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EL SOL NACE DESDE EL ORIENTE

DIBUJO LIBRE

En Bolivia ocurrió el primer grito libertario de Latinoamérica, pero fue el último país en liberarse de la corona española. Cuando analizamos por qué la guerra de independencia duró tantos años, podemos identificar que muchos de los líderes libertarios de esa época luchaban pasándose de bando según las circunstancias, unas veces estaban con los realistas, otras luchaban junto con los libertarios.

Este fenómeno de pasarse de un bando a otro continúa vigente y se manifiesta en el comportamiento de los actuales políticos bolivianos: se pasan de un partido a otro y no son serios ni confiables en su comportamiento, afectando los sanos valores que debe tener la praxis política, derivando además en corrupción, ineficiencia, etcétera.

En la historia de Bolivia, desde su fundación hasta el presente, se puede evidenciar la existencia de tres ciclos republicanos que definieron y definirán la economía, la política y la sociedad en su conjunto; en consecuencia, que también definieron y definirán su estructura sistémica orgánica estatal; todo esto con claros liderazgos departamentales. El primero, desde Sucre, a partir de la fundación de la República de Bolivia; el segundo, desde La Paz, con el traslado de la sede de gobierno tras la llamada Guerra Federal; y el tercer ciclo, desde Santa Cruz, con el derrocamiento de Evo Morales en la llamada “revolución de las pititas”.

La historia contemporánea republicana empieza con la Revolución de 1952, con los gobiernos revolucionarios del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) de Víctor Paz Estenssoro y Hernán Siles Suazo, que iniciaron la inclusión social con profundas transformaciones políticas, económicas y sociales que cambiaron en gran medida nuestro país. Después vino la segunda parte de gobiernos de regímenes militares, que en su momento tuvieron tanto sus aciertos como sus desaciertos.

Luego tenemos la tercera parte, de gobiernos democráticos neoliberales que fueron de reformas políticas, económicas y sociales que aportaron al país, pero su falta de transparencia, sus desaciertos de inclusión social expresados en su alineamiento externo neoliberal y el desconocimiento de la realidad nacional fueron la causa de la llegada al poder del gobierno democrático populista del dirigente sindical Evo Morales Ayma.

El inicio de esta cuarta parte de nuestra etapa contemporánea republicana fue de gran expectativa y transformaciones, que en el transcurso de 14 años se desgastaron. La defensa de nuestros recursos naturales y el aporte de interculturalidad con inclusión social que frenaron el racismo, la discriminación y la sumisión, son muy importantes para el país, pero la corrupción y el sustento doctrinario fue equivocado al tomar como referente ideológico a Fausto Reinaga, que en mi criterio es un ejemplo de lo que no tiene que ser el boliviano, porque crea frustración, resentimiento; y es un caldo de cultivo de mitomanías, megalomanías y fetichismos que debemos superar.

Bolivia, en la coyuntura actual, siente un desgaste de liderazgo político occidental, porque éste ya no está orientando bien al país; al contrario, se ha convertido en obstaculizador del desarrollo aplicando la cultura andina aymara de atemporalidad, expresada en permanentes bloqueos de exigir sin aportar, como se vivió en los gobiernos de Morales y Jeanine Áñez, y ahora se está replicando con el gobierno de Luis Arce, pues son esclavos de sectores sociales sindicales como son los cocaleros, los mineros y otros.

Este cambio de eje previsto no significará traslado institucional alguno, porque su fuerza está en su fe y esperanza con actitud positiva de solidaridad, empatía y resiliencia; es un vector donde su eje y/o momento se aplicará a partir de la complementariedad de oriente-occidente y nortesur, que se expresará en un cambio en la mentalidad del ideario colectivo axiológico del boliviano.

La crisis sistémica estatal está creando las oportunidades requeridas por la sociedad boliviana para implementar un proceso de reingeniería integral estatal de cambio estructural- paradigmático-tecnológico, a fin de trasparentar Bolivia, en el inicio de este tercer ciclo republicano con visión holística-heurística, característica de organizaciones inteligentes-conscientes, que transformará al Estado Plurinacional en Estado Federal.

 (*)Martín Molina M. es abogado e ingeniero industrial