Narcotráfico, corrupción y muerte tocan la alarma en Santa Cruz
Una escalada de hechos genera una peligrosa ola de violencia.

21 DE JUNIO Ejecución en porongo.
Tres crímenes, en menos de 20 días, han conmocionado y puesto en el tapete de discusión la tolerancia de la sociedad y la clase política sobre actividades ilícitas que derivan en hechos violentos y generan inseguridad.
Siete muertos (todos hombres) en tres hechos distintos con un denominador común, el narcotráfico y otra arista transversal, la corrupción institucional, todo en apenas 17 días. El año nuevo andino amazónico no comenzó muy auspicioso en el país, y sobre todo en Santa Cruz, el departamento protagonista de estos hechos luctuosos.
Fue precisamente el feriado del 21 de junio que empezó esta vorágine de violencia. Dos policías y un voluntario del Gacip fueron acribillados en una zona del Urubó, en el municipio de Porongo.
RECURRENCIA
El principal acusado, Misael Nállar, está detenido junto a otros dos supuestos cómplices y se cree que se encuentran prófugos otros dos involucrados, ambos ciudadanos extranjeros
La detención de Nállar permitió evidenciar que se trata de un sospechoso de narcotráfico, casualmente yerno de un narcotraficante sentenciado, Einar Lima Lobo, cabeza de un clan familiar que tiene historial con el tráfico de drogas desde la década del 90.
Otro triple asesinato volvió a conmover apenas una semana después, el 1 de julio. Los cadáveres de tres jóvenes cruceños fueron encontrados dentro de un automóvil en una comunidad de Ivirgarzama, en Cochabamba.
Las investigaciones volvieron a colocar en el tapete los ‘narcovínculos’ del principal sospechoso, que se encuentra detenido, Agustín Calle, en cuyo domicilio en Ivirgarzama se encontraron sustancias controladas.

El apellido Lima Lobo volvió a aparecer en el último caso, el de Juan José Dorado, un joven que fue declarado desaparecido el 7 de julio y cuya muerte se confirmó oficialmente el sábado 16, pero ya desde el miércoles 13 se tenía conocimiento del descubrimiento de su cadáver en una zona inhóspita de Paraguay.
Dorado era yerno de la exalcaldesa Angélica Sosa; sin embargo, ya estaba divorciado de su hija Nicole Perovic y ahora se lo vincula con una muchacha perteneciente a la familia Lima Lobo.
La exdiputada y abogada Jessica Echeverría había sugerido tras descubrirse el cadáver de Dorado que la desaparición estaba vinculada al narcotráfico. El viernes pasado denunció que fue amenazada por un miembro del clan Lima Lobo.
“Si algo me llega a pasar no se callen por favor y pidan justicia por mí. Actúan así, porqué se sienten intocables”, escribió en su cuenta de Facebook.
El exministro de Gobierno Carlos Romero señaló que, desde hace varios años, ha identificado que en Bolivia existen clanes familiares dedicados al narcotráfico y éstos operan como vínculos a cárteles internacionales. “Einar Lima Lobo era el principal nexo con el PCC (Primeiro Comando da Capital) de Brasil”, explicó.
El PCC aparece nombrado muchas veces en Santa Cruz en los últimos años. Aparece vinculado al robo de un camión de traslado de dinero (Brinks) cuyo líder fue identificado como Mariano Tardelli. Otros dos ciudadanos brasileños como él, Edgar Do Santos y Jesús Carlos Roberto, también están vinculados al PCC. Los tres fueron extraditados hacia el vecino país para que rindan cuentas ante la Justicia allá.
Emerson da Silva Benjamín y André Xavier da Rocha son otros dos brasileños ligados al PCC. Fueron noticia primero por el asesinato del empresario Wilson Ledezma, por el cual fueron detenidos en marzo. El 14 de junio pasado huyeron de Palmasola y fueron recapturados dos días después, en medio de una balacera de la que salieron heridos Da Rocha y un policía, en una zona céntrica de Santa Cruz.
VERSIÓN
En febrero, una versión de prensa brasileña señalaba que uno de los líderes del PCC, Marco Roberto de Almeida, alias Tuta, se encontraba en Bolivia e incluso habría sido secuestrado por una facción de su propia organización en medio de un conflicto interno. El ministro Eduardo del Castillo desmintió esta versión.
No obstante, los diferentes casos, sobre todo los últimos tres, han sembrado una infinidad de cuestionamientos y preguntas que no han podido ser resueltas por las autoridades ni gubernamentales ni policiales ni judiciales. Estas dudas han generado una purga reciente en la Policía, empezando por su comandante general, Jhonny Aguilera, y otros cargos en las diferentes fuerzas como la FELCC y la FELCN.

Una sociedad que olvidó ser intolerante con lo ilegal
Lejos quedó la Santa Cruz de la Sierra en la que, hasta la década de 1980, los niños podían jugar en las calles sin mayor supervisión. La inseguridad se ha incrementado enormemente y los crímenes violentos son cotidianos.
El 5 de septiembre de 1986 fue asesinado el científico Noel Kempff Mercado. Ese fue un punto de inflexión para la sociedad cruceña. La aceptación social a narcotraficantes terminó luego de ese suceso. Ya no era bien visto aparecer en sociedad con fortunas de dudosa procedencia.
Décadas después, la sociedad cruceña parece haber olvidado esa lección. Tanto Misael Nállar como Juan José Dorado no eran personas ajenas a los círculos más adinerados. El matrimonio entre el recientemente fallecido y la hija de la exalcaldesa Angélica Sosa en 2019, luego de comprometerse en Punta Cana, atendió a 800 invitados, según los reportes periodísticos, y fue por todo lo alto.
La Universidad Autónoma Gabriel René Moreno es otra institución salpicada por innumerables denuncias de corrupción. Incluso con procesos judiciales en marcha por violaciones que implican a docentes y autoridades.
El caso de corrupción de los denominados ítems fantasmas salpicó hasta a las cooperativas de servicios públicos.
A diferencia de antaño, ya nadie sabe a quién conoce o con quién hace un negocio. En ese anonimato está sumergido lo que comienza a evidenciarse hoy con asesinatos en las calles.

De poco a mucho, la corrupción en el municipio
En el caso cruceño, la corrupción local se ha institucionalizado con mayor fuerza en la Alcaldía de la ciudad capital. Los crecientes recursos económicos del municipio constituyen el preciado botín de cada uno de los sucesivos poderes de turno.
En la medida en que la población de la ciudad capital se fue incrementando, de igual manera lo hicieron los recursos. En las elecciones municipales de 1989, Percy Fernández fue elegido alcalde y se mantuvo en el cargo hasta 1994. “Las primeras gestiones de Percy Fernández se caracterizaron porque él era una persona bastante dinámica, correcta diría yo”, afirma el exconcejal y exministro Reymi Ferreira. En esos periodos “hubo varios casos de corrupción, a nivel de hormiga”, rememoró. En 1995 fue elegido Jhonny Fernández. En esa gestión “comenzó a incrementarse ese nivel de corrupción”, señaló Ferreira. Probablemente el legado más emblemático del paso del hijo de Max Fernández por la Alcaldía, en ese periodo, sea su frase “no les digo que roben, pero saquen algo”.
Percy Fernández volvió a la Alcaldía en 2005, pero “ya no era el mismo. Los años no pasan en vano y él tenía mucho menos control de lo que ocurría”, sostuvo el exconcejal. En esas condiciones, “se dio una concentración de poder que borró la frontera entre el Ejecutivo y el Legislativo, incluso antes de que Angélica Sosa fuera concejal. Ella ya manejaba desde Parques y Jardines toda la administración”, explicó Ferreira.
Vladimir Peña, exsecretario de la gobernación cruceña, afirmó que “lo de la Alcaldía era un secreto a voces. Había un sistema de corrupción ligado al cemento, a obras públicas, a las grandes infraestructuras y también en la menudencia. Cuando uno mira, la Alcaldía está infectada por todos lados”.
El modelo de corrupción que se consolidó con Angélica Sosa tenía la particularidad de involucrar una vasta red de relaciones. “Todos le hacían la venia y ahí no se salva nadie, porque repartía incentivos a manos llenas y creo que todos sabían que eso venía de la corrupción”, explicó Peña.
Ferreira consideró que “en este año y poco más de Jhonny Fernández, también surgieron denuncias frente a las que se actuó rápidamente y hay personas despedidas. Aun así, no creo que la corrupción haya desaparecido. Hay algunas entidades como Impuestos, Catastro y otras que generan bastante dinero y división política por intereses mediados por la corrupción”, afirmó el exconcejal.
Peña y Ferreira coinciden en que la corrupción en el municipio es sistémica.