‘Fracaso’ Cruceño del MAS, efecto de 2021
IX Congreso departamental del MAS en Santa Cruz.
El verdadero origen de la tendencia ‘renovadora’ en el MAS es el desencuentro partido-organizaciones
El punto sobre la i
Entre el sábado 18 y domingo 19 de marzo, el Movimiento Al Socialismo (MAS) “fracasó” por segunda vez consecutiva en la conformación de la directiva departamental del partido en Santa Cruz. “Fracasó” en el sentido de que la directiva electa nuevamente fue desconocida por la dirección nacional del partido. La primera vez de este traspié ocurrió en el congreso departamental de diciembre de 2020, en San Julián. Tanto en el encuentro de hace poco más de dos años, como en el de la semana pasada, hubo dos hechos que se repitieron: el presidente departamental del MAS electo fue Marco Fernández López, representante de los interculturales; y, en las dos ocasiones fue ungido “por aclamación”.
En cualquier caso, por más de dos años, la dirección departamental “no reconocida” del MAS pervivió como tal cabeza del partido, sin que la dirección nacional pudiera convocar otro congreso para quitarla de en medio.
El IX congreso departamental masista, el efectuado en Yapacaní el 18 y 19 de marzo de este año, que en su inauguración incluso contó con la presencia conjunta de los presidentes del Estado, Luis Arce Catacora, y del MAS, Evo Morales Ayma, fracasó, apunta el vicepresidente del partido, Gerardo García, por “los malabares” que hizo Marco Fernández para ser reelecto.
Con Fernández intercultural, García apunta hacia lo que parece uno de los principales factores de la división del MAS en el departamento cruceño: la rivalidad entre los interculturales y los campesinos de la “Única”, Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Santa Cruz.
“Vamos a volver a convocar al congreso; va a ser en otro lugar, seguramente; me estaban sugiriendo en los valles, en Vallegrande, o en la Chiquitanía. Tomaremos una decisión coordinando con los de la Única, porque hacia el lado de Vallegrande la mayoría son de la Federación Única de Campesinos de Santa Cruz”.
FALLIDO.
La dirección nacional del MAS ya formalizó el pedido al Tribunal Supremo Electoral (TSE) de anular el congreso del 18 y 19. Su principal argumento es que la proclamación de Fernández se la hizo sin instalar el congreso con el debido procedimiento. “Ha sido fallido por capricho de Marco Fernández, porque no se ha hecho ninguna comisión, no se ha elegido (un presidium) como corresponde, por eso se ha anulado”.
Al partido de gobierno, de las nueve organizaciones departamentales que hay en el país, le faltan tres que lleven adelante su congreso y elijan a su nuevo directorio, La Paz, Santa Cruz y Tarija.
Aunque todavía no hay fechas, en La Paz y Tarija la dirección nacional está a la espera de próximas convocatorias a los congresos departamentales. Hoy día hay el apuro de “cerrar” con la realización de los congresos departamentales porque solo una vez superada esa etapa, se podrá convocar al congreso nacional ordinario y elegir al nuevo directorio.
Y es que tanto el MAS como el resto de los partidos políticos (nacionales, departamentales y municipales) están bajo la presión de resolver la elección de su dirección nacional porque tienen hasta la primera quincena de abril para concluir esta renovación, aunque esta disposición aplica solo para las directivas que han superado el periodo de su mandato, según dispuso el TSE. Esta renovación pendiente de la directiva nacional es precisamente el caso del MAS, aunque solo sea para ratificar, como se ha hecho hasta ahora, la presidencia indiscutible de Evo Morales.
Los plazos del TSE tienen su razón de ser: se originan en la Resolución administrativa 0128/2022 del 29 de marzo de 2022, de “Renovación de directivas de organizaciones políticas”. En la misma, básicamente se establece que las organizaciones en todos sus procesos deben ejercer la democracia interna y que deben hacerlo en función de sus propios estatutos, los cuales están registrados en el Órgano Electoral; y que una de las funciones de la autoridad electoral es “regular y fiscalizar el funcionamiento de las organizaciones políticas” de cualquier nivel, nacional, departamental y municipal. Pues bien, en ese marzo de 2022, el TSE dio 180 días para que los partidos que corresponda concluyan con la renovación dirigencial; cerca de cumplirse el plazo, en octubre, a pedido de algunas organizaciones que no habían podido cumplir, el TSE emitió una “ampliación de plazo”, mediante la Resolución 0356/ 2022 del 11 de octubre de 2022, dando otros “180 días calendario”, los cuales precisamente acaban en la primera quincena de abril, en tres semanas.
PAUTA.
Al respecto, García ya dio la pauta de lo que viene, por lo menos para el MAS: “Hemos impugnado. Es que eso es (la) toma de decisiones dentro de cada uno de los partidos políticos; el tribunal no tiene la tuición de que nos pueda obligar a aquello, cuándo renovamos; el problema interno de cada uno de los partidos, toma la decisión cada uno de los partidos: hemos hecho la representación ante el Tribunal, no hemos tenido respuesta todavía, pero yo pienso que esto va a salir de alguna manera positivo a nuestra petición”, destacó el dirigente.
Ahora, lo nuevo de este segundo intento fallido de constituir una directiva departamental reconocida por la nacional, es que se da en medio de la pugna entre evistas y arcistas, entre “radicales” y “renovadores”.
No por nada, el presidente de la Cámara de Diputados, Jerges Mercado, afirmó en el programa Piedra, papel y tinta, de La Razón, que “lo cierto es que el compañero Marco Fernández ha ganado las elecciones y la dirección nacional debería reconocer aquello”; Fernández se identifica con los “renovadores” del MAS
Ahora, ¿cuál es el origen del segundo fracaso en Santa Cruz?
Para el sociólogo Fernando Mayorga, el problema tiene que ver con la definición de las candidaturas para las elecciones subnacionales de 2021. “En muchos distritos se produjeron reyertas entre las organizaciones sindicales y la Dirección Nacional del partido exponiendo las debilidades de su mapa de poder organizativo. En ese sentido, ¿en qué medida influyeron las pugnas entre la Dirección Nacional del partido —bajo el mando de Evo Morales— y las organizaciones sindicales para el desempeño electoral del MAS-IPSP? Es evidente que incidieron de manera determinante, puesto que este venció solamente en un tercio de las gobernaciones y perdió en las alcaldías más importantes”, destaca Mayorga en su estudio Resistir y retornar. Avatares del proceso decisional en el MAS-IPSP (2019-2021) (FES-Bolivia, La Paz, noviembre de 2022); una de las investigaciones que más de cerca indaga la, si vale, vida íntima del partido de gobierno.
Si bien el MAS ganó la elección de gobernador en Cochabamba, Oruro y Potosí, no teniendo problemas en la selección de candidatos en los dos primeros, fue en Potosí donde hubo la primera señal —apunta Mayorga— de cuestionamiento del liderazgo de Evo Morales, “poniendo en evidencia la rutinización de su carisma”. (p. 141)
Fue cuando tras un ampliado en Betanzos, Evo tuvo que salir disfrazado del lugar (tras estar oculto varias horas) luego de que hubo el descontento con el candidato a gobernador propuesto por él y se desató la pelea en torno a esta decisión, habiendo otro candidato por parte de otro sector fuerte.
Las pugnas internas en relación con la selección de los candidatos también se dieron en Beni, Pando, Chuquisaca, La Paz y Tarija, “donde el MAS-IPSP fue derrotado”, recuerda Mayorga.
En Beni, lo más significativo fueron los problemas que se dieron respecto a la candidatura a la Alcaldía de Trinidad. “Christian Cámara había sido elegido por consenso como candidato en un ampliado departamental con participación de la Central Obrera Departamental y otras organizaciones sociales”. Sin embargo, —hace notar Mayorga— “la Dirección Nacional del partido optó por postular a otra persona que apenas obtuvo el tercer lugar”. Cámara postuló por el Movimiento Tercer Sistema (MTS).
En Pando, el candidato a gobernador Regis Richter, disidente del MAS que fue a la elección por el MTS, le ganó al MAS en segunda vuelta. “Esa derrota se explica como una reacción de las bases a una decisión de la Dirección Nacional del partido que desconoció las resoluciones de un ampliado del Pacto de Unidad que, precisamente, había elegido a Regis Richter como candidato ‘con la presencia de más de ochenta organizaciones sociales’”, relató a La Razón el 13 de diciembre de 2020, la presidenta departamental del MAS, Aliana Guzmán. Un hecho que exacerbó los ánimos —recuerda Mayorga— es que Evo comunicara la decisión contraria a las determinaciones de las organizaciones sociales, “en un tuit” (p. 142).
DEDAZO.
Fue aquí cuando se empezó a hablar del “dedazo”: “No vamos a permitir más intromisiones ni dedazo”, había declarado entonces el secretario ejecutivo de la Federación de Campesinos de Pando, refiere el sociólogo.
“Los casos de Chuquisaca y La Paz presentan rasgos diferentes pero son análogos. El MAS-IPSP fue derrotado por fuerzas locales articuladas en torno a candidatos con trayectorias disímiles pero sin vínculos con la oposición tradicional. Por una parte, Damián Condori, por Chuquisaca Somos Todos (CST) —un disidente de antaño—; por otra, Santos Quispe, por la agrupación Juntos al Llamado de los Pueblos (Jallalla) que enarbolaba posiciones críticas al MAS-IPSP” (p. 143).
En el caso de las alcaldías, el sociólogo Mayorga recuerda que si bien el MAS ganó en 240 de 336 municipios, “sin embargo, perdió en siete capitales departamentales —excepto en Oruro y Sucre— y en El Alto”.
Aquí, sobresalen dos mujeres disidentes que le ganaron al MAS: Ana Lucia Reis, alcaldesa electa de Cobija, y Eva Copa, que ganó la Alcaldía de El Alto.
Una vez que Reis decidió postular por el MAS, la Dirección Nacional del MAS descartó su candidatura —apunta Mayorga— reproduciendo un significativo testimonio que la alcaldesa cobijeña dio a La Razón Radio, programa por internet de La Razón, el 8 de marzo de 2021: “En diciembre me reuní con el expresidente Evo Morales, justamente hablamos de las candidaturas, donde me dijo que las organizaciones sociales no me apoyaban y que era mejor que me invite para que trabaje en alguna institución [pero yo] le dije que no, que tenía que ser candidata, que era un compromiso con el pueblo y entonces me deseó suerte (La Razón Radio, 08/03/2021)” (p. 146). Reis, con la sigla del MST, ganó con 45% de los votos y una diferencia de 20 puntos sobre el candidato del MAS, hace notar Mayorga.
Pero si hubo una derrota contundente para el MAS en las elecciones subnacionales, esa fue ante la exsenadora masista Eva Copa, que con la sigla de Jallalla venció la elección con 67% del sufragio.
Al margen de la mayor o menor intervención de Evo Morales en la no-candidatura de Copa por el MAS (siempre se dijo que los que la apartaron fueron los dirigentes masistas alteños), su triunfo es significativo de cómo la votación del MAS en El Alto se volcó hacia la candidatura, en vez de seguir la línea partidaria.
“Eva Copa venció con más de dos tercios de la votación, un resultado que muestra, de manera nítida, que el voto en apoyo al MAS-IPSP en las elecciones generales de 2020 se centró en una figura disidente puesto que su principal rival —aquel seleccionado por la Dirección Regional del partido— obtuvo menos del 20% de la votación”, destaca el texto de Mayorga (p. 149)
Con respecto al “dedazo” de Evo, en declaración a Animal Político, el vicepresidente del MAS, Gerardo García, entiende lo contrario: que Evo más bien respetó las decisiones de las organizaciones sociales locales y que si hay alguna responsabilidad por algo mal hecho es de alguna de esas dirigencias locales: “No he tenido yo el conocimiento (de) que el hermano Evo haya digitado o haya dicho ‘este va a ser y listo’. Más bien dijo que traten de organizar o de elegir lo mejor posible”.
De la degeneración, hay culpables concretos, afirma: “Lamentablemente, en las subnacionales ha habido dirigentes que han sido pagados, coimeados, por algunos candidatos, y el resultado de eso es que ahora no están respetando la disciplina política, y es que no son militantes del MAS. No se ha respetado la decisión política de cada una de las circunscripciones; a pesar de que había compañeros elegidos orgánicamente, algunos dirigentes (regionales o locales) por plata o por capricho, han puesto a otra gente. Resultado de todo eso ahora es el problema de los ‘renovadores’; eliminar la personería jurídica del MAS para renovar con otro partido; eso es en el fondo la palabra ‘renovadores’”.
Y he aquí que el estudioso plantea un punto de enorme urgencia hoy día, la inusitada fortaleza que ha adquirido la corriente “renovadora” en el MAS: “En suma, los resultados negativos en las elecciones subnacionales 2021 expusieron, de manera severa, las disyunciones entre los actores estratégicos del MAS-IPSP cuyas divergencias se manifestaron en un debate en torno a la renovación en las filas del partido”. (p. 148)
A partir de las derrotas en las elecciones subnacionales, apunta, “se inició un debate sobre las razones del débil desempeño electoral del partido de gobierno y algunas críticas se enfocaron en el papel de la dirigencia partidista bajo el mando de Evo Morales como presidente y jefe de campaña” (p. 149). Aunque mucha de esta crítica, precisa, no era directamente a Evo, sino a su “entorno”; o sea, si se planteaba renovar en lo principal era cambiar las dirigencias, sin tocar al líder máximo.
GUTIÉRREZ.
El sociólogo destaca una excepción, la del dirigente minero Orlando Gutiérrez, “una destacada figura en el periodo de resistencia al gobierno de Áñez y en la conducción de los bloqueos de caminos en agosto de 2020”.
En una grabación, difundida en redes sociales —rescata Mayorga— se relata un encuentro con Evo Morales, “una reunión en la que todos guardaban silencio, que adquirió ribetes de discusión. En esa oportunidad, Evo Morales interrumpe al dirigente minero y le reclama: ‘Cuando hablamos de nuevos liderazgos, ¿dónde quedo yo?’. La respuesta de Gutiérrez fue tajante: No se trata de que a vos te echemos al olvido, se trata de partir; ya has marcado historia, vas a ser el líder indiscutible, ya has marcado huella, pero el tiempo no pasa en vano, hasta el fierro se desgasta. Si no formas liderazgos vas a tener a Bolivia, igual que en octubre y noviembre, sin liderazgo, sin dirección” (p. 149).
Sobre la propuesta de renovación, apunta el sociólogo, Evo Morales siempre fue tajante: esa demanda “era una excusa para propiciar la división en su partido y, sobre todo, estaba dirigida contra su liderazgo. Ante la pregunta de un periodista: ‘¿Qué significa el MAS sin Evo Morales al frente de la organización?’, su respuesta fue: “Usted está apuntando a dividir al MAS-IPSP con esa pregunta, que no voy a responder (…) Renovación viene de la derecha, enfrentarnos entre viejitos y jovencitos. La verdadera renovación [es] de programas, de ideas” (p. 152).
(*) Iván Bustillos es periodista de La Razón