DIBUJO LIBRE

En noviembre, el Reino Unido dará la bienvenida a los países del mundo en Glasgow para la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP26. Este es el momento de poner al mundo en camino para hacer frente a la enorme amenaza del cambio climático y construir un futuro más limpio y brillante.

Por eso estoy muy complacido de poder visitar Bolivia esta semana. Esta es una oportunidad importante para conocer de primera mano sobre cómo está impactando el cambio climático al país y de encontrarme con las autoridades de gobierno para dialogar sobre cómo podemos trabajar juntos en enfrentar esos desafíos.

La gran riqueza de Bolivia se encuentra en su naturaleza, su biodiversidad y su gente. La protección de nuestro planeta y ayudar a nuestros pueblos a prosperar están en el centro de la acción climática. Fue muy grato para mí recibir en Londres al ministro de Medio Ambiente de Bolivia, Juan Santos, y su delegación para la constructiva reunión en la cual ministros de más de 50 países dieron un paso adelante hacia una COP26 exitosa, y lograron un acercamiento en temas clave como mantener la meta de los 1,5 grados, la adaptación financiera y la conclusión del reglamento de París.

Aprecio el papel de Bolivia en el liderazgo de pensamiento sobre la protección de los derechos de la Madre Tierra y en poner la voz de los pueblos indígenas al centro del diálogo climático. Sabemos que los pueblos indígenas son los guardianes de gran parte de la biodiversidad en el mundo, y lideran las soluciones basadas en la naturaleza para enfrentar el cambio climático. Por eso estoy encantado de que en mi visita tendré la oportunidad de conocer a dirigentes comunitarios y conversar sobre cómo su voz puede ser escuchada en Glasgow. También doy la bienvenida a la intención de Bolivia de participar en la coalición para reducir emisiones mediante la aceleración del financiamiento para protección de los bosques tropicales en el mundo (LEAF por sus siglas en inglés).

Con vista a la presidencia británica de la COP26 en Glasgow, sabemos lo que tenemos que hacer porque ya hemos acordado cuál es nuestro objetivo. En 2015, el mundo firmó el Acuerdo de París, un acuerdo internacional para hacer frente a la crisis climática. Este Acuerdo nos compromete a limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados, con el objetivo de 1,5 grados, porque la ciencia nos dice que eso evitaría los peores efectos del cambio climático.

Cada fracción de grado marca la diferencia. Un aumento promedio de la temperatura mundial en dos grados, en comparación con 1,5, afectaría a cientos de millones de personas más, y el doble de especies vegetales y el triple de especies de insectos perderían grandes extensiones de su hábitat.

Sin embargo, desde que se fijó el objetivo de 1,5 grados, el mundo no ha hecho lo suficiente y nuestro planeta se está calentando. En mi calidad de Presidente Designado de la COP26, he visto de primera mano estos impactos: deshielo de glaciares, degradación de los cultivos, pobladores obligados a abandonar sus hogares. Si seguimos como hasta ahora, estos efectos empeorarán, y rápidamente.

Debemos actuar ahora para poner en marcha un esfuerzo coherente y concertado de reducción de emisiones a lo largo de los próximos 10 años. También utilizar la recuperación del COVID-19 para re-imaginar nuestras economías, construyendo un futuro mejor, con empleos verdes y aire más limpio, aumentando la prosperidad sin dañar el planeta.

Esto es lo que hace que la próxima conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima en Glasgow —la COP26— sea tan importante. Debe ser el momento en el que cada país y cada parte de la sociedad asuma su responsabilidad para proteger nuestro precioso planeta y mantener vivo el objetivo de 1,5 grados. Tenemos un plan claro para conseguirlo.

Como Presidente Designado de la COP26, junto al Primer Ministro, otros ministros y toda la red diplomática del Reino Unido, estoy presionando para que se actúe en torno a cuatro objetivos clave.

En primer lugar, debemos encaminar al mundo hacia la reducción de emisiones, hasta alcanzar el cero neto a mediados de este siglo. Esto es imperativo para mantener la meta de 1,5 grados a nuestro alcance. Para ello necesitamos que los países presenten metas claras de reducción de emisiones, consistentes con el objetivo de cero neto para mitad de siglo. Esas metas deben estar basadas en la ciencia, para que el cero neto no sea solo una vaga aspiración, sino un plan concreto.

También debemos actuar sobre los sectores más contaminantes. Si nos tomamos en serio lo de los 1,5 grados, Glasgow debe ser la Conferencia en la cual la energía del carbón pase a la historia, se ponga alto a la deforestación y se señale el fin de los vehículos contaminantes. Estamos trabajando con los gobiernos y a través de organizaciones internacionales para terminar con el financiamiento internacional del carbón, una de mis prioridades personales. Estamos instando a los países a abandonar la energía del carbón, y trabajamos con los países en desarrollo para apoyar su transición hacia la energía limpia.

Nuestro segundo objetivo es proteger a las personas y a la naturaleza de los peores efectos del cambio climático. La crisis climática ya está entre nosotros y debemos actuar respecto a la necesidad real de tener defensas contra inundaciones, sistemas de alerta y otros esfuerzos vitales para minimizar, evitar y abordar las pérdidas y los daños causados por el cambio climático.

Nuestro tercer objetivo es el financiamiento, sin el cual la tarea que tenemos por delante es casi imposible. Los países desarrollados deben aportar los 100.000 millones de dólares anuales que prometieron para apoyar a los países en desarrollo. El Reino Unido predica con el ejemplo, habiendo comprometido 11.600 millones de libras entre 2021 y 2025. Y necesitamos que todos los países desarrollados avancen en esto. Es una cuestión de confianza.

Debemos hacer que el financiamiento sea más accesible, y aumentar las sumas disponibles para proteger a la gente y a la naturaleza. En marzo reuní a ministros de 50 gobiernos e instituciones internacionales para tratar estos temas, y estamos enfocados en cumplir los compromisos logrados ahí.

En cuarto lugar, debemos trabajar juntos para cumplir tales objetivos. Esto incluye lograr un consenso entre gobiernos para que las negociaciones de Glasgow sean un éxito. También hay que conseguir que las empresas y la sociedad civil respalden los objetivos de la COP26, y reforzar la colaboración internacional en sectores críticos.

Hago un llamado a todos los países para que redoblen sus esfuerzos en relación con estos objetivos, porque la COP26 es nuestra última esperanza de mantener 1,5 grados y nuestra mejor oportunidad para construir un mejor futuro, con empleos verdes y aire más limpio.

Este es nuestro momento. No hay segundas oportunidades. Aprovechémoslo juntos.

(*)Alok Sharma es Presidente Designado de la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático, COP26.