Baños, la ciudad que vive con el Tungurahua
La erupción de 1999 alertó de que el volcán aún está activo
José Luis Freire, concejal de Baños de Agua Santa, dice sin dudar que así como hay un antes y un después de Cristo, en su ciudad existe un antes y un después de octubre de 1999, cuando el volcán Tungurahua entró en erupción.
«Fue un balde de agua fría porque siempre relacionábamos erupción igual muerte», le contó a BBC Mundo Freire en esta localidad ubicada a 135 kilómetros al oeste de Quito.
Once años atrás, las erupciones de lava y ceniza eran para Mariana Reascos, presentadora de la principal radio de la ciudad, «cuentos de abuela», ya que el Tungurahua había permanecido inactivo por más de 80 años.
«Ella había sido testigo de la erupción de 1918 y nos decía que la mama Tungurahua bota candela y un polvo que cubre todos los campos», le relató a BBC Mundo desde el estudio de La Voz del Santuario, ubicado en el complejo de la catedral de la ciudad.
Advertencia. En el interior de la iglesia, el volcán es protagonista de los cuadros de las paredes. Un recuerdo de erupciones en siglos anteriores y de la protección que ha ejercido la Virgen de Agua Santa sobre los baneños.
Para algunos en esta ciudad lo extraño no fue la erupción, sino que la gente de Baños —que hoy no supera los 20.000 habitantes— haya amanecido con la noticia de que el cráter no estaba apagado.
«Es interesante que a pesar de que en el escudo de armas de la provincia (de Tungurahua) está el volcán erupcionando —y que el cráter es muy evidente— resultó una sorpresa que erupcione», señaló Hugo Yépez, director del Instituto Geofísico del Ecuador.
BBC Mundo entrevistó a Yépez en las instalaciones que tiene el instituto en Guadalupe, cerca de Baños, donde el vulcanólogo indicó que los primeros movimientos anómalos en el interior del volcán comenzaron en septiembre de 1998. Pero «en el 99 se abrió el sistema, los gases a ejercieron presión, y cambió la vida de la ciudad, se dieron cuenta que el volcán estaba activo».