Toshio Watanabe, embajador del Japón ante el Estado Plurinacional de Bolivia, ofreció, junto a su esposa Keiko, una recepción con motivo de la finalización de su misión diplomática en el país. Cientos de invitados fueron convocados para acompañar a estos apreciados amigos, que en su última recepción no descuidaron ningún detalle.
Como ya es tradición en la residencia japonesa, los anfitriones dieron cordialmente la bienvenida a cada uno de los asistentes, llevando Keiko un maravilloso kimono. La gastronomía japonesa tuvo un espacio preferencial en una mesa con variedad de sushis y tempuras ofrecidos a los presentes.
No fueron necesarios discursos de despedida, ya que la pareja fue merecedora de buenos augurios, deseos de éxito y reencuentro de parte de cada uno de sus invitados.