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La sequía es emergencia desde 2004 y aún no hay soluciones

«Cada año es lo mismo. Llegan estos meses y tenemos que perforar la tierra. A cada familia les damos dos tachos de agua por semana para que se hagan alcanzar. Estamos aburridos de lo mismo, quisiéramos soluciones profundas», explica Ermas Pérez Villalba, alcalde de Caraparí (Tarija), uno de los 17 municipios más afectados por la falta de lluvias en el Chaco.

El drama se cocina bajo un sol radiante que eleva la temperatura hasta los 45 grados centígrados. «Es el Chaco y no llueve», dice Pérez y con sus palabras intenta explicar el lío que deriva en la carencia del líquido elemento.

El 23 de junio del 2010, el gabinete del presidente Evo Morales declaró Emergencia Nacional por la sequía que afecta a 17 municipios del país en Santa Cruz, Tarija y Chuquisaca.

La declaratoria de emergencia es una medida que se repite desde el 2004, cuando Carlos Mesa era presidente de Bolivia. Y, desde entonces, la situación es similar.

El Viceministerio de Defensa Civil se comprometió con La Razón a entregar su propuesta de mitigación de daños, pero esto no sucedió. Por eso, no se tiene un reporte sobre los gastos que se hicieron desde entonces.

Cada año se repite el mismo fenómeno natural (entre junio y noviembre) y los municipios tienen que idear alguna forma de subsistencia. Por eso, cada Alcaldía destina parte de su Plan Operativo Anual (POA) a la disminución de los efectos de la sequía. «Si no usáramos nuestros recursos estaríamos muertos», dice Pérez.

La sequía en el municipio de Boyuibe, en Santa Cruz, afectó a la seguridad alimentaria de las familias indígenas. Pidieron al Gobierno la dotación de raciones de alimentos para al menos 280 familias guaraníes, que perdieron el cien por ciento de su producción.

Todos estos aletazos chaqueños no tienen relación con los planes de mitigación que fue anunciando el Gobierno.

Por ejemplo, en octubre del 2009 el Ministerio de Medio Ambiente y Agua publicó el boletín «El Gobierno trabaja para Chuquisaca» donde menciona: «Se aplican soluciones estructurales de largo plazo a la recurrente sequía y otras amenazas naturales».

Hasta el año pasado, según el Ministerio de Agua, se realizaron 460 obras que habrían beneficiado a 6.809 personas. Pero estas «soluciones estructurales» no han aminorado la cantidad de damnificados hasta la fecha.

Es más, ahora la situación parece agravarse. El alcalde de Macharetí (Chuquisaca), Reynaldo Maraz, explicó que la situación está peor que en la gestión pasada y que la gente debe llevar agua por su cuenta. Aún no se siente la colaboración estatal.
El analista del Programa de Apoyo a la Democracia Municipal (Padem), José Luis España, cuestiona la falta de previsión por parte del Gobierno ante esta desgracia climatológica. «Esta movilización de esfuerzo y recursos (la declaratoria de Emergencia), que desde todo punto de vista es oportuna y necesaria, no está haciendo otra cosa que desnudar una vez más la apuesta, de ciertas esferas gubernamentales, por privilegiar el desarrollo de acciones reactivas y de corto plazo para enfrentar los desastres en desmedro de propuestas orientadas a atacar las causas fundamentales que los originan, como es la reducción de la situación de vulnerabilidad de los municipios del Chaco».

Equipos para hacer pozos

El presidente Evo Morales entregó a la Corporación de las Fuerzas Armadas para el Desarrollo Nacional seis equipos para la perforación de pozos. La Unidad de Explotación de Recursos Hídricos instalará tres centros de perforación en el Chaco, los valles y el altiplano. Cada uno de éstos tiene dos equipos de perforación, un camión cisterna, entre otras unidades.

Pierden más de $us 100 millones

El presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Mauricio Roca, indicó a la Agencia Boliviana de Información que se prevé una pérdida de más de 100 millones de dólares si la sequía continúa afectando al sector ganadero y agricultor del departamento de Santa Cruz.

«Yo estimo que, al paso que van las cosas, los daños van a ser cercanos y mayores en el departamento de Santa Cruz y en cuanto a la zona agrícola y ganadera serán superiores a los 100 millones de dólares». Indicó que se tienen registrados daños irreversibles en toda la zona agrícola de ese departamento, fundamentalmente en los municipios de Pailón, Cuatro Cañadas y San Julián.

Dijo que la ayuda ofrecida por el Gobierno nacional y la Gobernación del departamento de Santa Cruz son bienvenidas, pues solucionan problemas desesperantes en esa región oriental de Bolivia, pero que al mismo tiempo no coadyuvan y resuelven temas estructurales en el país.

Falta de agua  en el Chaco

El año pasado se entregaron 460 obras como «soluciones estructurales»; sin embargo, el número de afectados no ha disminuido. Hay 17 alcaldías en constante riesgo

1. El 2004 intervino Naciones Unidas

En noviembre del 2004 la Organización de las Naciones Unidas puso en marcha un programa de emergencia para captar donaciones y evitar una «crisis humanitaria» a causa de la sequía en el Chaco.

De las 180.000 personas damnificadas, 26.000 eran niños menores de 5 años de las zonas rurales. El 85% de las familias afectadas sobrevive principalmente a base de la agricultura de subsistencia, nutrida por la lluvia. Y, la sequía perjudicó la capacidad de estas familias de producir alimentos suficientes para satisfacer sus necesidades diarias.

Los municipios más afectados fueron Boyuibe, Camiri, Charagua, Cuevo, Gutiérrez, Huacaya y Macharetí. El Programa Mundial de Alimentos necesitó de 2.600 toneladas de comida y se emplearon unos 1,8 millones de dólares. El Gobierno declaró «zona de desastre» en septiembre.

2. La sequía afectó a la Amazonia el 2005

Según registros de octubre del 2005, la carencia de agua durante esta gestión fue la peor desde 1963 en la Amazonia boliviana. La Prefectura del departamento de Beni tuvo que distribuir agua potable y alimentos a comunidades de las ocho provincias de la región amazónica.

En el departamento de Santa cruz murieron más de 2.800 cabezas de ganado, según el Servicio Nacional de Sanidad Animal e Inocuidad Alimentaria (Senasag).

El entonces director del Senasag, Marcelo Ruiz, dijo que la falta de alimento (forraje y pasto), debido a la prolongada sequía en esta región, causó estrés en los animales.

La provincia del Gran Chaco de Tarija fue una de las más golpeadas en el Chaco boliviano; por entonces, esta zona aportaba al erario nacional con el 87 por ciento de los recursos hidrocarburíferos.

3. El Niño y sus efectos en el 2006

El fenómeno climatológico El Niño afectó a Bolivia en 2006-2007. En el país hubo distintos problemas naturales: prolongadas sequías e intensas inundaciones. Su efecto alcanzó al menos a 120.000 familias en todo el país, y la pérdida alcanzó a 443 millones de dólares.

Las alcaldías chaqueñas fueron las más afectadas por la falta de agua. El Decreto Supremo 29040 del 28 de febrero de 2007 declaró situación de «Desastre Nacional» por la presencia de efectos climatológicos adversos provocados por el fenómeno El Niño 2006-2007.

El Niño no sólo fue el causante de una prolongada sequía en el Chaco, sino que también hubo extensos periodos de lluvia, especialmente en el departamento del Beni.

Los municipios del oriente boliviano tuvieron que gastar recursos propios para enfrentar la crisis.

4. El Chaco cruceño,  golpeado el 2007

Los suelos resquebrajados fueron el rostro más duro de la sequía del 2007, especialmente en los municipios chaqueños del departamento de Santa Cruz.  Unas 10 poblaciones rurales de los municipios de Camiri, Cuevo y Boyuibe tenían  problemas antes de finalizar el mes de julio.

La Prefectura de Santa Cruz declaró en emergencia a ocho de las 15 provincias cruceñas que sobrevivían a la sequía durante más de cuatro meses. Las provincias en situación crítica eran Cordillera, Chiquitos,  Velasco, Ñuflo de Chávez, Manuel María Caballero, Guarayos, Andrés Ibáñez y Florida. El Consejo entregó 2,5 millones de bolivianos para esta emergencia; se pretendía tener agua segura y permanente hasta este año. La previsión falló.

Varias regiones del departamento de Cochabamba también soportaron sequías y la muerte de ganado.

5. El 2008 la carencia llegó en septiembre

Al menos 16 municipios de la región del Chaco, en los departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija, comenzaron a sufrir los efectos de la sequía en septiembre del 2008. Por lo general, los mayores desastres de este fenómeno se presentaban entre octubre y noviembre.

Sin embargo, en noviembre, por efecto de la sequía, el Gobierno nacional declaró como zona de emergencia al Chaco boliviano, destinando para su atención cerca de 12 millones de dólares.

Estos recursos fueron destinados principalmente para la implementación de sistemas de agua potable y, en algunos casos, de riego.

El sitio más emblemático fue Macharetí, en el Chaco de Chuquisaca. Se distribuyó agua a comunidades y zonas ganaderas con camiones cisterna entregados por el Gobierno. También fue afectada la Amazonia.

6. La burocracia perjudica en el 2009

Los mismos 17 municipios de los departamentos de Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca que fueron afectados por la sequía desde 2004 tuvieron problemas el 2009.

El viceministro de Defensa Civil, Hernán Tuco, reconoció que los trámites burocráticos en la licitación retrasaron la perforación de pozos de agua en 17 municipios del Chaco boliviano que fueron afectados por la sequía desde el 2008. De 100 pozos que se planificó perforar el año pasado, incluso en el marco de un decreto de declaratoria de emergencia, a la fecha sólo se pudo implementar 25.

A casi un año de promulgado el Decreto 29770 (30 de octubre) que declaraba Estado de Emergencia Nacional debido a la sequía en cuatro provincias de los departamentos de Santa Cruz, Tarija y Chuquisaca, el Gobierno apenas pudo perforar una cuarta parte de lo planificado.