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Un incendio devora 500 puestos de La Ramada

Una c´halla provocó un incendio en el mercado La Ramada que dejó como saldo la pérdida de más de 500 puestos y un número similar de familias afectadas que vieron con impotencia, ayer en la madrugada, como el siniestro consumía su mercadería y toda su inversión.

Según algunos damnificados, el fuego se originó en las brasas de un ritual de c’halla efectuado el martes en la noche. La Alcaldía Municipal, tras el desastre, anunció una pausa en las actividades para planificar el reordenamiento de este centro de abasto.

Grupos de delincuentes e inhaladores de clefa aprovecharon el pánico y en medio del incendio saquearon varios puestos de venta con el argumento de «que salvaban su mercadería». Este hecho no pudo ser controlado por efectivos policiales y menos por los comerciantes.

«Estaban borrachos, yo los vi, pero como ellos siempre challan sus puestos de venta. A las dos de la mañana vino el guardia de la calle, gritó y tocó las puertas de nuestras casas y nos alertó del incendió», dijo Elizabeth Jiménez, propietaria de uno de los inmuebles colindantes al mercado. Ella tuvo que evacuar a toda su familia en la madrugada y trataba de aplacar el voraz incendio que fue recién controlado en la tarde.

Los vecinos trataban de apagar el fuego con baldes, botellas y otros objetos. Los bomberos llegaron después y combatieron las llamas a través de bombas de agua.

El acceso de los motorizados de la unidad policial se complicó por el asentamiento de casetas en plena calle, que dejó sin espacio el ingreso de vehículos.

 PÉRDIDAS. El fuego consumió al menos tres cuadras de puestos de venta y afectó a una veintena de viviendas. Se estima que en ese sector había más de 500 casetas, además de tiendas comerciales instaladas en domicilios particulares.

El panorama en la tarde fue desolador y los comerciantes trataban de rescatar lo poco que quedaba de sus casetas y tiendas comerciales.  

Muchos puestos quedaron reducidos a cenizas, los comerciantes lloraban de impotencia al no poder recuperar nada de su mercadería. Observaban atónitos cómo el fuego devoraba sus casetas y en muchos casos se lamentaban por la pérdida de su inversión de muchos años.

«He perdido mi trabajo de ocho años, nosotros teníamos una tienda de elaboración de cotillón y tarjetas para todo acontecimiento social; habíamos invertido al menos unos 15 mil dólares y debemos al banco todavía», dijo Rafael López.

Desconsolada lloraba otra comerciante, que decía «cómo voy a mantener a mis hijos ahora, este puesto es todo lo que tenía para criar a mis hijos». La zona quedó sin energía eléctrica por ocho horas. Al promediar el mediodía se consiguió controlar el incendio.

La Ramada es el mercado considerado como el más grande del centro de Santa Cruz; ayer todas las tiendas y casetas que se salvaron del siniestro estaban cerradas. Los comerciantes custodiaban sus puestos de venta para evitar los saqueos en aquellos afectados por el fuego.

El incidente dejó al menos tres bomberos heridos, según el informe del Oficial Mayor de Seguridad Ciudadana, José Canudas.

«Dos bomberos sufrieron un percance por el humo inhalado y otro cayó desde el segundo piso de un inmueble donde estaba tratando de sofocar las llamas», recalcó.

Canudas añadió que los tres efectivos se encuentran estables y que, en las siguientes horas, los médicos determinarán cuántos días de baja tendrán cada uno de ellos. 

Lamentó que en el lugar no haya hidrantes y bombas que permitan cargar agua. «En la zona, estas fuentes de agua se encuentran en lugares alejados e inaccesibles para los carros bomberos», dijo el funcionario. Recordó que antes se habló de la necesidad de contar con extinguidores.

La alcaldesa, Ana María Encinas, informó que en una reunión con las instituciones involucradas como la Prefectura, el Ejército, la Cooperativa de Electrificación Rural (CRE), COTAS, la Fiscalía y la Policía, se analizará la aprobación de una ordenanza municipal para declarar en pausa al mercado hasta que se aplique el reordenamiento y se pueda ubicar a los comerciantes.

Acciones contra el desastre

La avenida Grigotá, entre el primer y segundo anillo, fue cerrada por la Policía para evitar el caos vehicular y para que los comerciantes puedan sacar sus mercaderías y casetas hasta un lugar seguro.

La Alcaldía cruceña se encargó de recoger los fierros retorcidos y los escombros, que dejó el voraz incendio, con el uso de tractores, volquetas y palas cargadoras.