Acaba de cumplir un año de ser electo como rector de la Universidad Gabriel René Moreno, el 3 de septiembre, y ha alcanzado un protagonismo regional al ser la cabeza de la Comisión Interinstitucional por el Censo en 2023. Vicente Cuéllar es consciente de ello y también del reto que esto significa, no en lo personal, sino para la institución que preside.
En este 24 de septiembre, el líder universitario hace una proyección, una autocrítica y un análisis del departamento de cara hacia el futuro. En ese sentido, está consciente que si no se realizan cambios profundos, “repensarse”, en sus palabras, quedará la Universidad y la sociedad cruceña y boliviana quedarán rezagadas.}
— Después de mucho tiempo la Universidad cruceña adquiere un rol proptagónico a raíz de la demanda del Censo Nacional de Población y Vivienda. ¿Esto es coyuntural o la señal de nuevos tiempos en la región?
— La Universidad está recuperando el liderazgo institucional que había perdido. Y digo recuperando porque la Universidad ha sido protagonista de las grandes conquistas a nivel regional. Desde la Universidad se iniciaron las luchas por el 11%, se gestó el Comité Cívico, se dio inicio a la Feria Exposición… Es decir, la Universidad estuvo vigente en las grandes luchas. Lamentablemente entramos en un adormecimiento muy largom no solo de la Universidad sino de todas las instituciones.
Es momento de que la Universidad recupere ese liderazgo para Santa Cruz, para orientar a la sociedad.
Tenemos un tema coyuntural, que es el censo, en el cual estamos haciendo un aporte técnico, pero obviamente que no se circunscribe sólo a esto. Hace poco presentamos un proyecto sobre el uso de la biotecnología en el campo agrícola y muy pronto vamos a discutir, seguramente, el tema de la Ley de Pensiones.
La Universidad debe ser la que lidere, en base al conocimiento, las diferentes propuestas que nazcan desde este departamento (Santa Cruz), que dentro de poco albergará a la mitad de la población del país.
Por tanto, tenemos que tener una visión nacional, pero al mismo tiempo integradora.
— ¿Qué se está haciendo para asumir un liderazgo político desde Santa Cruz?
— La UAGRM tiene los recursos humanos como para pronunciarse sobre las diferentes temáticas que se dan a veces coyunturalmente. La Universidad va a recuperar el liderazgo institucional en la medida que recupere el prestigio institucional. Mire que cuando hablo de la diferenciación entre liderazgo y prestigio, me refiero al tema estrictamente académico.
Desde el Rectorado, y es una opinión muy particular, vemos dos grandes problemas a nivel nacional: uno, la justicia que está podrida y segundo, las grandes deficiencias que tenemos en la educación. Entonces, la Universidad necesita repensarse para poder responder a la demanda de una sociedad que está cuestionando su rol.
Entonces, consideramos que en la medida que los ejecutivos de la Universidad comiencen a dar libertad a docentes y estudiantes, seguramente van a surgir nuevos liderazgos. Lo que pasa es que la Universidad vive un periodo muy largo de desideologización política. En la Universidad no se hace política, antes sí se hacía.
Cuando en la Universidad se hacía política se defendían principios; hoy, esos principios han sido reemplazados por la prebenda y esto es a nivel nacional. Esto ha generado que una juventud que debería reemplazar al liderazgo político sea castrada por la prebenda.
— Una de las críticas a la región es la falta de liderazgo político. Y desde lo académico se cuestiona que la élite no ha permitido la creación de carreras como historia, filosofía, o arqueología, llamadas a generar pensamiento y desarrollar un liderazgo no solo económico y tecnológico. ¿Está de acuerdo con esa visión?
— Difiero un poco. ¿Quiénes son las elites cruceñas? Eso está en el imaginario político. Lo que pasa es que la Universidad necesita repensarse. Nosotros tenemos que tener la capacidad de pensar, diseñar y construir la Universidad que necesita la región y el país para 2050.
Siempre he dicho que lamentablemente, nuestra matriz productiva siempre ha estado basada en la gestión de recursos naturales.
Se acabó la plata, se acabó el estaño, la madera, la goma, dentro de poco se acabará el gas. ¿Después que nos queda a nosotros? ¿Cuál es la perspectiva de este país? Entonces hay que pensar seriamente en que la matriz productiva debe estar basada en el conocimiento y para que eso ocurra, la Universidad debe cambiar. Debe haber una verdadera revolución académica a nivel nacional y la Universidad debe liderar ese cambio en la edudación.
Nosotros somos autocríticos, sabemos que a nuestros profesionales les está faltando las condiciones para que puedan unir la teoría con la práctica.
— De todas maneras, Santa Cruz mantiene un liderazgo económico en el país y que también se refleja en lo tecnológico, pero la pregunta sería ¿cómo ve a Santa Cruz en un contexto internacional, dentro de un mundo globalizado?
— Tecnológicamente, Bolivia está muy rezagada con relación a otros países. Entramos, de repente, muy apresurados a vivir en un ecosistema digital y ahí fue una muestra clara que las universidades bolivianos no estaban capacitadas para enfrentar ese mudo.
Pero si algo caracteriza a las potencialidades que tiene Santa Cruz es la capacidad emprendedora de su gente.
Mire, el 93% de los empleos los genera justamente el emprendedurismo cruceño.
Pero además hay algo que debemos tomar en cuenta, el 59% de las personas que habitan esta región son jóvenes de 25 años para abajo. Es ahí donde nosotros tenemos que pensar que debemos responder a esa juventud y eso implica ponernos al día con la tecnología.
La Universidad no ha estado exenta a ese rezago. Imagínese, en esta institución todavía se sigue haciendo cola, se utiliza el papel; hay una burocracia pesada. Tenemos que ponernos al día, y en ese sentido somos bastante autocríticos como universidad.