Los embajadores del Japón se despiden de Bolivia
Toshio Watanabe vivió intensamente su misión diplomática en nuestro país, lo recordamos apasionado con los casi 100 años de cooperación del Japón, visitando proyectos a lo largo y ancho de Bolivia; como un gran bailarín de ritmos folklóricos y como un anfitrión que rescató la cultura nipona a través de la música, la danza y la gastronomía. También fuimos testigos de los difíciles momentos que le tocó vivir con el terremoto que sacudió al Japón en 2011, mas la entereza y dignidad con la que su pueblo se comprometió a la reconstrucción fue merecedora de reconocimientos públicos. Bolivia confirió a Toshio Watanabe la máxima distinción: el Cóndor de los Andes, en Grado de Gran Cruz, en reconocimiento al compro-miso y la impecable misión realizada en nuestro país. Agradecido, el distinguido mencionó en sus palabras que la medalla ocupará un lugar preferencial en su hogar en Japón. Su esposa Keiko, que trabajó arduamente desde la presidencia de las Damas Diplomáticas, sin duda complementó el éxito de la representación. Desde esta página, un hasta pronto a estos queridos amigos.
Toshio Watanabe, embajador del Japón ante el Estado Plurinacional de Bolivia, ofreció, junto a su esposa Keiko, una recepción con motivo de la finalización de su misión diplomática en el país. Cientos de invitados fueron convocados para acompañar a estos apreciados amigos, que en su última recepción no descuidaron ningún detalle.
Como ya es tradición en la residencia japonesa, los anfitriones dieron cordialmente la bienvenida a cada uno de los asistentes, llevando Keiko un maravilloso kimono. La gastronomía japonesa tuvo un espacio preferencial en una mesa con variedad de sushis y tempuras ofrecidos a los presentes.
No fueron necesarios discursos de despedida, ya que la pareja fue merecedora de buenos augurios, deseos de éxito y reencuentro de parte de cada uno de sus invitados.