Ucronía
Ucronía: cuando sectores sociales protestan, son salvajes; cuando lo hacen los urbanos, son liberadores´.
DIBUJO LIBRE
Una reconstrucción histórica alternativa labrada sobre unos hechos que conocemos, que, si bien nunca sucedieron, pudieron haber ocurrido si los acontecimientos hubiesen tomado otro sentido. La palabra ucronía está compuesta por el prefijo griego ο????- (u) que significa ‘sin’ o ‘no’, y χρόνος. (chronos) que traduce ‘tiempo’, es decir, el ‘no tiempo’ o ‘el tiempo que no existe’. En sí, la expresión tuvo el sello del filósofo francés Charles Renouvier en 1876, con ella tituló su novela Ucronía: la utopí a en la historia. La ucronía ajusta su reconstrucción a criterios lógicos, factibles y verosímiles, de modo que los hechos narrados sean creíbles para el lector. Así, la ucronía parte de un evento real o de una sucesión de hechos determinantes en el curso histórico de un tiempo específico y que son relatados en un sentido diferente al que conocemos. Tomando la novela de Renouvier como referencia literaria, podríamos titular los hechos y la crisis del golpe de Estado de noviembre de 2019 como: “Ucronía: la historia de la sucesión constitucional”.
Hoy, el idealismo de la republica es en Bolivia el eje politico del posfascismo .categoria que emplea el pensador Enzo Traverso para referir a la emergencia de la nueva extrema derecha presente en el mundo. que se va instalando con el auspicio de los sectores politicos mas radicales y conservadores, los que distraen su atencion hasta el punto de no observar el decadente final que tuvo aquella republica excluyente. Van construyendo, con la impostada anoranza por la republica, un arma de lucha politica restaurativa del tiempo del dominio social. Esta derecha intolerante, si pudiera lograr la sancion de una ley que ilegalice hablar del golpe de Estado y las masacres, ya con ello estaria santificada.
Ante la ucronia de la sucesion constitucional, contrapesa una cultura de la memoria, esa que nos deja siempre en contacto con aquellos que sufrieron el golpe de Estado. Al respecto, la Psicologia ha estudiado y desde ella se ha escrito sobre esto de la memoria colectiva en cuestion de hechos violentos: “Hay una amnesia intencionada, reduciendo el hecho, cuando se especifican a los responsables de las conductas indebidas. Y lo que si se recuerda esta expresado con desden cuando los culpables son miembros de sus grupos de pertenencia. De manera innata tendemos a ignorar y minimizar aquellos actos problematicos que el grupo de pertenencia ha cometido”.
Desde su ficcion novelada construyen realidades enmascaradas, aparentan una lucha por la libertad y justicia, sublevan miedos, antipatias y anoranzas, pero su esencia desestabilizadora se desborda en hechos que, relacionados unos con otros, los expone y los evidencia. Entonces aca se reinstala como siempre una pregunta fulminante: nuestros campesinos y dirigentes sociales .no eran dignos receptores de los valores de igualdad y libertad? Hablamos esta vez de Sacaba y Senkata.
Hacen suyo sin sentirse abochornados un lenguaje epico y de grandes ideales. Es la modulacion de la palabra y de los hechos discursivos para programar a actores sociales secundarios que confirmen, validen y extiendan la narrativa de la realidad paralela. En 2019, detras de la recreada gesta homerica, los discursos sobrecargados de libertad y lucha contra el autoritarismo, habia un trasfondo oculto, entonces: .cual la intencion de tomar el poder?, .un objetivo o varios propositos en simultaneo?, .un nuevo orden social de jerarquias y clases dominantes o la busqueda de condiciones propicias para aquellas relaciones empresarial/ estatales que acrecienten sus negocios e intereses? El mexicano Jose Vasconcelos los retrataba como si de la derecha anista hablara cuando con colera indignada decia en los primeros anos del siglo pasado: “La politica en Mexico es hoy un negocio, el mejor de los negocios para enriquecerse de un dia para otro. Al adversario politico no se le da cuartel, y cuando es peligroso se le suprime”.
El neofascismo, naturalizado en formas que aparentan ser democraticas, usa herramientas discursivas enfaticas que las presenta como acusaciones de corrupcion. Ya instalados en el poder son palpablemente corruptos y autoritarios. Entonces, .para que el golpe de 2019? De manera previa, hablaron sin fatiga de una corrupcion asociada al regimen popular y social que combatian, y los 12 meses gobernando hacen palidecer a sus actores por todo lo hecho.
Selectivamente determinan los pilares tematicos sobre los que montan la estructura propagandistica y los patrones comunicacionales de la informacion y el discurso modulado: justicia, corrupcion, autoritarismo, persecucion (que es su forma de escapar a la justicia y de generar impunidad). Goebbels, famoso por montar una maquinaria propagandistica en la Alemania de preguerra, presumia de ello: “una de las mayores bromas de la democracia siempre sera que dio a sus mas acerrimos enemigos los medios necesarios para destruirla”. El relato y las narrativas de las realidades artificiales, sabedoras de esto, avanzan sin pausa en los espacios democraticos, forzando los limites de las libertades y las garantias a la expresion y el disenso, hoy plenamente garantizado, con el solo proposito de destruir el discurso del otro.
Los constructores de la ucronia en el pais tienen un primer factor que los caracteriza, expone y visualiza: tuvieron un tiempo prolongado de amplio dominio politico, economico y social que perdieron definitivamente en 2003. Aunque aun preservan un poder economico extraordinario y espacios territoriales donde han situado sus lógicas jerárquicas, familiares y de poderes privados, ellos sienten que son víctimas. Un victimismo que conectan con las posiciones sociales perdidas. Exasperan el victimismo con una ola propagandística incansable, articulada desde portavocías de la clase política, acrecentada por la Corporación Mediática Empresarial y financiada por el poder económico oligárquico. En esencia, son medios, declaraciones de actores políticos, conductores de espacios radiales y plataformas que buscan desatar y disparar la paranoia de que el socialismo, los movimientos sociales y los sectores populares buscan destruir el país, que son en esencia corruptos y que odian a determinadas regiones del país.
La ucronía de la derecha radical, con habilidad sigilosa, ha incorporado en su narrativa ficcional aquello que los psicólogos estudian y denominan sesgo lingüístico intergrupal, una predisposición a referir las conductas y lo hecho por quien consideramos como uno de “nuestro grupo de pertenencia” de una forma absolutamente distinta y contraria a como referimos lo hecho por uno de “ellos”. Lo de “nosotros” se presenta bajo formas descriptivas piadosas, el rasgo y la fisonomía delincuencial es propia de “ellos”. La narrativa de su ucronía define impiadosamente estos “rasgos de personalidad permanentes” con los que juzgan a grandes grupos de personas —sectores populares, indígenas campesinos— asociándolos a delincuencia, autoritarismo, delitos e incivilidad, a tiempo que ellos se presentan como demócratas o la expresión de la correcta moral. Cuando los sectores sociales protestan, son salvajes; cuando lo hacen los sectores urbanos, son entonces liberadores.
Hannah Arendt describió con la brillantez que el momento exigía: “la propaganda fascista siempre tuvo una marca de contraste: mentir y transformar sus mentiras en realidad”. Incorporamos un elemento en estos tiempos posfascistas: la esencia de sus relatos va más allá del ánimo de colocar una mentira, persiguen confundir la realidad, distorsionarla hasta hacerla irreconocible. La ucronía opositora va reptando por cada espacio que encuentra mientras reescribe su historia paralela, esa que habla de una manifestación popular que resistía un golpe de Estado, pero que inexplicablemente esos manifestantes se mataron unos a otros.
(*)Jorge Richter R. es politólogo, actual vocero presidencial