Alfredo Serrano Mancilla: ‘El progresismo está más vivo de lo que creen’
En una semana, a fines de octubre, con tres elecciones, se podría redefinir el mapa político regional.
El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) es una institución de investigación y análisis político, económico y social de los países de la región (nació en 2014); en el último año y medio hizo 14 encuestas de percepción política, social y electoral en seis países, Bolivia entre ellos. En el país van dos en el año, en marzo y agosto. Una de las peculiaridades de la encuesta Celag son las variables que indaga; en marzo, por ejemplo, aparte de la evaluación del gobierno del MAS y la intención de voto, destacó la sensación de la gente respecto a la situación nacional, sus metas personales, la idea que tenía de su movilidad social (si pasó de una clase a otra), la autopercepción de los jóvenes y su situación, la credibilidad en los medios; los problemas que debería resolver el Presidente, entre otros. Con base en esa mirada, Animal Político pudo hablar sobre algunos países y sus procesos con el economista Alfredo Serrano Mancilla, su actual director.
— Argentina, la derrota de Macri.
— Estamos muy satisfechos porque la última encuesta que publicamos, que fue 12 días antes de las elecciones del 10 de agosto, nosotros preveíamos una diferencia de 9, 10 puntos a favor de la fórmula Alberto-Cristina. Nuestras encuestas no son las habituales, porque no hace solo un estudio de la intención de voto, lo que hacemos son ‘mapas de sensaciones y atributos’ en relación a los candidatos, miramos debilidades, posicionamientos ideológicos; entonces, cuando tú haces un análisis mucho más grande, amplio, puedes entender por qué es así la intención de voto; vimos, por ejemplo, que 83% de la ciudadanía argentina creía que la situación económica familiar de su último mes había empeorado o estaba igual de mal; o las familias tenían miedo a perder el empleo o la mitad de la población argentina cree que Macri era ineficaz o le generaba enojo; y, claro, cuando uno ve todo eso es más fácil acertar, porque tiene un montón de variables. En Argentina hemos hecho tres encuestas, en las tres le dimos victoria a la fórmula Alberto-Cristina; no fuimos los únicos con estos resultados, pero fuimos los únicos que los publicamos.
— Una pelea por la encuesta.
— Sobre las encuestas que dijeron que había empate, creo que no estaban diciendo toda la verdad; no puedo creer que hayamos sido los únicos que teníamos los resultados que sacamos. Creo que ahí hay un debate interesante que hay que hacer en América Latina sobre el mundo de la opinión pública y las encuestas, porque a veces se las utiliza más como un instrumento a favor de crear un clima electoral, en vez de analizar una sociedad; yo creo que cuando uno analiza una sociedad, lo que salga, sale; pero no puedes provocar cambiar un número para intentar crear o prefabricar un determinado clima electoral.
— ¿Qué han podido ver de Venezuela?
— Venezuela es un país muy complicado porque tiene una economía complicada: muy dependiente del petróleo, rentista petrolero (cuyas exportaciones generaban 97% de las divisas del país), también tenía un fuerte rentismo importador, todo se importaba. En esa debilidad económica, como pasó en Bolivia y en otros países, se heredaba una deuda social gigantesca, antes de asumir el poder la revolución bolivariana. En el último estudio que hicimos, ponemos el foco en que no se puede eclipsar el impacto del bloqueo, de hecho calculamos cuál fue el impacto del mismo, porque es una economía que lleva bloqueada tiempo, y no estoy diciendo algo extraño, sólo hay que leer los decretos de Estados Unidos, desde Barack Obama; y esto no nos evita discutir sobre los desafíos al interior de la economía venezolana; no estoy diciendo que todo se explique por el bloqueo, sino que también hay que tenerlo en cuenta. Cuando uno discute, un país tiene que hacerlo en la complejidad; tiene desafíos la economía venezolana, y el principal es producir, generar un modelo productivo.
— México, ¿qué significado le dan a la victoria de Morena?
— La victoria de López Obrador ha llegado en un momento muy importante para América Latina, porque había una suerte de pesimismo del progresismo. Celag nunca sostuvo que había fin de ciclo progresista, no podía, habiendo Bolivia, Uruguay. Hay que recordar que Lenin Moreno llega a Ecuador ganando con una propuesta progresista. Pero la victoria de López Obrador en México de alguna manera demuestra que el progresismo está más vivo de lo que lo habían intentado matar; es una propuesta muy clara y gana aplastantemente en las urnas y hoy tiene el desafío de intentar transformar un país que tiene unas estructuras heredadas difíciles en todos los sentidos, con narcotráfico, corrupción, desigualdad y pobreza elevadísimas. Es como un aire fresco progresista, que curiosamente, tras la victoria de López Obrador, este año en una semana también podría haber tres victorias de índole progresista, 20 de octubre es Bolivia, 27 de octubre es Argentina y Uruguay; en una semana el péndulo puede volver a cambiar. Ahora, tampoco si ganan en esos países se podrá decir que América Latina es progresista. Pero no olvidar, esto me gusta remarcarlo, que también hay un progresismo latente en países donde no termina de ganar. Es el caso de Perú con el Nuevo Perú liderado por Verónica Mendoza; el Frente Amplio en Chile, o la Colombia Humana de Gustavo Petro. Y no todos los progresismos son iguales, no es lo mismo México y Bolivia, o el Frente Amplio en Chile.
— Y no tienen por qué serlo, además.
— No deben de serlo, no es monolítico el progresismo, tienen posiciones distintas en materias internacionales; hay que estudiar la política heterodoxa de relaciones internacionales que Bolivia está haciendo, es sui géneris, distinta a la que llevó Ecuador en su momento, o Uruguay; eso es lo interesante, ver rasgos comunes pero también distintos, que hacen más rico el análisis del progresismo latinoamericano, igual que la derecha, que tampoco es monolítica, los sectores empresariales no son los mismos, tienen intereses parecidos, pero no son idénticos.
— Brasil, el gran contrapeso.
— Es un contrapeso. Lo cierto es que Jair Bolsonaro, con muy poco tiempo en el poder, ve que sus cifras de popularidad hoy están en un récord histórico a la baja; no tiene parangón que en menos de un año un Presidente haya tenido la capacidad de bajar su popularidad a tal nivel. Bolsonaro tiene la dificultad de que gobernar es mucho más complicado que decir cualquier exabrupto. Gobernar no es insultar a los negros, a las mujeres, a los homosexuales, a los medioambientales. Gobernar es gestionar y peor un país grande. Tampoco hay que olvidar que Bolsonaro gana la elección con el principal contrincante metido en la cárcel (Lula).
— Bolivia.
— Bolivia es un paradigma único en la región, porque después de 13 años de gobierno de Evo Morales, desde 2006, su evaluación, se mire por donde se mire, en gestión, en sensaciones, todavía despierta muchísima esperanza, confianza. Y hay como una evaluación positiva en casi todas las áreas de gestión, fundamentalmente en la parte económica. Cuando la gente en lo social y económico siente que la cosa ha ido mejor; y algo que es fundamental, y que el bloque conservador, neoliberal, siempre presume de ello, pero acá es una realidad: la estabilidad. La estabilidad democrática; claro que siempre hay discusiones, dimes y diretes, pero es cierto que hay una estabilidad increíble y lo valora la mayoría, en nuestras dos encuestas que hemos hecho, en marzo y ahora; de hecho, yo me atrevo a decir que incluso el arco opositor, el votante opositor, lo que quiere es que haya tranquilidad, estabilidad, y que la economía siga funcionando correctamente. Y esa es la dificultad que tiene hoy la oposición, no encontrar cómo explicar a la ciudadanía que está muy mal, cuando la gente siente lo contrario.
— ¿Tiene alguna peculiaridad Bolivia?
— Con un titular te lo diría: lo que se demuestra es que en Bolivia sí hay alternativa frente a la lógica de posicionamientos antiguos del ‘no hay alternativa’ al neoliberalismo de Margaret Teacher; siempre dice eso el neoliberalismo: no puedes hacer otra cosa porque no hay alternativa. Aquí lo que habéis demostrado es que hay alternativa; habéis roto un montón de mitos neoliberales, como ‘emisión monetaria, igual mucho consumo, igual inflación’, ‘igualdad es malo para la economía’, cuando es buenísimo; ‘el tipo de cambio, para competir en el exterior, necesitas devaluar’, cuando no, yo desde que vengo a este país, cuando uno cambia un dolarito, siempre te dan cerca de siete bolivianos; y yo ando viniendo a este país desde hace muchos años, y de verdad, porque cuando uno viaja a Argentina, llevas un dolarito y no sabes cuántos pesos te van a dar, en Colombia tampoco sabes cuántos pesos colombianos, cuántos pesos chilenos. Eso te da una estabilidad en la economía y demuestra que así es competitivo; para mí es una Bolivia que ha cambiado mucho; hay alguien que le cae mejor el Presidente, a quien le cae peor, le hace gracia, pero afortunadamente para expresar su preferencia está la democracia.
Alfredo Serrano Mancilla. El Celag es un centro de pensamiento donde participa gente de muchos países de Latinoamérica; es multidisciplinar; nació en 2014. Hizo 14 encuestas en los últimos 15 meses, en Colombia, Paraguay, Perú, Ecuador, Bolivia y Argentina.
Datos
Nació: España.
Profesión: Doctor en Economía
Ocupación: Director Ejecutivo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, Celag, Buenos Aires, Argentina.
Perfil
Escribió América Latina en disputa y El pensamiento económico de Hugo Chávez. Colabora con varios medios, como Página 12, La Jornada, Público, Russia Today.