En equipo, personal médico y mamás salvan a los neonatos
Maternidad. Un área del Materno Infantil acoge a los bebés con complicaciones
‘Es una niña, ¡felicidades señora!’, dice el médico tras practicar una cesárea en el Hospital Materno Infantil. Dos horas después, la neonata presenta complicaciones y es internada en Cuidados Intermedios, donde salubristas y madres se unen para salvar la vida de los bebés.
La sala de Cuidados Intermedios tiene capacidad para tratar a 15 neonatos, pero ante la necesidad podría albergar a 16. Tres licenciadas en Enfermería atienden a los bebés por la mañana y la tarde, y otras dos lo hacen durante la noche. Además, cerca de ocho especialistas están siempre al pendiente de los niños.
Pero igual de importante es la labor que desempeñan las mamás, que, a diferencia del pasado, hoy son una pieza clave de este equipo.
«El trabajo en equipo existía hace tiempo, pero está mejorando, ya que hay enfermeras especialistas. Además, antes no había ingreso de las mamás, eso cambió cuando se dijo que ellas ayudan (en la recuperación del bebé), por eso mientras más madres tengamos en el área es mejor, empezando por la alimentación del bebé», afirma Andrés Bartos, coordinador de Neonatología.
Bartos explica que la prematuridad es la principal causa por la que los bebés deben ingresar a Cuidados Intermedios; la asfixia por alguna dificultad en el parto es la segunda, y la dificultad respiratoria, la tercera.
Inclusión. Las mamás que permanecen al lado de sus bebés en Terapia Intermedia ocupan un ambiente contiguo, en un área reservada para ellas. Todas, vestidas con batas de color celeste, acompañan minuto a minuto la evolución de sus hijos. «No es fácil, pero hay que ser fuerte, si mi bebé está luchando por vivir yo no puedo flaquear, aunque a veces me faltan fuerzas y paciencia», cuenta una.
Una buena parte de su tiempo es empleado en extraer su leche materna para que este alimento sea suministrado a sus bebés a través de una sonda. El lugar sirve también para hacer terapia grupal. Cada día llega al menos un bebé y con él una madre desesperada, pero ahí está el resto de las mamás que le dan ánimos. Ellas pasan horas conversando, bromeando y muchas veces llorando.
Según el especialista, la ciencia demostró que el contacto del bebé con la madre disminuye la mortalidad infantil.
Cuando este contacto se produce, «el niño necesita menos oxígeno, engorda más con la misma cantidad de comida y si hay problemas de corazón se estabiliza». Un apapacho puede ser más efectivo que un inyectable, agrega.
Por ello, una de las primeras instrucciones de los médicos del área a las madres es asumir el rol de «mamá canguro», es decir que, por primera vez, ella sentirá la piel de su bebé en su pecho descubierto.
Cada uno de los bebés que ingresa a Cuidados Intermedios es identificado por el apellido de la madre, pero Julia Arroyo, licenciada en Enfermería, usa su ingenio y los «rebautiza». «Tú guapo tienes cara de Carlos, sí, serás mi Carlitos», le dice a un neonato mientras le cambia el pañal. «Aprendí que a los niños hay que tratarlos como las personas que son, que sienten, les pongo nombres, ellos graban mi voz y cuando van mejorando dirigen la mirada hacia mí».
Blanca Laruta, su colega, se encarga, entre otros, del aseo de los niños bajo una pila de agua tibia llamada «la regadera». «Los bebés necesitan a una persona que no sólo les ponga suero o les dé medicamentos, sino que les cobije con cariño, lo que a veces las mamás no pueden hacer», cuando aún están en recuperación. Pero al final, cuando un bebé se va lo llaman «el graduado».
La atención en la sala de terapia intermedia
El área de Terapia Intermedia Neonatal acoge a recién nacidos que deben permanecer internados para completar su crecimiento ponderal y madurativo hasta lograr su recuperación definitiva y ser dados de alta. Su situación no es tan crítica como la de los bebés que llegan a Terapia Intensiva. La etapa de transición entre la internación y el retorno a casa es evaluada cuidadosamente por los médicos a fin de prevenir situaciones que repercutan en la salud de la madre y del niño.