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Retrato del golpe del fin de semana

En Bolivia, los feriados y los fines de semana son los días favoritos de los gobiernos autoritarios: son los ideales para darle garrote a la población. Desprevenida, des- cansando —espera el Tiranuelo o la Choca de turno— la gente ‘no tomará a mal’ el Golpe. Fue sábado el 21 de agosto de 1971, cuando el coronel Hugo Banzer Suárez dio el golpe de Estado al general Juan José Torres.

Era el 1 de noviembre, feriado de Todos Santos, cuando Natusch Busch masacró mineros y tomó el poder.

Y fue el domingo 2 de agosto de 2020 cuando el gobierno de la Transición eterna de la presidenta de facto Jeanine Áñez dio por finiquitado el año escolar, adelantándose cinco meses a la fecha oficial, prevista para el 22 de diciembre de 2020.

Antes, solo hubo dos dictadores, René Barrientos y el mentado Natusch Busch, que adelantaron el cierre del año escolar, vulnerando el derecho constitucional a la educación, y aprovechando para sacarse de en medio a estudiantes y enseñantes, siempre molestosos.

No dio la noticia el ministro de Educación, el amauta Víctor Hugo Cárdenas. Esta tarea le tocó al ministro de la Presidencia, Yerko ‘Cuero Grueso’ Núñez, que sin sonrojarse si- quiera anunció la incapacidad del Gobierno transitorio para gestionar este tema, otro más que se les volvió un problema.

 Lloriqueó: “Los maestros no van pues a las reuniones que convocamos”.

Denunció: “El sindicato del magisterio es radical y partidista”. Una pena, pucha: se puede acusar de todo a la longeva dirigencia sindical trotskista del magisterio, menos, ay, de masista. Lamentó: “Prometen enviar observaciones por escrito al DS 4260 (Decreto Supremo sobre la complementariedad de la modalidad presencial y virtual de la educación por la pandemia) y no las envían”.

Acusó: “Los profesores nos amenazan con tomar instituciones, con huelgas y marchas”.

Y entonces, tal es la lógica de weekend perpetuo del Gobierno transitorio, como todo eso atenta (hipotéticamente) contra la vida de las personas, se da por terminado el año escolar 2020.

Colofón populista: Eso sí, eh, ¡nadie se aplaza siempre pues pero!

Evidentemente, para el Gobierno de los Golpes de Fin de Semana, gobernar no es ni gestionar ni mucho menos resolver conflictos en temas de interés vital para la nación.

Entonces, ¿qué será, pues?

La Nueva Política de Gobierno es así: Si no lo puedes resolver, lo anulas. Y añades lloros y quebrantos como banda sonora.

Si la salud no funciona, la cerraremos, pues. Coro: “Los doctores no quieren atender pacientes con Co- vid porque no tienen equipos de bioseguridad y se están contagiando y muriendo”, “El MAS no ha hecho nada estos 14 años por la salud”, “Los exmasistas que son hoy funcionarios roban la plata de los respiradores y nos bajan popularidad”, la cerraremos pues.

Si no podemos pagar la Salud, ¡que la paguen otros! ¡Para qué andar perdiendo el tiempo con la jodida pandemia! Aplicamos la descentralización de las decisiones sanitarias y los recursos económicos a los gobiernos departamentales y municipales.

Ya tenemos bastante trabajo sobreviviendo, nos dicen. El Gabinete parece fiesta Covid. Mascarada de danza macabra. No hay ministro que no se haya contagiado. César Salinas, expresidente de la Federación Boliviana de Fútbol, murió por el contagio en una reunión de alto nivel con el Ejecutivo que todavía no teletrabaja.

Cancelar es gobernar.

Se puede hacer propaganda sin Ministerio de Comunicación. Lo tachamos.

Si la pandemia restringe turismo, deportes, entradas folklóricas, seamos austeros, y cerremos ministerios inservibles creados por el MAS para engordar la clientela de funcionarios. Qué fácil es borrar, tachamos los ministerios de Culturas y Deportes el 4 de junio.

Si el Tribunal Supremo Electoral no funciona, para qué vamos a arriesgar la vida de la gente y del Gobierno celebrando las elecciones.

¡Las postergaremos… indefinidamente! Así todos vivitos y contentos. Coro: “Haremos elecciones democráticas”, “La fecha no puede modificarse según el cálculo de cuántos votos recibirá el gobierno”, “Me ha nombra- do, pero este no es pues su despacho señor ministro”.

Dicen que la guerra avisada no mata a nadie.

En Bolivia ya van 3 mil muertos después de 120 días de saber que llegaría la pandemia. Tiene más muertos que la repudiable, abominable Argentina masista, que tiene cinco veces y media la población de Bolivia.

El DS 4260 tiene menos tiempo, demoró en redactarse y aprobarse dos meses en que la educación estuvo detenida y se aprobó el 6 de junio de 2020, por el Día del Maestro. Si tan poca —y hace muchos años mala— educación nos deja hacer cuentas, en el mejor de los casos, los escolares bolivianos pasaron 70 días de clases (30 presenciales y 40 virtuales) de un calendario anual de 200 días.

La educación representa el mérito. Por eso dizque la educación pública constituye en las sociedades modernas una vía democrática de movilidad social porque no depende del nacimiento ni de la herencia. Los padres con nivel educativo universitario, que además puedan tele- trabajar durante la pandemia, complementarán y suplirán al sistema educativo. Los beneficiados son hijos de profesionales, empresarios, funcionarios públicos, líderes de opinión. A los demás les queda ver cómo las esperanzas de movilidad social —que nunca dejaron de ser precarias, ilusionadas o ilusorias— para su descendencia se esfuman ante la ineptitud del desgobierno de la transición prolongada.

A esto se suma el panorama de los profesores despedidos y de las escuelas privadas en quiebra.

En este país hoy, paradoja para las pititas, el dinero no te compra una cama de terapia intensiva, y tampoco la escuela para tus hijos.

Por supuesto, ni Germán Busch, gobernante beniano que estableció el primer Código del Trabajo en Bolivia y dedicó el 2 de agosto como el Día del Indio ni la Revolución Nacional que un 2 de agosto decretó la Reforma Agraria en reconocimiento a los campesinos que recuperaron sus tierras y su ciudadanía podían prever que en2020 se invocó la falta de internet en el área rural como la principal razón para dejar sin educación a los bolivianos. Y no, no porque en 1938 o 1953 no existía el internet, como deduciría ese campeón de lucha lógica libre que es el silencia- do ministro de Educación Víctor Hugo ‘Microsoft’ Cárdenas.