Medio siglo dedicado a la producción plástica visual y 80 años de vida del pintor boliviano Alfredo La Placa fueron celebrados el jueves con la inauguración de la muestra Tramas, en el Museo Nacional de Arte de la plaza Murillo.
Las obras Mutante de 1973, Ensamblaje II de 1980 y Color Cautivo que data del 2002 forman parte de una recapitulación de pinturas creadas durante cinco décadas, en las que el artista plasmó sus deseos y vivencias, su mirada de una realidad exterior con ojos de su mundo interior.
Minutos previos a compartir el brindis de honor, con quienes llamó sus entrañables amigos, Alfredo La Placa, visiblemente emocionado y feliz, aseveró: «Para mí, el poder acercarme a las obras que hace años no veo y por poco no reconozco (sonríe) es muy significativo y evocador, por ello, deseo que cause el mismo efecto en ustedes».
Algunos de los que degustaban los cocteles y bocaditos y recorrían la sala de la exhibición que durará hasta el mes de mayo, confesaron a esta reportera que sentían que el tiempo se detenía mientras se empapaban no sólo de la muestra pictórica, sino también de las imágenes proyectadas en un video, que mostraban al protagonista de la velada trabajando y disfrutando de algunos de los paisajes de su tierra natal, Potosí.