Extranjeros atemorizan a vecinos del Casco Viejo de la ciudad de La Paz
Los habitantes de la zona piden mayor control policial y se organizan para defenderse de los antisociales
Los vecinos de las calles Genaro Sanjinés, Catacora y Calama se encuentran preocupados debido a una serie de asaltos que han sufrido durante los últimos días.
Aproximadamente a las 19.20 del viernes 8, el vecino Luis G. acudió a una farmacia en busca de un medicamento para un malestar agudo, pero al estar cerrada se dirigió a una tienda cercana. Antes de retornar a su casa fue interceptado por dos varones y dos mujeres, quienes le pidieron dinero. Al negarse, él fue golpeado y escapó metiéndose a una zapatería cercana.
“Me auxilio el zapatero, pero ellos metieron la puerta y me tenían ahí dentro, me dieron un planchazo en el rostro, uno de ellos tenía un arma punzo cortante que me hirió el dedo”. Una de las mujeres le quiso rascar el rostro a Luis G. hasta que un vecino auxilió llegó para auxiliarlo y se hizo pasar por policía. Al irse, los atacantes fueron seguidos e ingresaron a un hostal.
Al día siguiente, un joven también fue atacado y apuñalado en la zona; la víctima hizo la denuncia en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen y Luis G. también aprovechó para presentar su queja formal. Fue entonces que los vecinos se enteraron que hubo otros afectados. Es más, uno de éstos denunció que le robaron uno de sus bonos del Estado.
Luis G. (quien según el informe forense tiene tres días de baja, eso sin contar las heridas en la nariz, puesto que no lo vio un especialista) afirmó que el teniente Diego Molina gestionó un raudo operativo policial, tras el segundo asalto. En la redada, se detuvo al menos a una decena de extranjeros en la zona.
“Exigimos que la Policía nos brinde seguridad y haga operativos en los alojamientos y hostales de la zona para ver si los extranjeros alojados cuentan con documentos y principalmente verifiquen si no cuentan con malos antecedentes”, refirió a La Razón una de las vecinas.
La zona, ubicada en cercanías de la plaza Riosinho, es parte del casco antiguo de la ciudad de La Paz, donde vive gente de la tercera edad y usualmente por allí caminan personas invidentes, puesto que en la calle Pisagua está la Casa Hogar de ciegos Alfredo Sánchez.
Además, en el último tiempo también los extranjeros han amedrentado a la población tocando timbres y golpeando puertas en las noches.
Durante los conflictos sociales de octubre y noviembre en el país también se registraron hechos delincuenciales similares, señala Raúl M. Ahora, ellos han decidido organizarse y defenderse ante estos actos delictivos. Han colgado dos muñecos y colocado letreros de advertencia, indicando que la vecindad no permitirá más ataques contra sus habitantes.
Los vecinos también solicitan ayuda a la Secretaría de Seguridad Ciudadana y al cuartel Calama (ubicado en la calle del mismo nombre) para resguardar el Casco Viejo de la ciudad.