Tres patologías arriesgan la salud del consumidor
La carne del chancho se puede contaminar con las propias heces del animal.

La Paz
El faenado de porcinos en mataderos clandestinos pone en riesgo la salud del consumidor, ya que la gente puede enfermar con salmonelosis, fiebre tifoidea o cisticercosis.
El director de la Unidad de Control Sanitario y Zoonosis de la Alcaldía paceña, Gonzalo Uscamaita, dice que el riesgo es la contaminación higiénico-sanitaria debido a que la carne puede «embarrarse» con heces del animal cuando es carneado.
«La persona puede tener dolor abdominal y sufrir salmonelosis y llegar a la fiebre tifoidea». Por eso, el animal debe ser cortado y destripado colgado de ganchos, lejos del suelo, lo que no ocurre en los sitios ilegales.
La cisticercosis es otro de los riesgos, advierte el veterinario de la Guardia Municipal de La Paz, Miguel Ángel Selaez.
Enfatiza en que en los mataderos clandestinos no hay veterinarios que revisen el estado del animal, como ocurre en los sitios legales, y por esto puede salir a la venta carne contaminada con cisticerco.
«Cuando el animal está siendo manipulado de manera antihigiénica y sobre su mismo excremento o excremento humano, el parásito se instala en el organismo».
Otro problema surge porque el animal no muere de buena forma lo que deriva en que su organismo emane toxinas a causa del estrés. «Esto es contaminante para el ser humano».
El administrador del matadero de la ciudad de La Paz, Juan José Méndez, coincide con Uscamaita y dice que «la carne se daña» cuando el animal está estresado.
Un foco de infección se da cuando se saca el pelo del animal en grandes recipientes metálicos con agua caliente. Es posible que el líquido no esté lo suficientemente limpio ni a una temperatura adecuada.
La regla es cambiar el agua por cada siete chanchos; sin embargo, en los mataderos clandestinos que funcionan en El Alto el líquido se llega a ocupar hasta para 20 animales.
Sanciones que reciben los dueños
Los dueños de los mataderos ilegales tienen 72 horas, desde el operativo para presentar la documentación que avala el funcionamiento. Como no la tienen, se exponen a la clausura y a una multa de 2.500 unidades de fomento a la vivienda (Bs 1,5 cada una). Además, pagan Bs 300 bolivianos como multa por higiene.
Las caseras dicen que la carne es garantizada
Vendedoras de carne de cerdo de la Garita de Lima dicen que su producto es garantizado y se quejan porque la venta es menor que la de años pasados.
La Razón conversó con siete vendedoras que comentaron que comercian hasta 21 cerdos al día que son faenados en mataderos de El Alto. En esta ciudad sólo el matadero Los Andes cuenta con autorización para funcionar.
Filomena, quien comercia con carne de porcino desde hace 36 años, comenta que pese a que al paceño «le gusta comer chanchito», ella vende actualmente «apenas» dos cerdos al día.
«La venta está vacía, no hay plata. Los chanchos son garantizados, los traemos de granjas de Santa Cruz».
Wilma, con 15 años en el rubro, también dice que el comercio está decayendo, aunque reconoce que en estas fechas «siempre es así y que luego volverá a subir».
«Ahora no vendo mucho, unos cuatro a cinco chanchitos al día. Los traemos de Santa Cruz, más garantizados, vienen de granja, es más suavito, sin grasa».
Unos puestos más allá está Marcela, quien tiene 40 años en el rubro. Al igual que sus compañeras, comenta que la gente prefiere el cerdo de Santa Cruz que el de Cochabamba, «porque tiene carne más suavita y sin grasa».
«La venta está bien no más. Vendemos hasta 10 chanchos los fines de semana y entre dos y tres los días ordinarios. Los chanchos llegan vivos y son faenados en mataderos de El Alto».
Otra de las comerciantes extraña los tiempos pasados, cuando «hasta 10 y 15 chanchos vendíamos. Ahora la gente compra de uno, de dos kilitos. Muy baja está la venta».
Alicia, con 30 años como vendedora, también dice que «hay poco movimiento» y que «la venta ahora está más o menos» y su compañera Juana, con cuatro décadas en el comercio, dice que ahora los precios y la demanda han «rebajado mucho. Apenas dos chanchitos hemos cortado, al día vendemos».