Este mayo se cumplen 25 años del descubrimiento del agujero en la capa de ozono sobre el continente antártico. Cuando el equipo del British Antartic Survey publicó su hallazgo en la revista Nature, en 1985, advirtió que el agujero podría expandirse a otras partes del mundo, informó la BBC.
La capa de ozono es la encargada de proteger a todas las criaturas del planeta del efecto nocivo de los rayos ultravioletas del sol. Por esta razón, advirtieron en ese entonces los científicos, si su tamaño continúa creciendo —debido al uso de clorofluorocarbonados, unos gases utilizados comúnmente en los aerosoles— aumentarán también los casos letales de cáncer en la piel a causa de la exposición de las personas a los rayos solares.
Símbolo. El descubrimiento realizado por Joe Farman, Brian Gardiner y Jonathan Shanklin se convirtió en un símbolo de la fragilidad de la Tierra y en un emblema de la lucha de los ambientalistas.
La seriedad de la amenaza ambiental fue tal que dos años después de que se publicara el estudio, en la revista Nature, se firmó el Protocolo de Montreal, que prohibió el uso de sustancias químicas como los clorofluorocarbonados y obligó a los científicos a buscar alternativas para reemplazarlos. Sin embargo, todavía se usan.