En los jardines de la residencia italiana, el embajador Luigi De Chiara, junto a su esposa Idoia Uribarri, ofreció una recepción con motivo de celebrar la Fiesta Nacional de su país. Una gran concurrencia, entre autoridades de Gobierno, representantes del cuerpo diplomático, amigos bolivianos y ciudadanos italianos, disfrutó del encuentro.
En el acto central, el anfitrión hizo uso de la palabra destacando la historia de las relaciones entre Bolivia e Italia, sobre todo en cuanto a temas de cooperación e inversiones. Seguidamente los presentes disfrutaron de la tradicional lasaña italiana, amenas charlas y gratos reencuentros.
Aunque a primeras horas de la mañana muchos se preguntaban cómo llegarían a la Fiesta Nacional de Italia, debido a que por el paro de transporte la ciudad estaba prácticamente paralizada, el evento tuvo una numerosa convocatoria. La coyuntura no restó la presencia de muchos amigos, pero sí, como comentó el embajador Luigi De Chiara, impidió poder contar con algún elemento italiano como es tradición, en este caso la exposición de los modelos Fiat 500. Estos embajadores, en los años que llevan en Bolivia, han impuesto un sello diferente a la celebración de sus fiestas nacionales, tales como la ausencia de la entonación de los himnos patrios y el ofrecer un menú basado en la cocina tradicional italiana, que hizo sentir a todos como en casa.