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Hay necesidad de hablar de las elecciones

Especialmente en las dos últimas semanas el tema de las elecciones y la nueva fecha de su realización volvieron a ser parte de la agenda política; algo al parecer atípico o a contracorriente cuando el país se encuentra en plena cuarentena y, como reiteran voceros del Gobierno, nadie tendría el tiempo para elecciones cuando lo que está en juego hoy día es la vida misma de la gente. Y, por añadidura, es el antagónico Movimiento Al Socialismo (MAS) el que insiste en tratar el tema; aunque Comunidad Ciudadana, que postula a la presidencia a Carlos Mesa, también se ha pronunciado en el mismo sentido que el partido que tiene como presidenciable a Luis Arce.

Interés o no en las elecciones en medio de la pandemia en ascenso, lo cierto es que había la necesidad de ocuparse del tema, y debía ser hasta la semana que termina, justo antes de este domingo 3 de mayo, cuando los bolivianos debían asistir a las urnas.

El Gobierno trata de imponer la idea de una contradicción entre las elecciones y el combate al coronavirus: no se puede hablar al mismo tiempo de ambos. Al respecto, Edwin Herrera, dirigente de Sol.bo, partido que con Unidad Demócrata conforman la alianza Juntos, en una emisora local dijo que “mientras el país entero está pensando en cómo superar la crisis sanitaria, en hacer esfuerzos de respetar la cuarentena y mantenerse en casa, en otros sectores preocupándose por la redinamización de la economía, de los sectores productivos, el MAS está pensando en elecciones; es de lo más ilógico, un contrasentido, pero también denota el interés que tiene por politizar las cosas”.

Ese “pensar en las elecciones” tuvo que ver con la convocatoria que el 24 de abril hizo la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados al Tribunal Supremo Electoral (TSE) y a delegados de los partidos participantes en los comicios, para revisar el proyecto de ley y definir una nueva fecha que a fines de marzo el TSE había remitido a la Asamblea Legislativa. Se trataba de un procedimiento parlamentario de rutina: la comisión debía considerar el proyecto y emitir un informe a la Asamblea, y así se hizo.

En criterio de Ricardo Paz, uno de los voceros de Comunidad Ciudadana (CC), el dilema planteado por el Gobierno, de elecciones o la vida, es “un falso debate, una falsa dicotomía”. Ante tamaña disyuntiva, claro que se priorizará la vida: “El tema de la salud, por efecto de la pandemia que estamos viviendo, por supuesto que es el prioritario, pero eso no es excluyente con establecer que en algún momento tiene que haber elecciones, tiene que cumplirse el reponerse la institucionalidad plena del Estado de derecho en Bolivia”.

El momento que vive el país es “accidental”, destaca Paz, una situación inédita, “producto de un fraude monumental y escandaloso que hizo el MAS y Evo Morales en la elección del año pasado. Y tenemos al mando del país un gobierno accidental, transitorio, surgido de la sucesión constitucional y no de las urnas, no de la legitimidad que da el voto de la gente. Eso en algún momento se tiene que reponer, eso también es muy urgente, muy importante; no es excluyente con atender prioritariamente el tema de la salud”.

Paz además alude a un hecho legal para “hablar” de las elecciones en estos días. Hasta donde se sabe, las elecciones están previstas para el 3 de mayo, y aparte de la determinación del TSE, el sábado 21 de marzo, de poner en suspenso el calendario electoral “por 14 días”, no se conoce de otra norma que haya cambiado esta situación: las elecciones debían ser este domingo. Así, era imperioso cambiar por ley la fecha de la elección, y hacerlo antes del 3 de mayo.

“La Asamblea Legislativa, como le ha dicho el Tribunal Supremo Electoral, tiene que sancionar una ley de postergación de las elecciones, antes del 3 de mayo”, que por esto el TSE le remitió hace más de un mes, el 26 de marzo, el proyecto de ley en que propone un rango de fechas en que pueden tener lugar los comicios, entre el domingo 28 de junio y el domingo 27 de septiembre.

Coincide en la necesidad de aprobar una ley que modifique la fecha de los comicios la diputada Lourdes Millares, de Unidad Demócrata (UD). “La Asamblea está cumpliendo con su obligación; no hay que olvidar que la elección debía haberse verificado, y esa ley todavía está vigente, el 3 de mayo”.

Una vez que el proyecto enviado por el TSE ingresó al Legislativo, a la Cámara de Diputados, el procedimiento era que una comisión lo analice y emita un informe al plenario de dicha cámara para que éste lo apruebe o no. Esto precisamente se hizo el viernes 24 de abril. El presidente de la comisión, Víctor Borda (MAS), informó que el proyecto fue aprobado tal cual, con el rango de fechas, entre junio y septiembre, propuesto por el TSE.

El informe de la comisión y el proyecto de ley fueron remitidos al plenario de la Cámara de Diputados, y el miércoles 29 de abril esta instancia lo sancionó, aunque con una modificación: en vez de dar opción a que las elecciones se realicen en algún momento entre el 28 de junio y el 27 de septiembre, una fecha a elegir, pues, como dijo el presidente del TSE, Salvador Romero Ballivián, en mucho esto dependerá de cuándo se logre controlar la pandemia del coronavirus, la mayoría del MAS dispuso que los comicios sean en 90 días después del 3 de mayo; como afirmó el diputado masista Franklin Flores, “que sea en un día casi intermedio; ni en 150 días (120 días, en realidad) hasta septiembre, ni en junio ya (nomás); que sea en un plazo de 90 días, contando desde el 3 de mayo”. Y 90 días desde el 3, es el domingo 2 de agosto. Así pasó al Senado.

Hay que recordar, como hace la diputada Millares, que para la aprobación de esta ley, basta la simple mayoría, y no los dos tercios de los legisladores, porque se trata de una ley ordinaria y por eso la rapidez con que se puede, y se está, tramitando. Al cierre de la presente entrega, jueves, el proyecto era considerado en el Senado.

Pero las elecciones son un hecho imperioso también, coinciden Paz y el sociólogo Juan Carlos Pinto, porque el periodo económico y social que se viene tras el control inicial de la pandemia será tan complejo que para hacerle frente se necesitará de un gobierno producto de la legitimidad del voto.
Dice Paz al respecto: También es importante “llevar adelante las elecciones, tener un gobierno legítimo, un gobierno que pueda ver las cosas con perspectiva hacia los próximos cinco años, que pueda analizar el tema de la economía de manera un poco más estructural, el tema del empleo, de la profunda crisis económica que se viene; es absolutamente necesario, imprescindible también; es muy importante que nosotros podamos tener un gobierno legítimo a la brevedad posible, a la brevedad que permita la pandemia, la crisis sanitaria”.

Pinto, por su lado, afirma que la pandemia se extenderá por varios años, y que no es objetivo el criterio de que “una vez que acabe la crisis, recién hablamos de elecciones” porque esto no se dará en el plazo inmediato. Así, lo más prudente es elegir a un nuevo gobierno y con la legitimidad que tenga del voto sea éste el que encare la lucha del mediano plazo contra el coronavirus; lo mismo, que administre la crisis económica, la recesión, que se prevé durará al menos un año hasta que la economía empiece su proceso de recuperación.

CALENDARIO. El calendario electoral consta de 113 actividades, desde el domingo 5 de enero (fecha de la publicación de la convocatoria) hasta el miércoles 8 de julio (la posesión de las autoridades electas, esto considerando que hubiera habido una segunda vuelta, que es lo más probable, dicho sea de paso), un total de seis meses.

La elección se iba a realizar el domingo 3 de mayo, y era la actividad 64 (120 días después de haberse convocado el acto electoral). Pues bien, el calendario se puso en suspenso el sábado 21 de marzo (el presidente del TSE anunció la suspensión cuando el Gobierno oficializó la cuarentena total, desde el 23). Se interrumpió en la actividad 43 (45 días antes de la elección). El martes 24 de marzo se debía publicar en la web los medios audiovisuales e impresos habilitados para la difusión de propaganda política de fortalecimiento público.

Tomando en cuenta el tramo convocatoria-día de la elección, actividad 1 y 64, y habiéndose suspendido en la actividad 43, se puede decir que el proceso se detuvo cuando se encontraba en el 67% de avance. De hecho, se estaba por entrar en el tramo final: el viernes 3 de abril iba a arrancar (actividad 50) la difusión de propaganda electoral en medios de comunicación social.

Lo fundamental que venía era: la entrega del padrón a los tribunales departamentales para el voto (actividad 46); la publicación de las candidaturas habilitadas (47); el sorteo de jurados (49); la difusión de propaganda en medios (50); de la actividad 55 a la 57, demandas de inhabilitación por causas sobrevinientes; y, la publicación de los lugares en que se realizará el cómputo (59).

El proyecto del TSE, como se dijo, fue remitido al Legislativo el 26 de marzo, cuando la cuarentena total había sido dispuesta hasta el 15 de abril; claro que no se tenía previsto la prolongación del estado de excepción hasta el 30 de abril, ni que se la vuelva a ampliar recientemente hasta el 10 de mayo, con la posibilidad de continuarla, ya zonificada por departamentos y municipios según el riesgo alto, medio y moderado de la pandemia.

El punto es que no hay fecha límite para el levantamiento de la cuarentena, pues la reciente ampliación señala que desde el 11 de mayo se evaluará cada siete días la situación y se decidirá en qué categoría se ubican las regiones (de riesgo alto, medio o moderado).

En realidad (y en esto el TSE ha sido previsor al proponer un rango de tiempo y no una fecha específica) todo dependerá de cuándo se produce el pico de la crisis y su declive. Según la sociedad científica de médicos, en voz de uno de sus representantes, Luis Larrea, dicho pico está previsto para la segunda semana de mayo.

Como informó el presidente del TSE, Romero, el ente electoral mantuvo el proyecto, sobre todo en lo referido al rango de fechas, y la Comisión de Constitución lo aprobó tal cual, de modo que la crisis pandémica por el coronavirus y la cuarentena todavía no han afectado la previsión adelantada por el TSE en su proyecto: el rango del 28 de junio al 27 de septiembre.

Desde el punto de vista técnico, no deja de tener razón el analista Franklin Pareja, en sentido de que acaso no será posible solo continuar el calendario electoral, que talvez sea necesario volver a convocar la elección, dado que, sobre todo, la mayoría de edad se habrá “movido” para muchos jóvenes.

“Hay que pensar seriamente no solo en postergar la elección o replantear un nuevo cronograma, sino que lo más saludable sería hacer un nuevo calendario electoral, con una nueva convocatoria que contemple constitucionalmente los plazos, que son algo así como 150. El padrón no puede conculcar los derechos políticos, se tiene nuevamente que reempadronar, pero no solamente afectar a la posibilidad de votar; una vez que el padrón incorpore nuevas personas, éstas no solamente tienen el derecho a votar sino también a ser candidatos, que aunque no lo hagan, su derecho está ahí”, señaló a una emisora local.

Al respecto, el miércoles, luego de que el presidente del TSE asistiera a la sesión en que se iba a considerar el proyecto de ley de la postergación de la fecha de la elección, fue enfático al afirmar que lo que legalmente corresponde es continuar con el calendario ya establecido, no empezar todo de nuevo, bajo el principio de preclusión.

“El Tribunal Supremo Electoral ha hecho una explicación minuciosa y ha recordado el principio de preclusión que sustenta la arquitectura legal electoral boliviana, que parte del principio de que todas las actividades que ya se han realizado entre el 5 de enero, cuando se convocó la elección, hasta el 21 de marzo, que es cuando se suspende el calendario electoral, han quedado ya cerradas y cumplidas”, dijo a la prensa.

Así, según el punto de vista médico determine el paso, por lo menos parcial, de la crisis pandémica y pueda realizarse los comicios (con las obvias medidas de bioseguridad) el TSE no necesita más que 45 días para efectuar la elección. ¿El MAS se hizo un favor al fijar una fecha (el 2 de agosto), cuando la elección, según el ritmo de la pandemia, bien podría ser antes?

Iván Bustillos es periodista de La Razón