La Paz consume cerdos faenados en mataderos ilegales de El Alto
Riesgo. Los animales son carneados sin condiciones mínimas de higiene y control
El piso, de cemento, está mojado por todo lado y las paredes son de ladrillo visto. En un rincón hay un recipiente metálico con forma de perol donde hervirá agua para despellejar a los cerdos. Al lado del animal carneado hay dos baldes con unos 20 a 30 litros de agua cada uno que servirán para lavar a varios porcinos más.
A unos tres metros del lugar al menos dos decenas de cerdos esperan su turno revolcados en sus inmundicias. Una rampa llevará a cada animal hacia su destino, cuando el matarife les dé un combazo en la cabeza para aturdirlos y luego, de un cuchillazo en el corazón, quitarles la vida.
El matadero clandestino es de Martín Quispe, quien compra animales en granjas de Cochabamba. Los cerdos irán a parar a los puestos de venta de la Garita de Lima.
Quispe vende 40 chanchos los jueves y otros 40 los viernes en el populoso mercado paceño y todos son carneados en su inmueble, en la calle Estanislao Torres, de la zona Tunka, que queda frente a la Av. 16 de Febrero, en el norte de El Alto, camino a Laja.
En La Paz, el único lugar autorizado para carnear estos animales es el matadero de Achachicala. Años atrás, explica su administrador, Juan José Méndez, el lugar llegó a faenar dos mil cerdos al mes; sin embargo, desde el 2007 la cifra disminuyó.
«En diciembre hemos carneado los últimos, ya no entra ni un chancho», dice Méndez quien aclara que ahora los animales son faenados en el matadero municipal Los Andes, de El Alto, aunque la gran mayoría en sitios clandestinos como el de Quispe.
En Los Andes se carnean, de lunes a sábado, unos 50 cerdos, y de éstos el 30 por ciento (unos 15 animales) va al mercado paceño, el 10 por ciento a provincias de La Paz y Oruro y el resto se comercializa en El Alto. Así las cosas, el mercado paceño se abastece con la carne de los mataderos clandestinos que trabajan en condiciones mínimas de higiene, lo que representa un riesgo para la salud del consumidor (ver nota de la página siguiente).
Las vendedoras instaladas en la zona de la Garita de Lima, reconocen la procedencia de los porcinos. «El animal llega de pie y son faenados en mataderos clandestinos ubicados en El Alto. Pero la carne es garantizada», dice una de ellas.
Doña Victoria, que vende hace 40 años, agrega que los cerdos vienen de Santa Cruz y Cochabamba y son carneados «en mataderos de El Alto».
En la vecina ciudad, con excepción de Los Andes, el resto de los lugares no tiene las condiciones. Frente al matadero de Quispe hay otro sitio similar, en donde trabajan Juan Velasco y su esposa, Marta Huanca.
Cuando La Razón visitó el lugar, el miércoles, la sangre corría por el piso de cemento y manchaba el cuerpo de tres chanchos tirados en el suelo. Este periódico participó en un operativo de la Intendencia alteña junto a funcionarios de Zoonosis, Recaudaciones e Higiene de la Alcaldía.
«No pues jefe, qué pasa pues», dice Juan Velasco sin dejar de quitarle el pelo a un chancho que tiene medio cuerpo sumergido en agua ensangrentada y caliente.
«Ahorita voy, no se me vaya a cocer el animal», comenta riendo. Pese a la presencia de los funcionarios ediles, Marta sigue en sus asuntos. Con dos certeros cortes casi saca una pata de otro cerdo que yace con la panza abierta y sin tripas sobre el suelo. Su hija, que no supera los tres años, camina por los restos de los animales y la sangre sin inmutarse. Al igual que su mamá y su papá, protege sus pies con botas de goma. Al fondo, en un rincón, alejado de todo, hay un bebé de menos de un año.
A metros de ahí, un grupo de cerdos reposa y se recupera del viaje de Cochabamba. «Éstos llegaron ayer (martes), son 110 chanchos, Ayer carneamos 15», dice Velasco. Eso sí, aclara que estos animales son para la Ceja, para la tienda del dueño del matadero clandestino.
Intendencia. La Intendencia de La Paz está al tanto de la existencia de mataderos clandestinos que proveen de carne a los mercados paceños. Por esto, dice el comandante de la Guardia Municipal de La Paz, mayor Augusto Russo, se realizan operativos diarios en la zona de la Garita de Lima para controlar el estado de la carne.
«Según conocemos, en La Paz no hay mataderos clandestinos, tampoco hemos recibido denuncias, pero sabemos que hay en El Alto (..) Estamos en constantes operativos».
El administrador del matadero alteño, Domingo Buitre, conoce que hay mataderos ilegales y cuenta que en diciembre «hemos detectado por lo menos nueve de estos sitios que trabajaban en casas o terrenos de manera artesanal y donde mataban a los chanchos en el suelo. Se debe controlar esto porque se pone en riesgo la salud de la población».
¿Por qué se faena en estos sitios? Méndez y Buitre reconocen que es porque la gente quiere evitar gastar algunos pesos más.
«Quizás por ahorrarse el dinero para pagar el servicio del matadero municipal, mucha gente prefiere matar clandestinamente a los chanchos», dice Buitre, quien acota que para carnear a un porcino en Los Andes, se pagan ocho bolivianos al matadero y otros ocho al ayudante.
Carnean corderos en plena calle
Otros animales, como corderos y hasta llamas, son faenados en plena vía pública en El Alto aprovechando días de ferias, dice el intendente municipal de la vecina ciudad, Juan Ferrufino. «En la misma feria de venta de animales aprovechan para no transportar a los animales (hacia el matadero), ya que si los llevan en vehículos esto sería mayor costo. Entonces los faenan ahí». Agregó que la Intendencia ha descubierto esto en la Feria de Ramos y en otras que se realizan en distritos alejados.