Kenneth Bell finaliza su misión diplomática en Bolivia
Quien conoce a Kenny puede asegurar que es un diplomático que ha hecho de La Paz un espacio propio. Su forma simpática de referirse a los amigos como “Jefe”, jugar fútbol y desenvolverse con gran naturalidad en todos los ambientes, ha permitido construir grandes y sinceras amistades que seguramente perdurarán en el tiempo. Supimos que el Estado Plurinacional lo condecoró con la máxima distinción, muy merecida por cierto, por su aporte a través del fortalecimiento de las relaciones entre la Unión Europea y Bolivia. No cabe duda de que la familia Bell tendrá un lazo permanente con nuestro país, muestra de ello es la próxima visita de Valentina, quien participará en el Carnaval de Oruro 2013. Desde esta columna, los mejores deseos para estos amigos en Bruselas.
Luego de cuatro años en el cargo de embajador y jefe de la legación de la Unión Europea ante el Estado Plurinacional de Bolivia, Kenneth Bell finaliza una impecable misión. Con este motivo ofreció, junto a su esposa Valentina y sus tres hijos, una recepción para despedirse de autoridades gubernamentales, su equipo, conciudadanos y amigos bolivianos.
En las palabras de ocasión hizo mención a su paso por Bolivia, país que sin duda dejará huella tanto en su vida profesional, como personal. Fueron sorprendentes las muestras de cariño ofrecidas por los presentes, muchos de ellos compañeros de trabajo que, a medida que transcurría el discurso, iniciaron un coro que decía: “¡Kenny no se va!, ¡Kenny no se va!”.
La velada transcurrió entre abrazos, despedidas y promesas de prontos reencuentros.