Ariel Basteiro se despidió de Bolivia
Volver, el tango de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, resonó con las notas del bandoneón de Álvaro Ibáñez, en el salón Illimani del Real Plaza Hotel. Los asistentes, entre amigos, residentes y autoridades argentinas, corearon apasionados el “Yo adivino el parpadeo/ de las luces que a lo lejos/ van marcando mi retorno…”, en la despedida del embajador Ariel Basteiro y de su esposa Laura Crespo. El diplomático culminó la misión en el país y en su discurso de este viernes por la noche dijo: “Me llevo a Bolivia en el corazón, a su gente, que es muy sensitiva y su gobierno… después de tres años y cuatro meses”. También recalcó que se va satisfecho, porque en el tiempo de su estadía desarrolló varias tareas con las organizaciones sociales, culturales, con Derechos Humanos y otras representaciones. Tras los aplausos y buenos deseos, los asistentes compartieron un grato momento hasta casi la medianoche.