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Entrevista al ‘piojo’

Se presenta como periodista y se reconoce como un “terrorista digital”, militante de lo Nacional Popular que calificaría en Bolivia como masista, o afuera como peronista, lulista, chavista o sanderista. En el mundo online, las y los pititas lo odian. Los masistas lo aman. Sus publicaciones sobre corrupción provocaron renuncias de autoridades y muchas aclaraciones del gobierno transitorio de Jeanine Áñez. Sin revelar su identidad, se declara enemigo de clase del gobierno de Áñez. Dice que no coordina nada con la alta dirigencia del MAS y mucho menos le pagan.

—¿Quién es El Piojo Cabrón?

—Es solo una personalidad de las tantas que hay en Facebook y en redes sociales en general.

—¿Cuántas veces cerraron su página o sus páginas y cómo lo lograron?

—Uy… no sé. Unas 30 será (ríe). Es con denuncias masivas y a veces el mismo Facebook retira las páginas cuando considera el contenido ofensivo.

—¿Haces periodismo, activismo-periodismo o terrorismo digital?

—Me encanta la palabra “terrorismo digital”. Eso de sembrar terror es algo muy bien planificado por los Estados Unidos y poder tomar esa palabra y darle la vuelta o resignificarla, como dirían los postestructuralistas en semiología, me parece algo simpático. Sin embargo, para evitar definiciones de ese tipo, soy como una especie de “tirador de bombas”. A veces la bomba puede ser periodística, a veces política o a veces como se menciona ahí: “terrorismo digital”.

—¿Qué opina de los medios tradicionales, prensa, Tv y radio?

—Me gustan mucho, quisiera hacerlo, pero me molesta eso de que se crean independientes e imparciales u objetivos, me parece de mal gusto creer que son algo así, me parece igual que esas definiciones semiabstractas son parte de un discurso propagandístico y que solo las personas poco instruidas se lo creen. Me gustaría que sean honestos y digan qué intereses defienden.

—Breve o en una palabra, qué opina de: ¿Página Siete?

—Garáfulic.

—¿El Deber?

—Mucha farándula.

—¿La Razón?

—El mejorcito.

—¿ATB?

—Hay gente buena y gente mala ahí.

—¿Unitel?

—Agroindustria

—¿Red Uno?

—Un Unitel mediocre.

—¿Abya Yala?

—Hay que trabajar más.

—¿Gigavisión-Detrás de la Verdad?

—La revelación del año.

—¿Qué medios utilizan sus denuncias e informes para construir una información?

—Hay mucha gente que tiene denuncias, pero no sabe dónde hacerlas. Esa gente me pasa información, además a veces es complicado darle un contenido político a lo que pasa y esa gente precisamente quiere eso, por eso me buscan, lo que los medios tradicionales no hacen porque quieren aún decirse “imparciales” y esas pajas.

—¿Cuáles fueron sus primicias que se volvieron noticias en los medios?

—En realidad vaaaarias, pero nunca me citarán. Por ejemplo, pocos se acuerdan pero yo destapé el abuso a las cebras en la Alcaldía o los negociados de la esposa del alcalde paceño Luis Revilla con su “Primer Amor”, cuando revelé la casa en Alto Obrajes donde se reunían. Otra que recuerde, digamos, fue la corrupción de Entel (Empresa Nacional de Telecomunicaciones) en una época donde nadie dudaba del gobierno de facto. Después ayudé en otras que sacaron otros medios, pero que yo las hice populares. Sobre todo las renuncias de ministros, viceministros, etcétera. Esa información me llega muy rápido.

Después lo de los ascensos de militares, muchos me escribieron para agradecerme porque el gobierno de Áñez está haciendo averías internas y me mostraron chats de WhatsApp del Ejército donde se puede ver eso. Al final, hay noticias que no necesariamente deben salir en medios grandes. Simplemente que la información correcta llegue a la persona correcta significa una victoria porque esas personas son poderosas y nada más sublime que ver temblar a un poderoso.

—¿Cómo hace para obtener la información que publica? ¿En la mayoría son primicias?

—El enemigo de mi enemigo es mi amigo. La política es una olla de grillos, todos se quieren atacar entre todos, se graban, se sacan screenshot, hacen amarres, etcétera. Entonces entre tantas personas malas, siempre hay una más mala que está dispuesta a vender su información a cambio de un cargo o de algunos favores y me pasan la información. Esas son las fuentes, casi todas son de dentro del gobierno de Áñez (en este caso, antes era Revilla).

—¿Qué prevé y qué pretende con sus publicaciones?

—Depende de la época, no tengo objetivos a largo plazo porque a largo plazo todos estaremos muertos. Por el momento, tengo por objetivo desenmascarar al gobierno de Áñez de su supuesto “velo democrático”, porque conozco a la gente que trabaja con ella, y son personas muy malas, no quieren a Bolivia, prácticamente la odian, y solo la ven como una finca grande con empleados, no ven un pueblo con sueños de crecimiento y desarrollo. Por el momento es eso, y lo digo abiertamente, soy enemigo de clase del gobierno de Áñez, yo siempre estoy con el campo popular porque sé lo que es no tener qué comer, ellos no, ellos siempre están mirándote desde arriba y en ningún momento quieren ayudarte a subir (como lo haría por ejemplo una burguesía nacional). Ellos solo quieren ver gente pobre para recordar que ellos no lo son.

—¿Cuáles son las páginas rivales de la derecha, pititas, camachistas, de Jeanine Áñez, Doria Medina? ¿Las sigue, confronta con esas páginas?

—Bueno, sí, las seguía, pero no tienen nada bueno que decir, los que están detrás de esas páginas (a quienes conozco en su mayoría) son personas muy mediocres. Valoraría el trabajo solo de dos de ellas, pero ahora están trabajando servilmente para Áñez, así que prefiero no mencionarlas.

—La página por la que lo contactamos tiene más de 10.000 seguidores. Se creó el 13 de noviembre de 2019, cambió de nombre de Resistencia Bolivia a Piojo Cabrón. ¿Nació en respuesta a la caída y huida de Evo Morales?

—Esa palabra “huida” no me gusta. Si tienes una pistola en tu cabeza y te vas, no es que estás huyendo, te están botando. Creo que es parte de la narrativa que instauró el golpe y que cada vez tiene más grietas por sus absurdos giros narrativos que tiene en cada situación. Sobre esta página, El Piojo Cabrón es una marca, si cae una página, saltará a otra y así a otra; hay decenas de páginas que me las dan para que las convierta. En esta ocasión es ésta que otrora se llamaba “Resistencia Bolivia”. Antes había otra página que se llamaba “El Chancho Cósmico”, y me la regalaron y la volví el Piojo. Es así, incluso algún día puede tener la página de no sé… Áñez (ríe), y en unos días diría Piojo Cabrón.

—¿El MAS o sus dirigentes financian la página? ¿Recibe un sueldo?

—Ni un peso. Quisiera (ríe), pero no, no me pagan, aunque alguien debería. ¿No crees?

—¿Si el MAS vuelve al poder dejarás de publicar su página o seguirá con sus denuncias?

—Seguiré, claro que sí. Seguiré hasta que envejezca y la gente ya no entre a Facebook (como sucederá en pocos años, parece).

—“Y va a caer y va a caer el #Piojo va a caer”, anunciaron en varias oportunidades sus enemigos en las redes, las y los pititas. ¿Cómo protege su identidad?

—Tengo muchos enemigos, siempre quieren tirarme las páginas, y siempre vuelvo, es hasta cómico. ¿Para qué gastar tanta energía denunciando una página? No sé, si no te gusta una página anda a otra.

Juan Carlos Marañón es periodista