder salir por el Pacífico, y para poder resolver problemas de serias limitaciones que vamos confrontando  en el llamado ‘libre tránsito’ por los puertos de Chile. Me parece que es avanzar en la línea correcta ir fortaleciendo estos lazos con Perú”. 

En lo relativo a la integración energética, ello contiene la idea de un salto porque, si bien el tema fue plantado desde el primer gabinete, en 2015, hasta el cuarto (Cobija 2018); apenas se hablaba de “resaltar”la importancia de continuar con esta cooperación; pero, como dijera el presidente peruano Vizcarra: los gabinetes no son “un esfuerzo de dos horas de conversar entre ministros y presidentes, es el resultado de un año de trabajo”. Aún más, junto a la integración energética, temas antiguos de los gabinetes binacionales son: la interconexión eléctrica (que aún está en estudios finales), el tendido o mejora de al menos tres grandes carreteras de integración o el hecho de establecer una oficina de la Aduana boliviana en el puerto de Ilo.

En la declaración de Ilo se hace  realidad lo aspirado en la de Puno (la primera): conexión de un gasoducto que posibilite llegar al mar el gas natural boliviano; proyectos de redes de gas en el sur peruano y en poblaciones fronterizas bolivianas con miras a gas domiciliario; y que la estatal boliviana del petróleo pueda vender gas licuado de petróleo en Perú.

Se dice concreción realista del Bioceánico porque, por lo menos hasta la cuarta declaración (Cobija, 2018), el tema aún estaba en la reafirmación de la “importancia estratégica” del proyecto; cuando en el quinto gabinete lo cierto es el compromiso de ambos países de “impulsar y concluir, en el más breve plazo posible, el estudio integral de factibilidad”, resaltando Bolivia “el esfuerzo realizado por Perú en el desarrollo de los términos de referencia”.

Esto naturalmente no impide que ambos países apoyen y trabajen en otras instancias, como la misma declaración reconoce; por ejemplo el Grupo Operativo Bioceánico, conformado por Bolivia, Brasil, Paraguay y Perú.

El tema que sí tuvo un avance de gabinete en gabinete fue el del puerto de Ilo y su potenciamiento.

Desde la “voluntad” (en el primer gabinete) de que se establezca en Ilo una oficina de la Aduana boliviana, pasando por el compromiso de “utilizar” el puerto para la carga boliviana (tercera declaración), el verdadero salto fue la firma del Convenio Marco entre la Empresa Nacional de Puertos de Perú (ENAPU) y la Administradora de Servicios Portuarios de Bolivia (ASP-B) (agosto de 2017). Fue a partir de ello, como reconoce la quinta declaración, que se habla de revisar la legislación peruana para que la ASP-B sea la representante de Bolivia en asuntos portuarios; que Enapu dispone la rebaja del 30% en las tarifas portuarias y da 90 días de “plazo libre de almacenaje”.  Aunque el excanciller Murillo llama al realismo: “Es de mediano y largo plazo, porque primero tenemos que generar volúmenes de carga importantes que justifiquen ampliar las instalaciones de Ilo. Hay que comenzar a trabajar, eso es lo que se está haciendo y me parece que está bien”. Con relación a Ilo, no deja de llamar la atención que sobre los Convenios de Ilo de enero de 1992, firmados entre los presidentes Jaime Paz Zamora y Alberto Fujimori y sus posteriores Protocolos complementarios y ampliatorios, en cuatro declaraciones (de 2015 a 2018), además de reconocerse su vigencia, Perú asegura estar “realizando los esfuerzos internos” necesarios para avanzar en ellos. En la quinta declaración no está el tema.