Siete de cada 10 diabéticos en La Paz tiene origen indígena
Uno de los mitos sobre la diabetes indica que esta enfermedad es de los ricos; pero esta creencia queda atrás, debido a que el 72% de las personas que padecen el mal en La Paz, siete de cada 10, tienen origen indígena, según la Encuesta Nacional de Diabetes.
La poca atención que dan los gobiernos y también las organizaciones internacionales a las enfermedades no transmisibles, fue analizada en la Cumbre Mundial de la Diabetes, desarrollada entre el 29 de junio y 2 de julio de este año en Salvador de Bahía, Brasil, con el auspicio de la Fundación Mundial contra la Diabetes (WDF, por sus siglas en inglés) y del Ministerio de Salud brasileño. La Razón participó en el evento.
Anil Kapur, director ejecutivo de la WDF, afirma que el mito de que las enfermedades crónicas, entre ellas la diabetes, son de los ricos queda atrás, debido a que el 60% de las muertes a nivel mundial es provocado por males crónicos. Agregó que a nivel mundial hay 350 millones de personas que padecen enfermedades crónicas, de las que el 80% vive en países con economías en desarrollo.
En la cumbre se indicó que los países en desarrollo no tienen un diagnóstico de las enfermedades crónicas, pese a que este trabajo es importante para adoptar políticas de salud. Esa situación se refleja en Bolivia porque la Encuesta Nacional de Diabetes citada arriba fue realizada entre 1998 y 2000. Al margen de esa investigación no hay más datos.
Bolivia. El estudio de diabéticos en el país sólo se limitó a cuatro ciudades del eje central. En él se indica que la prevalencia de esa enfermedad es de 10,7, en Santa Cruz; 9,2, en Cochabamba; 5,7, en La Paz, y 2,7, en El Alto. A nivel nacional, la prevalencia es de 7,2.
El jefe del Programa Nacional de Enfermedades no Transmisibles de Bolivia, Absalón Pacheco, que asistió a la cumbre de la diabetes, informó que ya se terminó de aplicar el programa contra este tipo de males y que actualmente se elabora uno nuevo, para las gestiones 2010-2015.
La nueva norma, que determina las tareas del Ministerio de Salud y de los nueve Servicios Departamentales de Salud (Sedes), será diseñada este mes.
La directora del centro Vivir con Diabetes de Bolivia, Elizabeth Duarte, quien también estuvo en la cumbre de Brasil, sostiene que es necesario «actualizar el estudio porque no podemos trabajar con cifras que están obsoletas, han pasado 10 años, debemos conocerla con números serios en todo el país para establecer políticas».
Además, aseveró que el país vive una transición en salud, debido a que las enfermedades infecciosas aún tienen incidencia en la población boliviana, mientras se ve el impacto de los males crónicos, lo que dificulta la atención. «Somos un país que hace mucho tiempo no ha asumido la salud y educación como pilares para establecer políticas», afirmó.
Entre las causas para contraer la diabetes están las dietas no saludables, obesidad y estilos de vida sedentarios.
DESATENCIÓN. En la misma línea que Duarte, Anil Kapur asevera que los desafíos para los gobiernos con economías en desarrollo son «enormes», debido a que tienen que enfrentar problemas de enfermedades infecciosas como el VIH Sida, la malaria o la tuberculosis, además de la salud materna y el acceso a agua limpia, tienen que atender el incremento de enfermedades no transmisibles.
«El problema es que muchas de estas enfermedades crónicas no están diagnosticadas hasta muy tarde y eso causa un problema, si una persona con enfermedad crónica no recibe atención médica, cuando asiste al centro de salud, llega con complicaciones», sostuvo Kapur.
Indicó que las consecuencias de la diabetes y las enfermedades no transmisibles se convierten en una cadena que afecta a la economía de un Estado porque «la persona (con diabetes) es tan frágil que no puede trabajar y eso afecta la productividad nacional porque su capacidad va a bajar».
Además, el tratamiento para las personas diabéticas representará un gasto para las economías de los Estados y «sólo por tratamiento, los gobiernos van a caer» porque el costo es elevado, aseveró Kapur. Agregó que se debe apuntar a la prevención de los males no transmisibles, para evitar gastos en los tratamientos.
Según estudios mundiales, en 1985 por cada 10 muertes por males infecciosos se producían 34 muertes por enfermedades no transmisibles. Para el 2015 por cada 10 muertes de origen infeccioso, habrá 70 muertos por males no transmisibles.
Costo. Pierre Lefebvre, presidente del consejo de WDF, indicó que el costo promedio de atención a un paciente con diabetes llega a $us 500, desde la internación en un hospital hasta la amputación de un miembro.
En el caso de los 500 dólares, con ese monto se podría educar en prevención de diabetes a 700 personas. «Desafortunadamente, los sistemas de salud no pagan el entrenamiento y la educación básica a la población para evitar esa enfermedad», sostuvo.
Un estudio en América Latina señala que por unidad de carga atribuible a un mal transmisible, en 1990, se dio $us 1,32, mientras que para el cáncer, una enfermedad no transmisible con mayor incidencia, sólo $us 0,05.
La educación, un buen aliado
La educación en prevención de las enfermedades no transmisibles es una de las mejores armas para evitar que personas adquieran males incurables y caros en sus tratamientos, según sostiene un ejecutivo de la Fundación Mundial contra la Diabetes (WDF, por sus siglas en inglés).
«No hay suficientes recursos para el tratamiento, entonces el enfoque que se debe dar es en prevención y atención pública de manera integrada, afirmó Anil Kapur, director ejecutivo de WDF.
Indicó también que se debe trabajar en las escuelas, a nivel de la Primaria, para que los niños, cuando aprendan a cómo prevenir la diabetes, puedan llevar el mensaje a casa.
En Salvador de Bahía, Brasil, hay programas sostenidos de educación en los que se dan a conocer cómo alimentarse de manera sana, cómo detectar algunos síntomas de la enfermedad y cómo cuidarse, si es que ya se vive con el mal.
En la misma línea educativa, Kapur advierte que se debe dar atención especial a las mujeres embarazadas, para que se les advierta que si padecen una enfermedad crónica, puede que su niño tenga el mismo mal. A través de esa información, lo que se busca es que se prevenga y resguarde la salud de su hijo.
Esta misma forma de educación, agregó Kapur, se puede dar en las empresas, donde los empleados deben conocer sobre la alimentación sana y deben combatir el sedentarismo, entre otras tareas.