Suben la autoestima con modelaje
Teoterapia. Un centro brinda ayuda sicológica con apoyo de la palabra de Dios

La bulimia ya es cosa del pasado para Claudia Cabrera, una médica de 26 años. Ella cuenta que superó su problema gracias a la teoterapia que realizó en el centro religioso integral Centi Bolivia y que emplea el modelaje, entre otras técnicas, para subir la autoestima de las personas.
«Estoy estable, tranquila, me siento bien con mi imagen, 200 veces por ciento feliz, orgullosa de mis logros, de mí misma, de tener a mi familia conmigo. De hecho, soy una mujer exitosa», comenta Claudia.
El problema empezó a sus 12 años y lo superó hace dos. En el peor momento llegó a vomitar hasta siete veces al día, «así haya comido sólo un fideo». Ella pensaba que así tendría «un cuerpo esbelto».
Claudia recibió ayuda del Centro Boliviano Teoterapia Integral (Centi Bolivia) que funciona hace 26 años en Bolivia y 46 en más de 40 países.
La institución cristiana ofrece teoterapia, cuyo objetivo es mejorar la autoestima de las personas para que puedan encontrar su «verdadera belleza», la belleza interior, dice la directora del centro, Leonor Espinoza.
La teoterapia se entiende como «un tratamiento de Dios para el hombre» que trabaja con terapia sicológica, la Palabra y otras técnicas. Se busca un equilibrio en las dimensiones espiritual, física y sicológica de la persona. Las reuniones son los martes, jueves y sábados en la sede de Centi, en la calle Belisario Salinas, en la zona de Sopocachi de La Paz.
«Este ministerio logra restaurar vidas en parejas, familia, mujeres, niños, personas de la tercera edad, queremos recuperar hogares, la autoestima de las personas y un cambio interno y externo de su imagen, ya son 70 personas que participan».
El modelaje busca incorporar a personas, sobre todo jóvenes, para que vayan «sanando lo interior que se refleja en lo exterior. Hay gente muy deprimida que pierde el interés por su apariencia personal y la teoterapia, de la cual forma parte el curso, ayuda», dice Espinoza.
A principios de año se organizó un curso de modelaje, como parte de la teoterapia, que incorporó a 15 mujeres de distintas edades. Su máxima prueba será hoy, cuando todas se presenten en un desfile de modas que se realizará en la Universidad Real. Para más detalles ver la nota de apoyo.
Como Claudia, otra de las que modelará es Ana María Jayasi, de 38 años, quien llegó al centro agobiada por la depresión.
Recuerda con amargura el papel de madre y padre que asumió al tener que trabajar para cuidar a sus hermanos menores, debido a que su mamá no ganaba lo suficiente y su papá los había abandonado. Se dedicó a cuidar a su familia, olvidándose de sí misma.
«Me frustraba esa situación porque no estudié entonces y egresé el 2001 (de Informática), luego de ocho años en la universidad. Toda la carga la tuve yo y debía trabajar, mi padre no nos ayudó por más que yo se lo pedí», señala entre lágrimas.
El año pasado sufrió un duro impacto cuando murió su madre; sin embargo, la teoterapia le ha ayudado. Ahora, se siente «importante y valora todo lo que he descubierto en mí». Mientras encuentra un trabajo en el campo de su profesión, administra un negocio y se dedica al arreglo de uñas.
CENTI opera hace 46 años
El Centro Internacional de Teoterapia Integral fue fundado por misioneros de la Cruzada Estudiantil y Profesional de Colombia. Integrantes de la entidad realizan visitas a varios países para difundir su obra ministerial con mensajes divinos.
Lucieron su ‘verdadera belleza’ en un desfile
Quince mujeres de diversas edades realizaron anoche una demostración de sus habilidades para modelar en pasarela. Sin embargo, el de ayer no fue un evento más, sino que, a diferencia de otros similares, se centró en lucir «la verdadera belleza».
El acto se desarrolló en el salón de recepciones de la Universidad Real con el concurso de las mujeres que acuden a las teoterapias que brinda Centi Bolivia.
La gala llevó el nombre de «Mujeres Agentes de Paz», dijo la directora del centro, Leonor Espinoza. Cada una de las participantes lucía reluciente, muy segura de sí misma y alegre, según el comentario de las personas que asistieron a la presentación.
Espinoza valoró la importancia de este primer desfile, en el que modelaron desde niñas hasta una mujer de 70 años para mostar «su verdadera belleza, la del corazón, que se refleja en la belleza externa». Para ello aprendieron nutrición, técnicas de vestir, elegancia, etiqueta y belleza facial. Se mostró ropa sport, juvenil, de noche, calzados y atuendos folklóricos de Totto e importaciones Santa Cruz.