Solo una fiscalía autónoma le hará bien a la democracia
Imagen: RODWY CAZÓN
Estuvo de visita en La Paz el máximo ejecutivo de la asociación que reúne a las fiscalías de 22 países de la comunidad iberoamericana
Imagen: RODWY CAZÓN
Francisco Barbosa Delgado, presidente de la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos (AIAMP)
El punto sobre la i
La semana pasada estuvo de visita en Bolivia el fiscal general de Colombia, Francisco Barbosa Delgado, pero llegó al país sobre todo como el nuevo presidente de la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos (fiscalías), AIAMP, una de las instituciones de justicia más antiguas de la región, que nació en 1954; que reúne a las fiscalías de 22 países, incluidos España y Portugal; que trabaja mediante siete “redes especializadas de fiscales”, a saber: contra la trata de personas y tráfico ilícito de migrantes; de ciberdelincuencia; de fiscales antidroga; contra la corrupción; de cooperación penal internacional; de protección ambiental; y, la especializada en temas de género. Lo que hace diferente a esta asociación, destaca su presidente (desde el 29 de julio), es que es operativa, ayuda a la colaboración práctica de las fiscalías, en los casos que se requiera.
—Uno de los fundamentos de la Asociación es trabajar por la autonomía y la independencia de los ministerios públicos. ¿Cómo están materializando esto?
—Hay un reto en la región para fortalecer los principios de autonomía e independencia de los ministerios públicos, cada país tiene sus propias dinámicas. Pero lo importante es que en la medida en que existan mejores y más autónomos ministerios públicos, vamos a tener una mejor justicia y una mejor salud de la democracia.
—¿Qué problemas comunes ven para la autonomía e independencia de las fiscalías?
—Uno de los primeros es, en algunos países, la injerencia o enfrentamiento que existen entre los Ejecutivos y los ministerios públicos. Lo hemos visto recientemente en el caso de Perú, donde hay una investigación de la Fiscalía General del Perú a un Presidente en ejercicio. Ese es uno de los temas gruesos que tenemos en el continente. Y, por supuesto, diferentes aspectos que tienen que ver con el procesamiento o investigación de personas que han ejercido cargos públicos, que utilizan todo tipo de mecanismos para oponerse y atacar a los ministerios públicos. Creo que lo importante de esta asociación es ponernos de acuerdo para no solamente defender esa autonomía del Ministerio Público, sino al mismo tiempo plantear la idea de que los ministerios públicos pueden también colaborar armónicamente con los diferentes órganos o poderes de los países. En la medida en que dialoguemos más, las condiciones de salud de las democracias serán mejores.
—¿Cuánto pueden colaborar entre fiscalías, dada la normativa que tiene cada Estado? ¿Es un problema esto?
—No. Nosotros tenemos en este momento el Convenio de Palermo, que permite la cooperación judicial, rápida y efectiva entre las diferentes fiscalías. Esta es una asociación que permite hacer cosas como las siguientes: tener redes de fiscales en diferentes temáticas; por ejemplo, una red sobre tráfico de migrantes; la lucha contra el narcotráfico; contra la minería ilegal, de protección al medioambiente. Lo que nos permite tener operaciones judiciales conjuntas contra la criminalidad; acciones conjuntas que han permitido la captura y el enjuiciamiento de personas en diferentes países. Mientras que normalmente los tratados internacionales de los (poderes) Ejecutivos se dan sobre una base de intenciones, nosotros vamos sobre una base de resultados. Hoy tenemos resultados concretos de interdicción de narcóticos, de trabajo contra el tráfico de migrantes, de lucha contra el contrabando, contra la minería ilegal, contra la corrupción.
—Es más operativa ¿no?
—Es más operativa.
—En narcotráfico, que es un tema que toca a todos, ¿cuánto han podido avanzar en cuanto a operaciones? Es intercambio de información, de operativos…
—De operaciones conjuntas. Por ejemplo, las redes de Centroamérica y el Caribe y toda la zona de los países andinos, hemos venido haciendo cooperación conjunta en diferentes tipos de acciones, más de 30 operaciones conjuntas entre diferentes fiscalías. Hay resultados concretos, como el compartir información de inteligencia judicial que surge en uno u otro país.
—Ya se hace eso.
—Ya se hace eso. Estamos compartiendo esa información, lo que nos permite operar dentro de nuestros estados; si hay una información que la Fiscalía de Bolivia considera relevante en un caso, se le entrega a la Fiscalía colombiana, y nosotros ya podemos operar con esa información en nuestro país. Eso es vital, nos ha permitido tener unos vínculos muy serios con las diferentes redes de lucha contra la criminalidad en nuestra región.
—¿Cuál ha sido el avance de la red contra la corrupción?
—Sobre la red de corrupción, estamos sobre la base de una serie de patrones comunes que se han venido consolidando a través de Andorra, que es el que encabeza ese grupo, y los resultados han sido concretos. Por ejemplo, temas que tienen que ver con la extinción de dominio y lavado de activos. Entonces, ¿qué es lo que ocurre? Que normalmente lo que se establece es la persecución penal; pero hay que acompañarla con la búsqueda de los bienes que sustentan esas actividades criminales. En ese sentido ya hay mecanismos de cooperación que se han venido estableciendo, muchos bilaterales. Si existen bienes de personas que ejercen cargos públicos que están en otro país, es posible iniciar procesos conjuntos de extinción de dominio, para solicitar el origen de esos recursos y proceder a la extinción de los bienes. Los bienes tienen un componente: si los perseguimos, estamos rompiendo la base delictiva de las organizaciones criminales.
—La fuente.
—La fuente. En Colombia, en los últimos dos años y medio hemos extinguido bienes por más de 6.000 millones de dólares, y bienes que tienen diferentes orígenes, colombianos, pero también de otros países.
—¿Mismas cifras de la red…?
—No. Parte de lo que se pretende hacer es consolidar una secretaría técnica o unas unidades de trabajo técnico permanentes, para poder hacer monitoreo, y darle concreción a una asociación que nació en 1954; vamos a cumplir 68 años, es una asociación que tiene seis años menos que la misma Organización de Estados Americanos (OEA).
—¿Desafíos que tienen como asociación?
—Estamos con grandes desafíos. No solamente (ante) los Ejecutivos. En algunos países tenemos, por ejemplo, lo que se rechazó por parte de Guatemala, Honduras y El Salvador, la creación de comisiones internacionales para menoscabar la autonomía de las fiscalías; también enfrentamos ideas que han surgido en algunos países de querer mutilar las competencias de los ministerios públicos, para que éstas dependan de los Ejecutivos o de otros intereses. Tenemos un gran reto: que los ministerios públicos puedan contar con policía judicial propia y no una policía judicial que dependa de la Policía Nacional, que al mismo tiempo depende de los Ejecutivos.
—¿Corrupción entre los fiscales?
—Como en todas las organizaciones públicas (en la Fiscalía), también existe corrupción. Siempre hay riesgos, pero lo importante, más allá de pensar en el angelismo institucional, tenemos que pensar en el mejoramiento, crear mecanismos de control interno, tener mejores presupuestos, mejores remuneraciones; tener una mejor vinculación con la ciudadanía. Hay que contarle a la gente qué es lo que hacen los ministerios públicos; y al mismo tiempo hay que pensar en las nuevas ciudadanías, como, por ejemplo, pensar en la protección a la mujer, en las poblaciones históricamente discriminadas, como las poblaciones indígenas, afro, LGBTI, la protección a los animales. Las fiscalías también tienen que estar entendiendo los discursos ciudadanos.
—¿Cómo la Fiscalía puede ser parte de la reforma de la justicia?
—Cualquier reforma que exista en un país sobre la justicia tiene que ser siempre buscando que se sostenga la administración, que se fortalezca y que no se atente contra la autonomía y la independencia.
—En su visita conoció el sistema de gestión informática de la Fiscalía, en Colombia debe haber algo similar.
—Existe un trabajo similar, pero yo quiero resaltar el trabajo del fiscal general Juan Lanchipa; creo que es un funcionario excepcional, que ha venido innovando; creo que el proyecto Justicia Libre es un proyecto muy interesante, porque le da la posibilidad al Fiscal General de poder hacer una gerencia inteligente en la lucha contra la criminalidad, a partir de la inteligencia artificial, de las tecnologías de la información y comunicación. Si el país hace un tránsito, como lo está haciendo, creo que Bolivia entrará en una dinámica de un país que puede compararse con cualquier otro en términos de justicia. Yo rescato y celebro el esfuerzo del Fiscal General para poner a Bolivia en sintonía mundial con el tema de estas tecnologías.
—Usted fue propuesto por el presidente Iván Duque; trabajó en su gobierno; tiene su propia opinión sobre el proceso de paz…
—Fui uno de los que construyó el proceso de paz.
—Ahora debe seguir en funciones bajo el gobierno de Gustavo Petro, opuesto al de Duque. Con todo esto, ¿cómo está el proceso de paz y al final qué perspectivas tiene?
—Mire, es un trabajo muy interesante, porque como Fiscal General de Colombia me tocó trabajar con un gobierno, y me toca trabajar con este gobierno. Para responder su primera pregunta, yo creo que el proceso de paz va hacia adelante; debe seguirse implementando. Yo creo que el proceso ha venido complementándose con la idea del presidente Gustavo Petro, de una paz total. Según lo que él ha señalado, es necesario involucrar ya un proceso que quiere iniciar con el ELN, y un proceso con las disidencias y con diversos grupos delictivos que hay en Colombia. Frente a lo primero, el ELN, la posición del Fiscal General fue simple y rápida: acompañamos el proceso que el Presidente de la República en virtud de sus facultades constitucionales tenga. Yo soy un colaborador en la política pública del presidente Petro. Hemos conversado largamente con él. Eso hace que el país haya tenido un buen ámbito y una buena temperatura, en la medida en que muchas personas creen que porque uno viene, que fue enternado (propuesto en una terna) por otro Presidente no va a tener una buena relación con el presidente Petro.
—Larga vida a la paz en Colombia, fiscal.
—Larga vida a la paz. Yo fui uno de los que ayudó a concebir la jurisdicción de paz en 2016-2017; luego fui consejero presidencial en Derechos Humanos; posteriormente, muy poco tiempo estuve durante el gobierno del presidente Duque; fui elegido unánimemente, por primera vez en la historia de Colombia, por la Corte Suprema de Justicia, como Fiscal General, y créalo que la Corte Suprema me eligió por ser un amigo de la paz, por ser un constructor de paz.
Francisco Barbosa Delgado Las materias de sus investigaciones han girado en torno al derecho penal internacional, la justicia transicional, la historia constitucional colombiana, el derecho constitucional, el derecho administrativo, la contratación pública y el derecho internacional de los derechos humanos.
DATOS
Nombre: Francisco Roberto Barbosa Delgado
Nació: en Bogotá, Colombia, el 11 de enero de 1974.
Profesión: Jurista e historiador. Ocupación: Fiscal General de Colombia; presidente de la AIAMP
PERFIL
Algunos de sus libros son: ¿Justicia Transicional o Impunidad? La encrucijada de la paz en Colombia (2017); Del derecho de gentes al derecho humanitario en Colombia, 1821-1995 (2013).
(*)Iván Bustillos es periodista de La Razón