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Santiago Carranco: China le dio mayor autonomía a la región

Sea el que fuere el próximo gobierno no la tendrá fácil, coinciden los expertos, por las señales de crisis económica que se avecinan y por la confrontación en la que están las dos mayores economías del mundo, la estadounidense y la china. Sobre estos pormenores, Animal Político pudo conversar con el experto ecuatoriano Santiago Carranco Paredes, estudioso de los nuevos escenarios regionales y globales que plantea el mundo multipolar.

—¿Cómo definiría específicamente la presencia china en la región?

—Primero, Estados Unidos nunca ha dejado de ser un hegemón [país fuerte que puede ejercer presión o dominio sobre los demás]. Noso-tros tenemos un hegemón que lo que está haciendo es mantener el estatus quo, y dentro de esto Estados Unidos siempre ha tenido control sobre América Latina. Eso nunca ha acabado. No obstante, recordemos que en 2002, Estados Unidos se mete en toda esta cruzada del medio oriente, y un poco quita los ojos de América Latina. En esa lucha, Estados Unidos pierde mucha credibilidad en la comunidad mundial, de la que es parte América Latina; después de la crisis neoliberal, China ingresó, a diferencia de los mecanismos financieros internacionales, daba fondos sin condicionar las políticas internas, como el FMI; lo que te decía era que le reconozcas como una economía de mercado y me apoyas también en las votaciones de los organismos internacionales. Es eso lo que permite que los países que siempre estuvieron dependientes de Estados Unidos y los instrumentos financieros internacionales, tengan un poco más de poder de decisión en sus políticas.

—¿Favoreció al resto por su pugna con el otro poder?

—Cada uno vio su forma de desa-rrollo de manera diferente. Aquí con el Vivir Bien, en Ecuador con el Buen Vivir, Venezuela con su modelo bolivariano, lo común era que logramos retomar esa soberanía y al hacerlo se generan procesos de integración diferentes de lo que nosotros estamos acostumbrados, esos modelos que copiamos de Europa, modelos basados en el comercio. Lo que tuvimos fueron estos movimientos más políticos; y estos organismos políticos lo que nos daban es una forma de protección a una injerencia externa, repensarnos también como Sudamérica como una región autónoma. Eso fue lo interesante de esos procesos, y ese también fue el papel que tomó China al darnos esa autonomía para poder lograrlo.

— ¿Pero no ha ido evolucionando hasta ser un ‘nuevo imperio’, digamos, con más condicionamientos?

— El costo de ser un hegemón es alto, y si bien China tiene una gran economía pues tal vez no quiera todavía asumir esos costos de ser hegemón. No obstante, Estados Unidos tampoco ya quiere asumirlos, por eso vemos ataques al sistema que ellos mismos fueron construyendo. Imagínese lo que es ahora tener a Estados Unidos como proteccionista. Hay una crisis de hegemonía, no tenemos un hegemón que quiera asumir per se los costos. En este sentido hay este desorden mundial.

—Pero ahora China ya asume, por ejemplo, préstamos condicionados. 

—Es el mismo modelo que Estados Unidos. Para que Estados Unidos invierta en tu país, tenías que apoyarle en cualquier votación en los organismos internacionales, contratar empresas estadounidenses y apoyar en cualquier guerra que ellos se involucren. China tiene otro punto: apoyar en la Política de una sola China, lo que significa quitarle el reconocimiento a Taiwán y reconocer a China como una sola. Contratar empresas chinas y apoyarla de igual manera en las votaciones de organismos internacionales; la forma de influencia realmente no cambia, es muy parecida; la diferencia es que China tiene una visión más defensiva, mientras que Estados Unidos la tenía mucho más ofensiva.

—¿Cómo está empalmando China con los organismos de integración latinoamericanos? 

— Son más racionales en el sentido económico. Están interesados en materias primas, y lo que ellos nos pueden ofrecer son contextos para que nosotros tengamos más soberanía, y podamos pensar en otros modelos de integración. Pero China no tendría problemas de tener sinergias con cualquier organismo, tanto tradicional, como la CAN, como con la Unasur. No tendrían problemas en tener sinergias, siempre y cuando sean funcionales a lo que ellos desean. Y de hecho esa es la forma en que se comportan los estados, no velas más por ideologías, velas más por intereses; hablo de política internacional.

—¿Logra reemplazar al Banco Mundial y al FMI? 

—Yo digo que sí, momentáneamente. Veamos el caso de Argentina. Lo que hizo Argentina fue pedir la misma cantidad que le debía al FMI a China; pagó la misma plata al FMI y esto le permitió generar su modelo de desa-rrollo diferente; esto igualmente con Ecuador. Hasta el momento no es que reemplazó, sino que más bien nos dio como una alternativa a la única vía que existía antes; y esa alternativa, y esta alternativa sí trae beneficios, sobre todo si noso-tros queremos pensar en desarrollo de una forma más endógena, no simplemente seguir unas recetas generalizadas que vienen desde afuera. Tener a China como fuente alternativa, que no te imponen estos modelos que no tienen pies ni cabeza, termina siendo un beneficio.

—La guerra China-Estados Unidos, ¿cómo nos toca? 

—Nosotros podemos hacer dos cosas. Ver a nuestros estados pequeños y aceptar las condiciones que esta pugna genera, simplemente como resultados residuales de la política entre grandes hegemones y simplemente aceptar lo que se nos viene; o tomar un papel preponderante en este tema y ver qué oportunidades esta pugna nos puede generar.

—De Unasur, ¿cómo ve su fracaso?  

—¿Cuál es el problema en el tema de Unasur? La crisis que está manteniendo este organismo es una crisis de voluntades políticas. Estas salidas de Ecuador, de Colombia; estar ahí no representa costes grandes económicos, y puedes recibir mayores beneficios de los que tienen. En términos económicos,  es una irracionalidad salirse de la Unasur y, como vemos, es una decisión netamente de ideología política, hasta simbólica. Ellos lo que quieren decir es ‘ya no estamos en Unasur, entonces, ya no estamos en el modelo de-sarrollista’; es un mensaje el que se quiere dar; pero en costos económicos, políticos y sociales, Ecuador se beneficiaba mucho más estando en Unasur, que no estando en Unasur. Es muy lamentable que por temas ideológicos se lo deje.

Santiago Carranco Paredes. Los organismos de integración latinoamericana deberían mantener una política abierta a las oportunidades que puede dar la pugna entre China y Estados Unidos, debido a la importancia que ahora tienen ambos bloques políticos y económicos.

Datos

Nombre: Santiago Carranco

Profesión: Economista

Ocupación: Docente investigador en la Escuela de Relaciones Internacionales. Universidad Internacional del Ecuador.

Perfil

Uno de los temas que desarrolló es lo que llamó la triangulación China, Estados Unidos, Latinoamérica; ahora está avocado a estudiar la minería y pugnas locales.