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Michael Heinrich: Cada generación ha tenido su Marx

Vino a Bolivia a presentar el libro Colonialismo. Cuaderno de Londres Nº XIV, 1851 (Inédito) de Karl Marx, publicado por la Vicepresidencia del Estado. Michael Heinrich, politólogo y matemático alemán, en español tiene publicados los libros Crítica de la economía política: una introducción a El Capital de Marx y ¿Cómo leer El Capital de Marx?: indicaciones de lectura y comentario del comienzo de El Capital. Según cuenta en una entrevista con un medio colombiano, colaboró durante un tiempo con el proyecto MEGA, Marx-Engels Gesamtausgabe, la ‘producción total’, en alemán; la edición más completa de las obras de Carlos Marx y Federico Engels en los idiomas originales en que fueron escritas. Alemán él mismo, Heinrich es una fuente privilegiada para conocer la obra del “viejo topo”.

— Está vigente el proyecto MEGA ¿Por qué después de tantos años?

— Por supuesto que está vigente. No solo que MEGA, esta gran editorial, ha publicado ya todos los textos, notas, cartas de Marx y Engels en su forma original, publicó los extractos de Marx de los libros en español, porque él hablaba y escribía en español, lo entendía. Mega ha publicado y va a seguir publicando, va a tardar todavía unos años hasta publicar todos los textos de Marx y Engels; y gracias a estas grandes publicaciones vamos a tener todos estos textos.

— ¿Eso logrará a una comprensión más integral de Marx?

— No se tiene que entender a Marx como una cuestión completa, concluida, porque él se va desarrollando durante su proceso; por ejemplo, en 1840, hijo de su tiempo, había cierto eurocentrismo, influenciado por Hegel y muchos otros filósofos y científicos. En 1850, sin embargo, Marx habla de sus textos de la India, que en ese momento era colonia británica, y ya hay un desarrollo. Sí tenía una fase eurocentrista, sin embargo, él aprende y en 1860 esa visión va bajando, y en 1870 hay un cambio total y una tendencia diferente. Él mismo empieza a tener una visión más crítica, una posición diferente, donde descubre que hay diferentes culturas, que obviamente tienen un desarrollo histórico, y que Europa no es el único camino, menos el modelo cultural, sino que hay muchos caminos en el mundo.

— Usted promueve una “nueva lectura de Marx”.

— Hay diferentes formas de lectura de Marx. Tenemos que decir que en el siglo XX hay diferentes escuelas pero, antes de hablar de estas escuelas, tiene que estar claro que, en ese siglo, cada generación ha conocido a un Marx diferente. Por ejemplo, Rosa Luxemburgo, Lenin, han tenido otras lecturas porque no han conocido los primeros escritos de Marx, no han conocido el término enajenación; en los años 50 y 60 también se da esto. A fines del siglo XX, Mega recién descubre todos sus escritos, apuntes, extractos de lecturas; y ahora recién tenemos la posibilidad de conocer a Marx en su laboratorio espiritual, de científico, de cómo él pensaba. Creo que es muy importante recalcar que cada generación ha conocido a otro Marx.

— ¿Un Marx para cada generación?

— Hay que hacer dos diferenciaciones. Uno, el conocimiento previo que uno tiene de Marx de las diferentes generaciones y, dos, que hay diferentes lecturas antiguas de Marx. Las teorías antiguas lo que pretendían era ver un sistema acabado en la teoría de Marx; en cambio ahora, gracias a los manuscritos de MEGA, estamos viendo que no hay cuestiones concluidas; hay muchas teorías que en realidad no están terminadas en sus escritos. Ahora, unos dicen que hubo un Marx joven, filósofo, y un Marx viejo, economista, y que hubo un quiebre entre ambos. Otros dicen que no, que hubo una unidad en su obra. Yo digo que ninguna de estas dos visiones es correcta; o sea, ni había una continuidad entre el Marx joven y el Marx viejo, ni tampoco hubo un quiebre total entre estas dos etapas. Eso al principio no suena muy plausible, pero lo que digo es que hubo muchos quiebres en sus visiones, porque Marx cada vez volvía a empezar. Es decir, ninguno de sus proyectos él realmente los concluyó, los terminó, sino que siempre volvió a trabajarlos. Por eso, la teoría de la continuidad es equívoca. Además, Marx trabajaba al mismo tiempo en diferentes ámbitos, en economía, política, historia, etnología, y en todos ellos hubo quiebres que no se dieron al mismo tiempo; por eso no se puede hablar de un quiebre, un solo quiebre; hubo muchos quiebres durante su vida en estos ámbitos, en filosofía, en economía, en lo político.

— Pero siempre hubo las lecturas de los marxistas, Lenin, Gramsci, Trotsky, Mao. ¿Cómo diferenciar estos marxismos de Marx?

— Hay que decir que todos estos autores conocían a Marx mucho menos de lo que lo conocemos ahora; nosotros estamos en una mucho mejor situación que ellos en su momento. Ellos, Lenin y Gramsci, por ejemplo, utilizaban sus textos en una situación especial histórica; lo que ellos intentaban es, mediante los textos de Marx, más o menos dar respuestas a una situación histórica de su tiempo. Entonces, usaban elementos de la obra de Marx y los trataban de aplicar al contexto de ese momento. Y todos los seguidores de estos grandes pensadores, luego, han inflado estas teorías. Por ejemplo, si uno toma el estudio del imperialismo de Lenin, él lo había aplicado a una situación muy concreta; ni siquiera él pretende que Marx era su propia fuente, sino que toma a Hobbson como fuente. Pero lo que sus seguidores hacen después es inflarlo hacia una teoría grande que supuestamente viene de Marx. Ese es un gran problema que tenemos desde el siglo XX con los textos de Marx.

— Siglo XXI, 200 años del nacimiento de Marx. ¿Por qué hoy estudiar, volver a Marx?

— Existen dos razones por las que uno debería hoy todavía hablar de Marx. Uno, la real existencia de la política en el socialismo, por ejemplo, en la Unión Soviética antigua o la ex República Democrática Alemana, cuando ellos mismos han reconocido que esta política no tenía que ver mucho con el modelo de Marx. Marx en realidad solo les da, les provee elementos, pero que no son conclusos, como ya hemos dicho; y la Unión Soviética se desarrolla muy rápidamente en un sistema autoritario que no tiene nada que ver ya con las ideas emancipadoras y con el objetivo emancipatorio que tenía Marx, y que además había una defensa de las élites del partido. Por otro lado, la segunda razón para hablar de Marx hoy día es que el desarrollo del capitalismo, al final, cuando ya no existe la Unión Soviética, cuando supuestamente hay una prosperidad y paz en el mundo, y hay capitalismo; sin embargo, siguen habiendo guerras, siguen habiendo problemas en el mundo.

Entonces, como una protesta, uno dice por qué estos fenómenos siguen habiendo cuando en los países ricos sigue existiendo pobreza, y cuando uno llega a preguntarse esto, vuelve a toparse con Marx, y vuelve a leerlo y tal vez de una manera desprejuiciada. Uno descubre que hubo muchos elementos que él sí los ha plasmado correctamente. Incluso en Alemania la gente conservadora, periodistas en las crisis de finanzas en Alemania e Inglaterra, leen a Marx otra vez y descubren que no estaba tan equivocado en muchas cosas.

— Los Cuadernos de Londres, ¿qué importancia tienen?

— Esa es la gran pregunta, ¿por qué nosotros volvemos a hablar de estos cuadernos de Londres? Y la razón principal es porque en 1849 Marx se va a Londres, después de la revolución perdida [1848, Francia], y ese es un quiebre muy grande no solamente en su biografía personal, sino también en su obra, porque en Londres él tiene el acceso a las bibliotecas, a los periódicos, a todos los informes del parlamento, y El Capital nunca podía haber sido escrito o solamente podría haber sido escrito en Londres, como hoy lo conocemos. Los Cuadernos de Londres son el sinónimo de un nuevo comienzo, y él mismo lo dice en su cita, ab ovo, es decir, de nuevo yo empiezo a trabajar. Son 24 cuadernos, bastante gruesos, donde él vuelve a estudiar a los grandes economistas, Adam Smith, David Ricardo, John Stuart Mill, y también empieza a trabajar otros textos, otros temas, como el colonialismo; redescubre sistemas precapitalistas, los aztecas en México, los incas en Perú, y eso abre mucho su horizonte y también le quita un poco toda esa base que él tenía, eurocéntrica. Esto realmente le da otra perspectiva, otra apertura, otro conocimiento. Si uno lo ve como un desarrollo general de su obra, los Cuadernos de Londres realmente son como un quiebre grande entre el antes y el después, para poder entender qué viene después.

— ¿Qué conoce usted de Bolivia? ¿No  es peculiar que se publique un inédito en castellano aquí?

— Muy bien. Yo conozco estos textos, en Alemania ya han sido publicados hace mucho tiempo, y para mí es algo muy remarcable que sean publicados en Bolivia, que no hayan sido publicados en México o en otro país. Y también sabemos que hubo un cambio político muy importante en Latinoamérica; en Brasil se puede ver con más claridad, pero Bolivia es uno de los bastiones políticos más importantes para este cambio, y en Europa vemos a Latinoamérica y a Bolivia  como una esperanza todavía para este cambio. Estoy muy contento de que se publiquen este tipo de libros; espero que tanto MEGA como toda la izquierda de Alemania, yo mismo, podamos mantener el contacto con Bolivia para cualquier publicación posterior.

Michael Heinrich. Trabaja en la biografía de Marx, Karl Marx y el nacimiento de la sociedad moderna, proyectada en cuatro tomos, de la cual publicó el primero. “Allí quiero mostrar que hay una relación muy estrecha entre la vida de Marx y el desarrollo de su obra”, sintetiza el contenido.

Datos

Nació: En 1957 en Heidelberg (Alemania).

Profesión: Matemático y politólogo.

Ocupación: Profesor en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Berlín; editor de la revista Prokla.

Perfil

Es el más reciente exponente de una corriente académica y política de pensamiento conocida en el mundo por postular “una nueva lectura de El Capital”.