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La familia de Frías teme por su vida en Chonchocoro

A casi dos meses de la explosión de una granada en su celda y luego de someterse a una intervención de urgencia, el reo Rodrigo Frías fue enviado de regreso a Chonchocoro; sus familiares temen por su vida.

El 14 de marzo, Frías y otros dos reclusos sufrieron el atentado, atribuido a un grupo de reclusos en pugna por el poder dentro del penal. Roberto fue el más afectado. Las esquirlas prácticamente le destrozaron en área abdominal, por lo que debió ser operado de urgencia. Se le redujo el intestino delgado, pero el órgano aún se encuentra fuera de su cuerpo y él necesita cuidados especiales.

«Debe cumplir  una dieta estricta y normas de higiene y control, pero el juez Emilio Andrade decidió su remisión a Chonchocoro, cuando se demostró que podía mantener detención domiciliaria hasta su recuperación», reclamó un familiar.

La decisión del juez se cumplió el lunes en la noche y sus familiares lo fueron a ver ayer  para comprobar su estado de salud y llevarle comida.

«En la audiencia, Rodrigo le dijo al juez que si volvía (al penal) lo iban a matar, le pidió por humanidad que lo no envíe, pero no hubo caso, todo estaba preparado», agregó.

Frías ocupa una celda con resguardo policial, pero «nos contó que cuando llegó ya recibió amenazas y no podemos asegurar que la Policía lo cuide de noche». Sus familiares temen de un grupo de extranjeros, «mandado por un boliviano».

Sus parientes deben ir cada día a Chonchocoro para llevarle dieta blanca y cambiarle la bolsa, pese a que los días de visita son jueves, sábado y domingo. «Hoy (ayer) gastamos Bs 100 en taxi porque no hay transporte y hay que estar temprano», acotó el allegado.