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Ana Colque y el FMI

FMI

/ 12 de febrero de 2023 / 08:02

De las muertes en febrero de 2003 existe un responsable directo del que debería hablarse mucho más: el Fondo Monetario Internacional.

El punto sobre la i

Ana Colque era enfermera y, en el nublado día del 13 de febrero de 2003, se presentó como voluntaria para asistir a las decenas de heridos y muertos que, desde el día anterior, anegaban la ciudad de La Paz. Tenía 24 años de edad y un hijo, Luis, de casi dos años, que dejó bajo el cuidado de su abuela.

La ambulancia en la que ella estaba, junto a la doctora Carla Espinoza, fue enviada al centro de la ciudad, a un edificio muy cerca de la Iglesia de San Francisco. Respondían a una llamada de auxilio hecha por el portero porque Ronald Collanqui, un albañil de 25 años, había sido alcanzado por un disparo mientras recogía su material de trabajo en el techo del edificio.

Ana y Carla llegaron al lugar vistiendo sus distintivos médicos y portando banderas blancas con cruces rojas en medio de ellas. Era imposible que no se las distinguiese como personal de salud. Como fue demostrado por filmaciones, a pocas cuadras, en la esquina entre las calles Comercio y Genaro Sanjinés, un grupo de francotiradores de las Fuerzas Armadas disparó primero a Ronald, luego cuando Ana y Carla se acercaron para intentar prestar primeros auxilios, Carla recibió un disparo en el rostro y Ana, uno en el pecho. Carla salvó la vida de milagro, Ronald murió desangrado y Ana también cayó asesinada.

Pero el dedo que jaló del gatillo, que disparó la bala, que hirió y que mató no solo correspondía a esos francotiradores. El Gobierno presidido por Gonzalo Sánchez de Lozada y su gabinete ministerial son también culpables. Sin embargo, existe un responsable directo del que debería hablarse mucho más: el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Si uno hace una revisión de la prensa de la década de los noventa, verá que Bolivia estuvo en el escaparate del FMI y del Banco Mundial, como país modelo en la aplicación de las políticas denominadas como de ajuste estructural. Se privatizaron los recursos naturales y las más importantes empresas del país. Se prometió que generarían cientos de miles de empleos, que Bolivia sería parte de la globalización, que por fin saldría de la pobreza gracias a la sacrosanta inversión extranjera.

En 2003, después de 15 años de aplicación del modelo neoliberal, las condiciones económicas y sociales se deterioraron de tal modo que la pobreza superó 60%, el desempleo se cuadruplicó en los diez años previos, llegando a 14%.

Asimismo, las cifras macroeconómicas también mostraban la inviabilidad de ese modelo. El déficit fiscal subió de 3 a más de 8%. Por esas razones, el presupuesto del Estado no se destinaba a inversiones dedicadas a satisfacer las necesidades básicas de la población, sino a cubrir el gasto corriente y el pago de la deuda externa.

Bolivia repetía la conocida maldición de ser un mendigo sentado en una silla de oro. El gas estaba en manos extranjeras y la política financiera del Estado en manos del FMI. El Fondo es una institución financiera internacional que, a diferencia de la Asamblea General de la ONU que adopta resoluciones bajo la fórmula de un país un voto, es controlada por un puñado de países. Sus decisiones están destinadas a preservar la hegemonía del capital global, controlado también por un puñado de corporaciones trasnacionales.

En 2003, el Fondo impuso a Bolivia la condición de que el déficit fuera reducido hasta un 5,5 %. Sin un ápice de dignidad soberana, el Gobierno aceptó esas condiciones. Entonces, la pregunta era: ¿De dónde se conseguiría el dinero para reducir el déficit fiscal?

El Gobierno no se planteó que las empresas que explotaban los hidrocarburos en nuestro país incrementaran su contribución impositiva. Eran intocables, controlaban las decisiones del Gobierno y los medios de comunicación.

Así, el domingo, 9 de febrero, en un mensaje televisado, Sánchez de Lozada anunció el envío de dos proyectos de ley al Congreso: uno sobre el Presupuesto General y otro de modificaciones a la Ley tributaria.

En resumen, decidieron imponer un nuevo impuesto al salario de varios sectores de trabajadores. Es decir, hacer caer el peso de la crisis en los más vulnerables, asestando un nuevo golpe a sus precarias condiciones de vida.

El denominado impuestazo fue rechazado inmediatamente por todas las organizaciones sociales. El entonces diputado Evo Morales hizo un llamado a protestar en contra de esta medida. También la Central Obrera Boliviana condenó la medida y convocó a movilizaciones. El 11 de febrero se anunció un motín policial, rechazando la medida del Gobierno y replegando a sus efectivos de sus servicios habituales.

El 12 de febrero, el centro del poder político boliviano, la plaza Murillo, flanqueada por el Palacio de Gobierno, el Congreso Nacional y la Catedral Metropolitana, se convertiría en el escenario de un enfrentamiento armado entre miembros de dos instituciones: las Fuerzas Armadas y la Policía Boliviana.

Esa mañana, ante la ausencia de resguardo policial, estudiantes de los colegios Ayacucho y San Felipe de Austria protestaron lanzando objetos a los vidrios y la fachada del Palacio Quemado. Más tarde, la plaza fue militarizada, por un lado, y, por otro, se convirtió en el punto de concentración de efectivos de varias unidades policiales amotinadas.

En esas circunstancias, en representación de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, llegamos para intentar mediar. Nos reunimos primero con tres ministros y, luego, con los policías amotinados. Se acordó una mesa de diálogo, pero cuando acompañábamos a una comisión de policías para dirigirnos al palacio, poco antes de cruzar el umbral del garaje del recinto policial, fuimos recibidos por una ráfaga de ametralladora. Uno de los policías recibió un disparo en la cabeza y, poco después, otro cayó inerte.

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El Gobierno no tenía intención de dialogar, sino de aplacar por la fuerza las crecientes movilizaciones. Ese día, murieron 10 policías, 4 civiles y 4 militares. Las manifestaciones y protestas continuaron y varias instituciones del Estado y las sedes de los partidos políticos neoliberales fueron atacadas. El Gobierno y los policías amotinados firmaron un acuerdo al amanecer del 13. Ese día se desplegaron unidades militares para reprimir la protesta y 16 personas fueron asesinadas.

Los sucesos de febrero de 2003 fueron un eslabón en la profunda crisis estatal que Bolivia sufría. Esa crisis ya se manifestaba claramente en la denominada Guerra del Agua de 2000, los levantamientos aymaras del mismo año. Todas como antecedentes de los sucesos de octubre de 2003 y el ocaso del modelo neoliberal.

Los nombres Ana Colque, Ronald Collanqui y Carla Espinoza deben resonar en los salones en el que se toman decisiones como las que se tomaron contra Bolivia. Este no es solo un episodio de la historia de Bolivia que no debe olvidarse, debe ser una lección para los pueblos del mundo, en particular, sobre el rol del Fondo Monetario Internacional y su impacto en la grave crisis de deuda que acecha a varios países del sur.

(*)Sacha Llorenti es abogado.

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China y el mundo multipolar

China juega un rol protagónico en un mundo en el cual el vejo orden unipolar está siendo reemplazado por otro más complejo.

/ 1 de octubre de 2023 / 12:14

Dibujo libre

La transición y reconfiguración histórica del sistema internacional se manifiesta como una crisis capitalista estructural y una crisis del orden geopolítico internacional. Los cambios en las relaciones de poder en el sistema internacional nos permiten ver un orden internacional post hegemónico. El entorno internacional bipolar y unipolar llego a su fin, constituyéndose en su lugar un orden internacional de configuración multipolar que permite una mayor gravitación e influjos de los países en vías de desarrollo.

Luego de que algunos creyeron que la globalización podría ser gobernada de manera unilateral y sin reglas, abandonada a las fuerzas del mercado, las crisis económica, del cambio climático, energética, de seguridad alimentaria y la post pandémica, entre otras, literalmente han obligado a la comunidad internacional a superar el paradigma del neoliberalismo.

En este contexto, el proceso de ascenso de China y su dinamismo económico imparable no son reducibles a su adhesión al capitalismo como resultado de la globalización y la deslocalización productiva de Estados Unidos y sus aliados occidentales. El lugar que hoy ocupa China está relacionado, con la obtención de importantes niveles de autonomía, fortaleza político-estratégica, bienestar básico en materia de salud y educación, producto de la revolución de 1949. Luego con las reformas iniciadas en 1978 y subsiguientes décadas, para finalmente convertirse en la gran plataforma industrial del mundo. China se ha convertido en la primera economía mundial en términos de Paridad de Poder Adquisitivo y la segunda por su volumen de Producto Interno Bruto nominal, la primera potencia exportadora y segunda importadora a escala global. Es una de las principales inversoras internacionales y receptora de Inversión Extranjera Directa y posee una moneda que está en pleno ascenso y que integra los Derechos Especiales de Giro del FMI. Para entender a la República Popular China, que cumple 74 años de existencia, se precisa una mirada desde una perspectiva histórica que abarque lo cultural, lo político y lo económico, como corresponde a un estado-civilización con un inmenso territorio y población.

La política exterior china plantea una orientación dual, que consiste en reclamar reformas a las instituciones políticas y económicas mundiales, a la par de crear paulatinamente un entramado de nuevas instituciones que reflejen el creciente papel de China y de otras potencias emergentes en el escenario global multipolar. Mantiene en vigencia las instituciones creadas por Estados Unidos en la posguerra (como el FMI, el Banco Mundial o la Organización Mundial de Comercio), a la vez que ha creado nuevos instrumentos estadocentricos intergubernamentales, como los BRICS (bloque Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica + ahora Argentina, Egipto, Etiopia, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos), el Banco de Desarrollo de los BRICS, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) que eclipsó al FMI y al Banco Mundial; la Asociación Económica Integral Regional (RCEP en inglés) en Asia Pacífico y la exponencial Iniciativa de la Franja y la Ruta, integrada por casi 70 países. También se destaca a nivel regional, en América Latina, la importancia que le da China a la CELAC y otros emprendimientos de integración, incluso a pesar de algunos gobiernos neoliberales- conservadores de la región. Todo ello pone de manifiesto el carácter multipolar de la estrategia de poder promovida por China en el contexto actual, de la mano del declive estadounidense y las especificidades del extraordinario ascenso chino en el mundo.

En 2013, el presidente Xi Jinping, frente a las estrategias de contención impulsadas por Estados Unidos y sus aliados, propuso crear un corredor económico que emulara a la milenaria “Ruta de la Seda”. China lanzo con esto la revolucionaria Iniciativa de la Franja y la Ruta (Belt and Road Initiative), considerada como la principal herramienta de la geoestrategia china actual, que le otorga un grado de importancia superlativo en el plano de la geopolítica china.

Evidentemente, el papel de China es cada vez más asertivo, más presente en el escenario internacional, y se debe no sólo a su desarrollo económico, aunque por supuesto es muy importante, sino también a la presencia que ha tenido a nivel diplomático. China se ha esforzado mucho por generar una imagen de una potencia responsable, de una potencia que no va a ser transgresora del orden internacional. Ejemplo de ello, fue el acuerdo entre Irán y Arabia Saudita, en el que Beijing no sólo logro resolver las tensiones en una región que siempre ha estado inmersa en conflictos, sino que planteo una alternativa al modelo estadounidense y europeo. Y es que para China, la gobernanza global se enfrenta cada vez a desafíos más complejos y por ello presento una ambiciosa hoja de ruta para desarrollar el sistema internacional de forma integral. El documento fue dado a conocer por el Ministerio de Relaciones Exteriores de China y aborda áreas clave como: la seguridad, el desarrollo, los derechos humanos y la tecnología. Propone soluciones basadas en el multilateralismo, el respeto a la soberanía, la cooperación mutua y el beneficio compartido, De esta forma China presenta una visión integral, abordando todos los temas centrales de la agenda internacional contemporánea sobre bases más justas, equitativas e inclusivas.

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En materia de seguridad, China aboga por el multilateralismo y el dialogo, pidiendo soluciones políticas para crisis, como la guerra de Rusia y Ucrania. Defiende el respeto a la soberanía de los países y que se atiendan las preocupaciones legítimas de seguridad de todas las partes. Sobre el desarrollo, pide que se cumplan los compromisos de países desarrollados en materia de ayuda oficial y financiamiento climático. Apoya el libre comercio, la apertura económica y la cooperación en áreas como seguridad alimentaria, transición energética y cambio climático. En cuanto a derechos humanos, China solicita no politizar el tema, respetar las diferencias entre países y rechazar el doble rasero. Considera que el desarrollo y la seguridad son claves para promover los derechos humanos a nivel global. La propuesta también aborda la gobernanza de nuevas fronteras en la tecnología, como la inteligencia artificial, el ciberespacio y el espacio ultraterrestre, pidiendo garantizar la participación de países en desarrollo en estos ámbitos y que los avances científicos beneficien a toda la humanidad.

En el documento, China reitera su apoyo al papel central de las Naciones Unidas en la gobernanza global y la necesidad de reformas para fortalecer el multilateralismo y por ello, frente a los complejos desafíos globales actuales, la cooperación internacional es más importante que nunca, concluye. China es en la actualidad un referente fundamental en la política exterior de cualquier país y parte fundamental de la configuración del orden internacional multipolar y el Sur Global. En este contexto la relación bilateral de Bolivia y China comparte principios fundamentales en el relacionamiento de ambos estados. A saber, respeto mutuo a la soberanía estatal e integridad territorial, no agresión, no intervención en los asuntos internos de otros países, igualdad, beneficio recíproco y coexistencia pacífica. A partir de estas coincidencias es que se ha cimentado una relación de amistad y cooperación de agenda bilateral robusta de 38 años, hasta la actualidad. Por ello, el presidente Luis Arce en representación de nuestro país, junto a la mayoría de los países del mundo, son conscientes de que la multipolaridad es la única opción viable en el contexto del presente siglo. Solo así, se entiende la “civilización global” planteada por China, como la coexistencia en armonía y justicia entre naciones ricas, naciones en crecimiento y países pobres; una relación equilibrada, abierta e integral en un mundo de configuración multipolar.

(*)Hugo Siles Núñez del Prado es internacionalista

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El bifurcado camino hacia el congreso del MAS en Lauca Ñ

Una entrevista con el sociólogo cochabambino José de la Fuente sobre el pasado, presente y futuro de la división en el oficialismo.

Las tensiones se disparan, días antes de la cita del partido oficialista. La miltancia se alínea y define entre quienes asistirán y quienes no.

Por Pablo Deheza

/ 1 de octubre de 2023 / 07:12

El punto sobre la i

Una vez más en Bolivia, los tiempos políticos se aceleran y la historia se prepara para rugir. Nuevamente, resignadamente. El congreso del MAS convocado desde el martes hasta el jueves próximos en Lauca Ñ concentra la mirada del país y las tensiones dentro del partido de gobierno. De un modo u otro, estamos frente a un escenario de medición de fuerzas y de definiciones internas en el oficialismo.

A partir de todo lo anterior, surgen algunas preguntas pertinentes para disgregar las cosas y sopesar por partes todo lo que se viene dando. A primera vista, el panorama aparece bastante confuso, en medio de declaraciones estridentes de uno y otro lado, con tanto ceño fruncido pululando como si hubiera algún premio para ello. Sin embargo, las cosas en el fondo no son tan complicadas, sino más bien casi prosaicas.

¿De qué se trata el realmente el conflicto? ¿Qué es lo que, en la coyuntura, caracteriza y divide a los autodenominados arcistas y evistas? ¿Qué está en juego realmente? ¿Tiene solución la brega de marras?

Precisamente, para desenredar la madeja, conversamos con el sociólogo cochabambino José de la Fuente. Con pleno conocimiento de la situación y desde una perspectiva serena y sensata, el analista explica coherentemente lo que podría parecer meramente un desmadre ante una mirada profana.

¿Dónde se origina el conflicto actual dentro del MAS?

En realidad, Evo Morales vuelve en diciembre del 2020 pensando en que este gobierno era sólo un gobierno de transición para preparar su retorno. Eso es lo que va a generar tanta dificultad, en el tiempo, en la relación con el presidente, el gobierno, etcétera, a pesar de los ministros compartidos; porque en el gabinete hubo ministros puestos por Evo Morales. A pesar de ello, nunca hubo una convivencia tranquila ni constructiva, porque Evo Morales siempre entendió que esta era una transición para su retorno. Por lo tanto, de alguna manera, siempre fue un candidato en potencia. El que finalmente, la semana pasada, el domingo pasado, se haya declarado candidato, no es nada más que el cherry de este proceso.

De diciembre del 2020, cuando retorna y se le espera con miles de personas en Chimoré, a la semana pasada, es una sola etapa en la cual sí pasan varias cosas, pero en el fondo es algo que tiene que ver con la idea que él tuvo siempre, desde un principio, de que este era un gobierno de transición. Por eso también puso a una persona de su equipo (Luis Arce) y que él entendía no sólo era de su confianza, sino que además no iba a ser un potencial competidor.

Entonces, esto último, que es su declaración de que ha aceptado ser el candidato, es el coronario de esta etapa. La última fase de esta etapa que tiene que ver con la disputa por la candidatura. Precisamente, desde el 6 de marzo de este año, cuando fue el aniversario del MAS en Ivirgarzama, es cuando ya claramente se evidencia la disputa. Había discursos que ya no eran compatibles. De hecho, Evo Morales reclamó abiertamente sobre la participación de la gente afín al presidente Arce.

Ahí cierra la primera etapa y abre esta segunda, que ya es el cisma, la ruptura definitiva. El corolario de la primera y la apertura de la segunda es esta su candidatura que lanza Evo Morales. Y claro, a todas luces es apresurada. Primero, porque esta semana que viene es el congreso orgánico del MAS, donde tenía como tema central la reelección del presidente del Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblo (IPSP), pero también al final la elección del candidato 2025. Entonces, este es un adelanto, un apresuramiento, porque no costaba esperar muchos días para que sea el propio congreso lo reelija como presidente del MAS y al final también lo elija como candidato.

¿Por qué esa premura?

Está la propia declaración de Evo Morales en el sentido de que le están atacando desde la extrema derecha, el gobierno, el imperio, la prensa de derecha, en fin. Él se siente al borde de ser descalificado y entonces declara esta decisión de ser el candidato en 2025.

Entonces, para mí no es nada más que ya el cisma definitivo. En todo caso, queda claro que efectivamente lo que siempre estuvo en disputa o estuvo por debajo de todas las dificultades de convivencia del MAS con el gobierno fue la candidatura en 2025, porque Evo Morales siempre entendió que este era un gobierno de transición para su retorno. Entonces, en ese sentido, yo creo que más o menos se esclarece lo sucedido. Y lo que ahora viene ya es, por supuesto, cada uno moviendo sus fichas desde su propio lado. De hecho, Evo Morales está alistando todo un congreso, que sea absolutamente bajo control, con su gente, sino que al mismo tiempo tenga una línea absolutamente uniforme, homogénea, porque claro, él siente en riesgo el poder sostener la candidatura.

El presidente Luis Arce ha tenido que responder diciendo que esto no es un tema del momento, de la coyuntura y que están preocupados con temas de la gestión. Entonces, veo que esto ya ha dividido las aguas. Ya sabemos lo que va a hacer cada uno en cada escenario. Evo Morales se dedicará a moverse por todo el país, armando su campaña electoral. El presidente tratará de marcar la diferencia, concentrándose en gestión, sobre todo en el control de la economía.

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¿Por qué Evo Morales insiste en ser candidato?

Él volvió poco menos que a reivindicarse. El 2019, después de 14 años de gobierno, fue por supuesto un golpe absolutamente devastador para una personalidad que había sido el presidente con más años de continuidad en el gobierno. Entonces, por supuesto que salir como salió lo dejó absolutamente mal parado. Así, su retorno es el retorno al gobierno.

Pero esto no coincide con la realidad, porque efectivamente Luis Arce lo dijo desde un principio: aquí el que firma soy yo. Aquí el presidente soy yo, a pesar de los ministros compartidos, etcétera. Esto no solo que nunca se pudo controlar, sino que simplemente se fue abriendo la brecha. Y la candidatura de la semana pasada no es más que el corolario de este proceso, que al final no coincidió con esta idea de Evo Morales de que el gobierno debía ser de transición y que él debía retornar el 2025, aupado por su gobierno, soportado, empujado, en fin, por su gobierno. Pero, además, con todo este discurso reivindicativo de que le tocaba retornar para hacer aquello que no pudo concluir el 2019.

¿Por qué el presidente Arce eligió responder esta semana, luego de tanto silencio?

Yo creo que hay dos explicaciones. La primera es que el presidente se ha tenido que dar cuenta que debía hablar más. Él, como presidente. En cierto sentido siempre le favoreció el estar en segunda línea, en guardar la prudencia, la discreción, no aparecer mucho en los medios. Le funcionó más o menos a un principio, pero ya la situación económica, la situación política exige que un presidente hable más, que se dirija a la ciudadanía, que es un poco lo que ha estado haciendo también estos últimos meses. Hay que acordarse que ha estado en la inauguración de la Expocruz, porque hubo un previo trabajo de acercamiento con los empresarios cruceños. En fin, el camachismo ha quedado ahí marginal, en la propia Feria de Santa Cruz porque el presidente tomó la iniciativa política.

Esto nos está diciendo que él ya entendió hace unos meses atrás que no le servía mantenerse en esa especie de excesivo cuidado, no exponerse a los medios de comunicación.

La segunda explicación es que, dada ya la coyuntura y el desafío político que implica la candidatura lanzada por Evo Morales, él decide salir. Claramente lo dice marcando ya un poco más los términos del debate. La diferencia política consiste en decir, bueno, él va por ese lado, yo no. Este no un tema del momento, no es un tema de la agenda. Por el contrario, tenemos que concentrarnos en la situación económica. Esto es un poco por lo que está correteando por todo el país. En Cochabamba lo hemos visto todo el mes entero presentando sus obras, en sus inauguraciones, tratando precisamente de marcar esto.

Más allá de los liderazgos, ¿qué pasa con los entornos?

Yo diría que el 2019, con el golpe, se da un quiebre en la estructura y en el liderazgo de Evo Morales. O sea, la ruptura institucional del 2019 impacta en el liderazgo de Evo Morales y, consecuentemente, en su equipo, su entorno. Porque no hay liderazgo sin entorno. Sus aúlicos, sus corifeos, son lo propio de un liderazgo tan carismático como el de Evo Morales. Pero quedan afectados, impactados. Al mismo tiempo, aparece esta otra dirigencia que, generacionalmente, además, es diferente.

¿Cómo es esta otra dirigencia que pasa al frente entre 2019 y 2020?

Hay dos ejemplos notables, en mi opinión. En primer lugar, Orlando Gutiérrez, el dirigente minero. Orlando Gutiérrez en sus últimas apariciones cuenta cómo protestaba contra la dinámica del Consejo Nacional del Cambio (Conalcam). Entonces, esto no es no es algo que solamente se incuba en la crisis, es algo que ya viene de antes. Había una clara observación, una crítica muy bien dirigida contra este modelo de liderazgo centrado en la personalidad. En esto que finalmente termina siendo un culto a la personalidad. Me acuerdo de sus últimas intervenciones en agosto del 2020, precisamente cuando están cercando al gobierno de Jeanine Añez con el tema de las elecciones. Claramente él está hablando de una otra etapa política, de otra dirigencia. Por supuesto, ya no había Conalcam y, sobre todo. ya no había el liderazgo de Evo Morales. Entonces en mi opinión esto ya sucede antes, es más se incuba probablemente bastante antes, porque en el Conalcam hubo mucha disputa y la crisis, el desastre, la descomposición del Fondo Indígena, habló de una crisis más profunda en las organizaciones que soportan el proceso político.

Eva Copa es el segundo ejemplo. Una muchacha joven, creo que tenía 32 años en 2019, queda de presidenta del Senado y directamente se hace cargo de dirigir la resistencia al gobierno de Añez, pero al mismo tiempo de reflotar la democracia con las convocatorias a las elecciones, y otras acciones. Claramente rompe con Evo Morales, porque evidentemente él estaba pretendiendo dirigir a control remoto la resistencia desde Buenos Aires, desde México. Y esta gente le dice no, aquí mandamos los que estamos, los que nos hemos quedado. Es más, en la elección de los candidatos del 2020 ya se rompieron muchos esquemas porque esta dirigencia empezó a reclamar sobre el dedazo, porque entendían que Evo Morales estaba imponiendo candidatos.

Con absoluta claridad, la dirigencia hasta antes de 2019 es la del Conalcam, que luego es desplazada por la dirigencia que viene del 2020 en adelante y que ya no estaba bajo control de Evo Morales. Por el contrario, estaba buscando su propio espacio político. Y de hecho, cuando a Eva Copa la hacen en un lado en la candidatura a la alcaldía de El Alto, ella le propina una paliza electoral al candidato del MAS, absolutamente enorme. Por supuesto, esto era ya la escisión de la representación del bloque popular. La dirigencia que asume luego de la que estuvo hasta 2019, tenía ya otras manifestaciones en 2020.

Este relevo viene de una ruptura que en realidad se estuvo incubando probablemente desde el propio 2015 o 2016, cuando a alguien en el gobierno se le ocurrió hacer el referéndum, apenas recién empezando la presidencia del gobierno en 2015. Estaban pensando en la reelección ya entonces. Ese hecho se produce en el Conalcam. La idea del referéndum se planteó y se promocionó desde el Conalcam.

Conociendo todo lo anterior, ¿qué pasará con el congreso?

Creo que este congreso no va a tener ya mayor novedad, porque está absolutamente digitado en la línea de la ratificación y la consolidación de esta candidatura adelantada. Ahí no va a haber ninguna variación. Un congreso regularmente es un escenario donde se debate y donde hay diferencias, etcétera. Aquí ya no va a haber lugar para eso. Esto está yendo simplemente a la gente que asume que la candidatura, la presidencia del instrumento, es de Evo Morales.

Con todo, ciertamente va a ser una demostración de fuerza en el sentido de decir: estos grupos, estas organizaciones, representaciones, regiones, municipios, están conmigo. Ergo, los que no están aquí, están al frente. El congreso va a marcar quiénes están de un lado y quienes de otro. Este va a ser el segundo producto que va a marcarse a partir del 5 de octubre.

El tercer efecto, va a ser la convocatoria del bloque, particularmente del Pacto de Unidad, a una concentración, a un cabildo, el 17 de octubre, en El Alto. Ahí se va a hacer más o menos lo mismo. Es decir, todos los que no estuvieron en Lauca Ñ y que no están de acuerdo con la candidatura de Evo Morales mostrarán su presencia para plantear otra cosa.

Y, de hecho, la fecha naturalmente tiene que ver con octubre de 2003. El 17, en particular, es el día cúlmine del derrocamiento de Gonzalo Sánchez de Lozada. Pero, además, se relaciona con la agenda de El Alto, la asamblea constituyente, la recuperación de los recursos naturales, etcétera. Todo ese programa de resistencia al último momento de los 20 años del neoliberalismo. Seguramente van a pretender también hacerlo muy enorme, para jugar esta pulseta de fuerza, pero al mismo tiempo sí va a disparar ya a las diferencias efectivamente ideológicas. Ahí veremos qué sucede realmente en este intento de recuperación de las banderas de octubre del 2003, versus la candidatura y el programa en la versión de Evo Morales.

¿Cómo queda la convivencia dentro del MAS luego del congreso??

Bueno, va a ser muy complicada. Pero, en todo caso, hay un hecho político que va a ser esta ruptura, en mi opinión, de carácter de cisma definitivo. Sin embargo, por el otro lado, significa la apertura de un enorme debate y un enfrentamiento político porque claramente ya las dos candidaturas no caben en el mismo proceso político.

(*)Pablo Deheza es editor de Animal Político

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El desafío global creciente del populismo y el nacionalismo

El mundo se va poblando de populismos y nacionalismos con formas en extremo autoritarias.

/ 1 de octubre de 2023 / 06:09

Dibujo Libre

El populismo y el nacionalismo representan dos ideologías políticas discretas; sin embargo, pueden plantear amenazas potenciales a la democracia. El populismo es una ideología y un enfoque políticos caracterizados por el énfasis en los intereses y preocupaciones de la gente común frente a las elites establecidas o las fuentes percibidas de poder y privilegios. Los líderes populistas a menudo se presentan como defensores de la “gente común” y afirman representar sus quejas y deseos. Es una postura política que enfatiza la idea de “el pueblo” y a menudo contrasta a este grupo con “la élite”.

El nacionalismo, por otra parte, es una ideología basada en la premisa de que la lealtad y la devoción del individuo al Estado-nación superan otros intereses individuales o grupales. Representa un principio político que postula que debe haber congruencia entre la entidad política y el Estado-nación. Mientras que el populismo enfatiza la idea de “el pueblo”, el nacionalismo enfatiza la idea del Estado-nación.

¿De qué manera el populismo amenaza la democracia?

Mientras algunos sostienen que el populismo no es una amenaza para la democracia per se, otros sostienen que plantea un riesgo grave para las instituciones democráticas. El populismo puede convertirse en una amenaza para la democracia al socavar las instituciones y funciones formales, desacreditar a los medios de comunicación y atacar a grupos sociales específicos, como inmigrantes o minorías. Esta amenaza surge de su potencial para conferir al Estado una legitimidad moral de la que de otro modo podría carecer. En consecuencia, puede poner en peligro los mecanismos de defensa establecidos para salvaguardar contra la tiranía, incluidas las libertades, los controles y equilibrios, el estado de derecho, la tolerancia, las instituciones sociales autónomas, los derechos individuales y grupales, así como el pluralismo.

El populismo impone un supuesto de uniformidad en el diverso tejido de la realidad.

En Turquía, la retórica y las políticas populistas del presidente Recep Tayyip Erdogan han llevado a la erosión de las instituciones democráticas, incluidos el poder judicial y los medios de comunicación. El populismo en Turquía se remonta a la era del régimen de Mustafa Kemal Atatürk, durante la cual las élites de Atatürk, que tenían puntos en común limitados con la sociedad en general, asumieron la responsabilidad de educar y guiar a las masas. Este fenómeno, a menudo denominado «elitismo del régimen», ha vuelto a Turquía susceptible al populismo, que gira fundamentalmente en torno al conflicto entre las élites y la población en general.

En Hungría, el gobierno populista del primer ministro Viktor Orban ha sido acusado de socavar el Estado de derecho, limitar la libertad de prensa y atacar a grupos de la sociedad civil. Ha establecido un Estado represivo y progresivamente autoritario que opera bajo la apariencia de democracia.

En el discurso de los medios, ha sido designado como un líder populista. El análisis empírico revela que Hungría está actualmente gobernada por una forma de populismo político, caracterizado como populismo conservador de derecha. Las características más destacadas de la dinámica política húngara abarcan la pretensión del gobierno de desafiar a las élites establecidas, la falta de una agenda política claramente definida, la utilización de la propaganda como herramienta destacada en sus comunicaciones políticas, la defensa de la preservación de una Hungría cristiana, la intervención en áreas tradicionalmente considerado independiente de la interferencia estatal, como la educación y la jurisdicción, la implementación de un clientelismo masivo para recompensar a sus partidarios mientras se ejerce presión sobre los críticos, y la crítica abierta a las organizaciones no gubernamentales (ONG). Como consecuencia.

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¿Cómo el nacionalismo afecta la democracia?

El nacionalismo puede representar una amenaza potencial tanto para la democracia como para las relaciones internacionales cuando se manifiesta en formas de discriminación, violencia y exclusión de grupos específicos. El ascenso del nacionalismo puede poner en peligro la eficacia establecida del multilateralismo, que históricamente ha sido fundamental para preservar vidas y evitar conflictos. Esto puede resultar en acciones unilaterales por parte de ciertas naciones, socavando así el enfoque colaborativo para la resolución pacífica de disputas.

El nacionalismo puede servir como catalizador del conflicto y la división, fomentando tendencias hacia la exclusividad y la competencia que impiden la resolución de desafíos globales comunes. El ascenso del nacionalismo económico tiene el potencial de socavar la colaboración global y la alineación de políticas, lo que resultará en un resurgimiento de estrategias económicas nacionalistas en muchas regiones del mundo. Estas estrategias a menudo dan prioridad a los objetivos nacionales individuales sobre el interés global colectivo. El nacionalismo desenfrenado puede representar una amenaza a la estabilidad al exacerbar las tensiones étnicas, aumentando así la probabilidad de violencia y conflicto.

En Europa, el nacionalismo ha sido históricamente un importante catalizador de conflictos y divisiones, desde el surgimiento de la Alemania nazi en la década de 1930 hasta los levantamientos más recientes de movimientos nacionalistas en varios países. El nacionalismo tiende a fomentar la exclusividad y la competencia, complicando así los esfuerzos para abordar los desafíos globales comunes. Bajo la ideología nacionalista, ejemplificada por Hitler, se han documentado casos de extrema crueldad e inhumanidad.

Otro ejemplo de nacionalismo, que presenta un desafío importante para la democracia, es el ascenso del extremismo y el nacionalismo hindúes en la India, que genera tensiones comunitarias. Desde que el nacionalista hindú BJP llegó al poder, ha habido una mayor sensación de inseguridad entre los musulmanes en la India, y la situación ha alcanzado niveles de preocupación sin precedentes. El gobierno ha empleado activamente los medios de comunicación, la televisión y la industria cinematográfica para propagar la islamofobia entre la mayoría hindú. En 2018, El Tribunal Superior de la India dictó una sentencia en la que abogaba por que la India fuera declarada estado hindú, citando las divisiones religiosas históricas del país. No obstante, es crucial enfatizar que, de acuerdo con su constitución, la India tiene el mandato de mantener un Estado laico. No hace falta decir que el ascenso del nacionalismo hindú bajo el primer ministro Narendra Modi ha sido acusado de alimentar tensiones sectarias y socavar la democracia secular del país.

De hecho, si bien populismo y nacionalismo son conceptos distintos, su ascenso global simultáneo plantea una amenaza considerable a la democracia. Estas ideologías frecuentemente favorecen a grupos específicos sobre la población en general y pueden corroer los principios democráticos. Tienden a exacerbar la polarización y socavar instituciones democráticas vitales. Por lo tanto, muchos países están enfrentando desafíos sustanciales a sus sistemas democráticos, lo que pone en riesgo su estabilidad y eficacia.

(*)Meherab Hossain es politólogo

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La previa al congreso del MAS

Las frases de la semana, dichas por nuestros invitados en La Razón Radio y Piedra Papel y Tinta, que muestran los ánimos en la antesala a la cita oficialista que se celebrará en Lauca Ñ.

/ 1 de octubre de 2023 / 05:41

Sala de prensa

Seis invitados, miembros del Movimiento Al Socialismo (MAS), estuvieron en entrevistas y debates en La Razón Radio y Piedra, Papel y Tinta. Se refirieron a la crisis interna del partido azul y al congreso que se desarrollará en Lauca N.

El exviceministro Freddy Bobaryn se enfrentó al exprocurador Wilfredo Chávez en un debate sobre la reelección a la presidencia. Cuestionó el afán “reeleccionista” del exmandatario Evo Morales, tras anunciar su candidatura para las elecciones de 2025, en su programa radial Kawsachun Coca.

“Ése va a ser el fin de Evo Morales y de todos los prosélitos que le hacen coro para que él siga pensando que tiene alternativas”.

Desafió a Chávez e insinuó que en cualquier momento será tildado de traidor y, posteriormente, expulsado. “Tú verás cuánto tiempo resistes como el más leal dentro del segmento del jefismo”.

Responsabilizó a Morales de quebrar al MAS por su interés de regresar al poder y rememoró el fracaso del referéndum de 2016.

Wilfredo Chávez, procurador general del Estado hace poco, dijo que en las calles escucha “con Evo estábamos mejor todos: derecha, izquierda y empresarios”, en respaldo del lanzamiento de la candidatura de Morales.

Reivindicó el derecho del actual líder del MAS, a postularse en las elecciones de 2025. De acuerdo a la Constitución de 2009, el presidente y el vicepresidente del Estado tienen el derecho a una repostulación continua.

“Estamos en una etapa en la que reelección le afecta al presidente y al vicepresidente, no a las exautoridades”, explicó.

Además, lamentó que correligionarios de su partido, como Bobaryn (su compañero de debate) se hayan “servido” del MAS para estar en cargos públicos durante el gobierno de Morales en 2019.

Gustavo Torrico, viceministro de Coordinación y Gestión Gubernamental, cuestionó el discurso de Evo Morales al lanzar su candidatura. Morales afirmó que “aceptó” ser candidato por “obligación” del pueblo.

Torrico se dirigió al exmandatario y le dijo que nadie está obligado a nada en política. “Con todo cariño y respeto (le digo a Morales): No puedes decir me están obligando (a ser candidato). Nadie puede obligar nada”.

Aseguró que la crisis interna del partido deviene del referéndum del 21 de febrero de 2016. En aquella ocasión, el MAS buscó la modificación de la Constitución para habilitar la repostulación de Evo Morales. Sin embargo, el resultado benefició a la oposición.

Admitió que el referéndum fue un error de Morales y su estructura política. A su vez, recordó el fenómeno mediático (caso Zapata) que afectó la imagen del exmandatario y, por ende, la votación del MAS.

Teresa Morales, exministra de Desarrollo Productivo, indicó que “no hay retorno” en el divorcio del MAS porque – en su criterio – existen funcionarios ligados a la corrupción y al narcotráfico.

Aseguró que, en repetidas ocasiones, Evo Morales y la dirección del MAS han solicitado modificaciones de políticas públicas y cambio de ministros, pero que esas peticiones fueron desestimadas por el Gobierno de Arce.

“Además de haber una derechización, ya se le ha señalado a Luis, hay una penetración consistente de corrupción y narcotráfico en el Gobierno con lo cual no comulgamos”, reclamó.

“No hay retorno porque hay funcionarios como el propio Hugo (Moldiz) que no sé en qué función pública está (…), su socio es un contacto de Branco Marincovik”, denunció.

Hugo Moldiz, otrora ministro de Gobierno de Evo Morales, advirtió que si existe una división interna del instrumento político se prevé una derrota electoral en 2025.

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“Se ha creado un punto de no retorno, pero en política misma las cosas no son definitivas. Si hay una división (…), va a haber derrota”, dijo el exfuncionario.

Recomendó al MAS hacer una autocrítica y discutir las diferencias e inquietudes con profundidad para lograr puentes e ir juntos al proceso electoral.

En su análisis, de seguir estos problemas, el 60% de la población votaría por otro candidato que no sea del MAS.

El vicepresidente del MAS, Gerardo García, afirmó que no hay posibilidad de una reconciliación entre el presidente Luis Arce y Evo Morales, en la previa al congreso en Lauca Ñ, en Cochabamba.

“Esto va a seguir distanciado”, dijo en La Razón Radio. Denunció que existen “caprichos e intereses personales” por parte de Arce y David Choquehuanca.

“No nos han convocado tampoco y han hecho caso omiso a nuestras invitaciones”, admitió.

Reveló que la última reunión entre Arce y Morales fue en julio de 2022. En junio del mismo año, Morales denunció un “plan negro” en su contra y, posterior a ello, se evidenció la división entre el ala “arcista” y el ala “evista”.

(*)Andrea Condori es periodista

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La política cruceña en incertidumbre

Una conversación con Gustavo Pedraza y Reymi Ferreira sobre la actualidad y los desafíos de la brega por el poder en Santa Cruz.

El sillón vacío del gobernador cruceño, Luis Fernando Camacho, en los actos del aniversario del departamento, ilustra el momento actual del poder local y sus bregas.

Por Pablo Deheza

/ 24 de septiembre de 2023 / 07:10

El punto sobre la i

Hoy Santa Cruz celebra 213 años de su grito libertario del 24 de septiembre de 1810. Sobran los motivos para celebrar. La Santa Cruz contemporánea, esta maravilla que lleva siete décadas de construcción, donde confluyen los esfuerzos de bolivianas y bolivianos de todos lados, es un motivo de orgullo nacional.

La Guerra del Chaco cambió de manera definitiva la historia del país. La generación que combatió en la región del Chaco, comprendida entre Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija, fue precisamente la que, con la Revolución Nacional de 1952, inició la “marcha al oriente”.

La apertura de la carretera con Cochabamba, en 1954, y las líneas férreas con Brasil y Argentina, cambiaron las condiciones para la producción y la actividad empresarial en el departamento. Ahí comienza a emerger la economía moderna en el oriente boliviano, con Santa Cruz como su epicentro.

Con todo, el desarrollo cruceño no ha sido y no es un camino de rosas. A su modo, Santa Cruz ejemplifica la noción harto conocida en sociología de que los cambios culturales son más complejos y requieren más tiempo que los económicos. No es en vano que el antropólogo Adrian Waldmann hable de la “feudernidad” al caracterizar la sociedad cruceña. Con esto, el autor de El Habitus Camba, describe una formación moderna en lo económico, pero feudal en sus concepciones políticas y sociales.

El proceso político cruceño se encuentra actualmente en un momento muy particular. A diferencia de lo que pasa con el empresariado, que definitivamente ocupa un rol protagónico a nivel nacional y regional (basta ver la copiosa presencia de cadenas de servicios originadas en Santa Cruz en el resto del país), la dirigencia política tradicional se encuentra en una fase de retracción.

El MAS en Santa Cruz no tiene un vuelo propio y esta sigla no se ha logrado constituir en un contendor serio en lo que hace a los principales espacios del poder local.

Cabe preguntarse entonces, en qué momento está hoy el proceso político cruceño, cómo se llegó al presente y qué perspectivas tiene hacia adelante. Como es usual, los aniversarios no son únicamente momentos para festejar, sino para hacer un balance y proyectar lo que viene.

“A lo largo de este siglo Santa Cruz ha crecido económicamente. La sociedad cruceña prácticamente en población se ha duplicado y la economía ha crecido seis veces. Yo creo que ese crecimiento, ese crecimiento de la población, ese crecimiento de la economía se lo ha dado en tensión política permanente con el MAS. Y creo yo que esa tensión permanente ha sido como contrapeso territorial, pero también en la disputa del territorio en Santa Cruz”, afirma Gustavo Pedraza, abogado y excandidato vicepresidencial de Comunidad Ciudadana.

Efectivamente, cuando el orden político que caracterizó la democracia pactada comenzó a erosionarse hasta caer finalmente en los primeros años del Siglo XXI, lo que quedó se concentró en Santa Cruz. Ese fue el correlato a la emergencia del MAS. La resistencia al proceso constituyente fue muy fuerte en este departamento, lo que incluye los cabildos y la lucha por la autonomía, en aquella década.

Ahora bien, los catorce años en el poder de Evo Morales, fueron también los quince años en el poder de Rubén Costas y Percy Fernández; sucedido éste último, dentro de su gestión, por Angélica Sosa.

“Así como Evo Morales cierra su ciclo de una manera violenta, abrupta, los ciclos de los caudillos en el departamento también se cierran, pero no de la misma forma. Sobre el alcalde Percy Fernández, no creo que haya habido hartazgo, simplemente se agotó en su capacidad humana de gobernar. Y sucede lo que conocemos, o sea, delega a una concejal y el desastre empieza y no se detiene hasta ahora. Y en el caso de Rubén Costas, cierra su ciclo y el resultado electoral del 2021 es la confirmación. Estos dos ciclos se cerraron en Santa Cruz y me parece que se inicia un nuevo ciclo con el liderazgo del gobernador actual, Luis Fernando Camacho”, sostiene Pedraza.

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Con todo, esta rotación intraelitaria que tuvo lugar en Santa Cruz entre 2020 y 2021, no es una continuidad de lo mismo. Costas y Camacho tienen formas diferentes de entender y abordar la política.

“La dirección o la oposición de Costas podía tener algún alcance nacional por su contenido. Si bien es un conservador, era partidario de cierta democracia. Era parte del proceso democrático, de las reglas del juego democrático que ellos las aceptaron. Y por eso tuvieron alcalde en Cochabamba, gobernadores en Beni y otras autoridades. Tuvieron repercusión nacional en su momento y llegaron a constituir una especie de media luna. Sí llegaron a tener cierto alcance. Ahora hay un grupo fascista directamente, sin un proyecto nacional, atrincherado en un discurso del siglo XVII, ni siquiera del XVIII, que no tiene ningún tipo de propuesta nacional y son obviamente antidemocráticos, porque aparte del bloqueo, la lucha y la acción violenta, no tiene otro discurso”, asevera el abogado, exministro y exrector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, Reymi Ferreira.

Pedraza considera que la rápida emergencia de Camacho fue seguida por una evolución efímera. “Esa explosión social, esa fuerza del 2019, se reduce a la mínima expresión en 2020 por los errores cometidos. No hubo visión estratégica. Pensaron que Evo Morales y el MAS estaban liquidados y ese fue un gravísimo error. Entendían al MAS a través de Evo Morales, cuando el MAS es un bloque, no es un caudillo y eso lo ha demostrado. Entonces, ese error de percepción, ese error estratégico ahora tiene como resultado lo que está sucediendo. Yo creo que cuando Camacho se presenta en 2020, me parece que se aísla más del resto del país”.

En criterio del excandidato vicepresidencial, la posición de Santa Cruz queda “mucho más en solitario que durante la época de Costas y Demócratas, que intentaron y lograron instalarse orgánicamente en otros departamentos. Entonces había, había una visión nacional. Esto con Camacho no ha habido. Yo creo que Santa Cruz, esa visión de Camacho, lo aisló más a él y a su electorado” respecto al resto del país.

Ferreira sintetiza la situación presente diciendo que en Santa Cruz hay “un empresariado que ha entendido fácilmente la economía de mercado y las reglas de una economía moderna, mientras que hay una dirigencia política que sigue en la Edad Media. Es una clase política que bien pudiera estar en el siglo XVI español, de la santa inquisición, intolerante, del discurso único y el fanatismo mezclado con la religión. Entonces, ese es el gran desfase”.

Así, las cosas parecen no haber mejorado en la política cruceña sino, por el contrario, hay señales de involución. “Lo que ha ocurrido, desde la deácada de 1950, 1960, es que había un gran intelecto tecnócrata. Fue una tecnocracia la que gobernó, desde el Comité de Obras Públicas, Cordecruz y también durante los siguientes gobiernos neoliberales. Era una tecnocracia, aunque carente de cualquier concepto social. Y lo que hay ahora es peor todavía, ahora ni siquiera hay tecnocracia, eso es lo grave. Antes había tecnocracia, pero ahora son algunos desubicados que gritan y el que grita más fuerte no es el que tiene más claridad conceptual. Son personas queriendo reivindicar un discurso de hace 300 años”, señala Ferreira.

Pero entonces, ¿qué pasa con el MAS en Santa Cruz? ¿Qué rol juega? “Las perspectivas del MAS no son buenas tampoco, porque lamentablemente no han entendido, ni creo que vayan a entender, el tema identitario. Y eso la derecha lo ha usado y lo sigue utilizando porque es un espacio abierto que ha dejado el MAS, que ha mantenido un discurso andino, andinocéntrico, en una región que es diferente. Santa Cruz es cosmopolita, tiene una identidad y tiene derecho a tenerla. Para el MAS esto es casi totalmente desconocida. Se ve en los operadores de los diferentes niveles de la administración pública que no perciben la identidad local. Parece que el MAS no tiene posibilidades ni a mediano ni a largo plazo en Santa Cruz de obtener victoria electoral”, afirma Ferreira.

En ese mismo sentido, Pedraza observa que “el masismo cruceño parece que se encoge y se repliega hacia su campo, donde tiene mayoría, pero no ha logrado conquistar a la clase media o los sectores populares urbanos”.

Ahora bien, en conjunto, la situación institucional en Santa Cruz aparece como bastante precaria. “El gobierno de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, yo creo que es uno de los más funestos y que ha tocado fondo, porque se ha apropiado, se ha cooptado la institución y la han patrimonializado. ¿Para qué? Para el enriquecimiento ilícito, para la corrupción. Y el gobierno departamental, la Gobernación, no ha respetado el ordenamiento. Protestamos, lo vamos a hacer siempre y vamos a condenar el secuestro del gobernador Camacho, pero percibo que no ha habido una decisión inteligente en la Gobernación para que pueda funcionar como institución. Lo que hemos visto es una actitud personalista, que ha pasado por sobre las normas de la misma institución al negársele, por ejemplo, al vicegobernador que pueda asumir. No sé cuál es el objetivo, pero me parece que ahí debió respetarse la institucionalidad de la gobernación y es una tarea pendiente”.

En relación al gobierno de la capital cruceña, Ferreira expresa que “la UCS (el partido del alcalde, Jhonny Fernández) tiene una conducta pendular De pronto está en la extrema derecha, apoyando a Janine Añez o a Camacho, y de pronto le sonríe al MAS. Estuvo en el gobierno de Banzer, pero también estuvo en el de Goni. Tiene una acción pendular permanente. De alguna forma tiene un público que lamentablemente lo comparte con el MAS. Por eso es que le afectó mucho en la última elección municipal al MAS. Es un proyecto obrista, sin proyección, sólo como inercia ante la falta de alternativas. Ese es el gran problema, un drama, la verdad. Vimos una sociedad en una crisis política profundísima”.

 (*)Pablo Deheza es editor de Animal Político

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