Danner no oye, se comunica con señas
Su profesor dice que es el mejor del curso. Él y sus compañeros le ayudan
Con lenguaje de señas, Danner Calle (5) pregunta a su profesor Ramiro Yujra si debe copiar la tarea del pizarrón. El maestro asiente con la cabeza mientras su compañero Cristian (6) le responde, también con señas, «debemos copiarla toda».
Danner es sordo y utiliza la comunicación no verbal con sus compañeros y profesores de la escuela de Villa Alemania de El Alto, que también han aprendido este lenguaje de señas.
Yujra cuenta que Danner es el mejor estudiante y para que capte en la clase recurre a los dibujos y colores vivos de tiza al escribir oraciones en la pizarra.
Son las 11.00 del jueves 13 de mayo y los chicos de primero A aprenden la letra «b». Sobre la mesa con forma de polígono que ocupa Danner y otros cinco compañeros hay cuadernos algo arrugados y con borrones, dos gomas y un tajador.
«Lo que más me gusta es correr», responde con señas luego de que su profesor «traduce» la pregunta de la periodista de La Razón. Por eso, a Danner y sus amigos, entre ellos Cristian, les gusta jugar al «pesca pesca» en la hora del recreo.
En medio de la diversión, otros tres compañeros les piden –con el movimiento de sus manos– ingresar al juego. Jalones de chompas, algunos leves empujones… y el correteo continúa hasta el final del descanso. Suena el timbre y Cristian abraza a su amigo. Es la señal de que hay que volver al aula, en el segundo piso.
La mamá de Danner, Lidia Tito (32), es cocinera y trabaja en el colegio. Se siente tranquila y feliz por ver cómo su hijo se desarrolla y adapta junto a los demás niños.
«Yo tenía miedo de meterlo aquí, por si me lo iban a discriminar los niños y no pudiera aprender, pero no es así, él es feliz y yo también».
Recuerda que cuando nació, «yo he presentido algo malo, porque él no lloró. Luego le comprábamos juguetes con su papá, pero él no escuchaba, el pediatra me dijo que su tímpano estaba roto».
«Mi hijo sí puede, en educación física corre y hace deporte, en casa tiende su cama, lava los platos, me ayuda», señala la madre con los ojos húmedos.
El niño es independiente y le gusta ver televisión. Por las mañanas se asea, viste y peina para ir al colegio y, por las noches, no olvida cepillarse los dientes.