Polarización y división en Estados Unidos
La economía está en el centro del debate en las próximas elecciones presidenciales estadounidenses del 5 de noviembre próximo.
Las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos presentan un panorama excepcionalmente polarizado y reñido. Los contendientes principales, el expresidente republicano Donald Trump y la actual vicepresidenta demócrata Kamala Harris, disputan el poder en un entorno electoral extremadamente complejo. Encuestas recientes de Gallup y el mercado de predicciones Polymarket destacan que ambos candidatos tienen niveles de popularidad moderados, pero polarizantes.
En ese marco, los resultados en los estados oscilantes (swing states) serán decisivos para decidir la votación, según explica el politólogo e internacionalista John Mearsheimer.
Una carrera polarizada
La encuestadora Gallup revela que tanto Trump como Harris se encuentran en el extremo inferior de popularidad para los candidatos presidenciales desde 1956. Con un 47% de calificación favorable para Trump y un 48% para Harris, las cifras reflejan la «polarización intensa» que enfrenta el electorado estadounidense. La histórica herramienta del «escalómetro», usada por Gallup, indica que ambos candidatos cuentan con fuertes opiniones positivas y negativas de sus respectivos partidarios y opositores. Un 31% de los encuestados califica a Trump como «muy favorable», mientras que un 37% lo considera «muy desfavorable». Para Harris, el 30% la valora muy positivamente y un 34% tiene una opinión extremadamente negativa de ella.
Polymarket, un mercado de predicciones que permite realizar apuestas sobre eventos futuros, refleja en sus estimaciones que los resultados siguen siendo inciertos y cambiantes. De acuerdo con sus datos, ambos candidatos presentan probabilidades semejantes en varios estados clave. Esto refuerza la idea de que los estados oscilantes determinarán el resultado, con el reto para ambos partidos de maximizar la movilización de votantes y asegurar una fuerte presencia en estos lugares el día de la elección. En palabras del politólogo John Mearsheimer, «el electorado está prácticamente dividido en dos… predecir quién ganará esta elección es extremadamente difícil», señaló en una entrevista reciente.
Economía de Estados Unidos
La situación de la economía estadounidense es un factor decisivo para los votantes en las elecciones de 2024, particularmente para la población latina y afroamericana. Estas comunidades, que históricamente han mostrado mayor afinidad con el Partido Demócrata, se encuentran ahora en una posición receptiva hacia el discurso económico de Trump. Según encuestas recientes, la economía es el tema más citado por los votantes latinos y afroamericanos como el factor decisivo para su voto. El aumento en el costo de vida, la inflación y los efectos post-pandemia han generado insatisfacción en muchos ciudadanos, lo que ha impulsado una reconsideración de los ideales económicos que tradicionalmente identificaban con los demócratas.
Trump, con su enfoque de «América Primero», proyecta una imagen de estabilidad económica recordada por muchos como un periodo de mayor prosperidad y bajos niveles de desempleo, en contraste con las dificultades actuales. Su retórica nacionalista y de apoyo a la clase trabajadora ha captado la atención de estos votantes, que buscan políticas que prioricen sus intereses económicos inmediatos, incluyendo la reducción de impuestos y una mayor independencia económica de Estados Unidos. La narrativa populista de Trump, orientada a proteger empleos locales y reducir la dependencia de importaciones, resulta atractiva para quienes han sido particularmente afectados por la globalización y los desafíos económicos recientes.
Latinos y afroamericanos en Estados Unidos
Entre los votantes latinos y afroamericanos, esta receptividad hacia Trump también está ligada a factores culturales y pragmáticos. La población de estas comunidades es diversa y tiene un amplio espectro de opiniones políticas. Sin embargo, según encuestas del New York Times y Siena College, una porción significativa de las mismas valora el enfoque directo de Trump y su capacidad de comunicar una «autenticidad» que algunos interpretan como favorable para los negocios y el trabajo. Este aspecto es especialmente relevante para los hombres jóvenes afroamericanos y latinos, quienes se muestran más inclinados a la estabilidad económica y a cuestionar la efectividad de las políticas económicas demócratas.
La percepción de que la economía estaba en mejor estado bajo la administración de Trump, sumada a la percepción de que el Partido Demócrata no ha cumplido plenamente con sus promesas, ha erosionado parte del apoyo al Gobierno de Biden y Harris.
Consecuentemente, la economía estadounidense es un eje central que está definiendo el comportamiento electoral de votantes afroamericanos y latinos en 2024. Aunque no es una mayoría, el apoyo hacia Trump en estos grupos refleja un cambio notable. La campaña republicana ha aprovechado esta oportunidad para ganar terreno, mostrando a Trump como una alternativa capaz de ofrecer resultados económicos. El permanente cuestionamiento a Harris, cuando ofrecer mejorar la economía, es por qué no lo hizo hasta ahora siendo la vicepresidenta.
Análisis
El profesor John Mearsheimer subraya que la clave de esta elección estará en la movilización de votantes en media docena de estados críticos. Según él, «no es evidente que alguno de los bandos tenga ventaja en ese aspecto», pues tanto los demócratas como los republicanos están realizando intensos esfuerzos para asegurar una alta participación electoral. Sin embargo, el politólogo advierte que la situación no es particularmente favorable para Harris, quien parece «estancada alrededor del 49%», mientras que Trump muestra un leve impulso en la recta final de la campaña.
En el último tramo de la campaña Harris tuvo varias intervenciones en la prensa que fueron tildadas de desacertadas por comentaristas de todos los lados del espectro político. El posible avance de Trump estaría respaldado por los votantes indecisos y por aquellos que, según Mearsheimer, podrían ocultar su apoyo a Trump en las encuestas por razones de corrección política o temor a represalias sociales.
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Mundo
El experto también destaca que el próximo presidente de Estados Unidos jugará un rol crucial en la arena internacional, dado el complejo contexto geopolítico que incluye tensiones en Oriente Medio, el conflicto en Europa del Este y la rivalidad comercial con China.
En relación con Oriente Medio, el experto menciona que tanto Harris como Trump enfrentarán un entorno crítico, especialmente por el papel de Estados Unidos en la estabilidad de la región. Mearsheimer señala que, aunque ambos candidatos pueden coincidir en ciertas estrategias de apoyo a Israel, Trump probablemente adoptaría una postura más firme de “América Primero” en el manejo de conflictos internacionales. En tanto que Harris podría ser más partidaria de mantener el enfoque actual del gobierno de Biden de operar en conjunto con sus aliados.
Estados Unidos y las guerras
La situación en Europa del Este también es delicada, con una guerra en curso en Ucrania y el riesgo de expansión del conflicto. El experto considera que Trump podría buscar un acercamiento más pragmático con Rusia, en comparación con Harris, quien mantendría la línea dura de la administración actual. «Trump parece dispuesto a suavizar las tensiones con Rusia, lo que podría reducir el apoyo militar estadounidense a Ucrania», explica Mearsheimer. Esto no solo afectaría a Europa, sino también a la relación de Washington con la OTAN y otras alianzas estratégicas.
La rivalidad con China es otro eje fundamental en el análisis de Mearsheimer. Si bien existe consenso bipartidista sobre la necesidad de contener el avance de China, Trump y Harris tienen enfoques distintos en cuanto a la competencia económica y tecnológica. La administración de Harris probablemente buscaría fortalecer alianzas comerciales con aliados tradicionales, mientras que Trump podría preferir una estrategia de «mano dura», con aranceles y políticas proteccionistas para limitar la influencia china en la economía estadounidense.
Implicaciones globales
El impacto de estas elecciones no se limita a Estados Unidos. Para India, por ejemplo, Mearsheimer indica que, aunque existe un consenso bipartidista en la relación con Nueva Delhi, la personalidad del presidente influirá en el enfoque de la política exterior. Según él, «el gobierno de Narendra Modi está ideológicamente más alineado con Trump que con Harris», pero la relación estratégica con India se mantendrá independientemente de quién gane, dada la necesidad de Estados Unidos de contrarrestar la influencia de China en Asia.
Por otro lado, la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudita también podría verse afectada dependiendo del resultado electoral. Mearsheimer compara la relación con India con la de Arabia Saudita, explicando que, aunque existen tensiones, «Estados Unidos no puede permitirse alienar a estos aliados clave debido a sus intereses estratégicos». Esto es especialmente relevante en el caso de Arabia Saudita, dado el rol de este país en el suministro de petróleo y en la estabilidad de Oriente Medio.
El resultado de las elecciones también repercutirá en las alianzas de Estados Unidos en el área del Indo-Pacífico, especialmente en su relación con Japón, Corea del Sur y Australia. China ha estado aumentando su influencia en la región, y la administración entrante deberá decidir hasta qué punto pretende fortalecer sus lazos con estos países para contener el avance chino. Harris, con su enfoque multilateral, probablemente busque fortalecer estas alianzas mediante tratados y acuerdos de defensa mutua, mientras que Trump podría adoptar un enfoque más transaccional, esperando beneficios económicos claros para Estados Unidos en cada colaboración.
Trascendencia
En este contexto, las elecciones de 2024 se perfilan como uno de los eventos más trascendentales en la historia reciente de Estados Unidos y del mundo. La intensa polarización y el enfoque en los estados oscilantes reflejan un país profundamente dividido, en el que cada voto podría determinar el rumbo de su política interior y exterior. Las encuestas de Gallup y el mercado de predicciones Polymarket destacan que esta contienda no solo es una lucha de propuestas, sino también una batalla entre visiones radicalmente diferentes de lo que Estados Unidos representa tanto para sus ciudadanos como para el mundo.
Mearsheimer resume el sentimiento de gran parte de la audiencia internacional al decir que «India, Beijing, Moscú y Londres observan con atención», conscientes de que el próximo presidente estadounidense definirá el enfoque que tomará el país en conflictos geopolíticos claves y en su rivalidad comercial con China. A nivel doméstico, tanto Trump como Harris deben superar la apatía y el descontento económico de los votantes, quienes se encuentran divididos entre los beneficios prometidos de una economía proteccionista y la estabilidad que una administración comprometida con las alianzas internacionales podría ofrecer.